Escala Crítica/Columna diaria
* Revisión que lleva tiempo: más veredas, más veremos.
* Austeridad, divisa ética: la ciudadanía observa y reclama
* Proyectos y resultados: nuevos modos, que no sean modas
Víctor M. Sámano Labastida
UNA DE LAS VIRTUDES de la revisión periódica de nuestros actos es que permite hacer un alto, para el balance de los aciertos, yerros y retos. Toda evaluación tendrá un sesgo; para quien tiene la responsabilidad de los resultados, esa labor debe ser lo más apegada a la realidad. Mayor es el compromiso cuando, como en el caso de Andrés Manuel López Obrador, gobierna un país.
Sexenio tras sexenio, la fórmula mágica del neoliberalismo hecho gobierno fue: “Con cargo al erario, sin importar cómo”. Esta continuidad del derroche produjo obras que costaron el cuádruple de la inversión inicial aprobada. Para medrar, gobernantes y funcionarios inflaron cifras a discreción, con acuerdos que implicaban cifras dobles, una para la arena pública y otra para enjuagues. Los contratistas se unieron al coro. La francachela de la corrupción cubrió expectativas de riqueza rápida, deudas estatales en aumento y dispendios sin sanción. Una legalidad a modo permitió la discrecionalidad.
La llegada de un gobierno que anunció la austeridad como divisa de trabajo, debe significar un viraje de 180 grados en políticas públicas. Oficinas, archivos y escritorios pasan a revisión. Se han encontrado cuentas que no cuadran, comenzando por Pemex y la CFE. La revisión continuará, además la oferta del cambio de paradigma: con cargo al erario, sin enjuagues. No es poco. Hay que ver.
En esta historia destaca la contradicción que el neoliberalismo incluyó en su gestión: trató de adelgazar al Estado argumentando que la inversión privada sería palanca de desarrollo, pero engordó de manera negativa al Estado con el crecimiento de la burocracia dorada (sueldos y prestaciones de primer mundo) y deuda pública vía gobiernos estatales y empresas paraestatales. Abajo, una burocracia con salarios de tercera.
INFORMES DEL NORTE, AUSTERIDAD SUR
MEDITEMOS los siguientes datos: EEUU invertirá 2 mil 500 millones de dólares para proyectos de desarrollo en Centroamérica; del mismo modo, el gobierno estadounidense apoyará con 4 mil 800 millones de dólares en proyectos productivos para el sur-sureste mexicano. Una forma digna para enfrentar la migración por pobreza: no con cinturones de seguridad en las fronteras, carabineros y patrullas agresivas. Devolver a la política gubernamental un rasgo no represivo. Estos acuerdos van a cuenta de la diplomacia mexicana que encabeza Marcelo Ebrard, junto con la postura prudente del Presidente AMLO para no engancharse con los exabruptos de su homólogo Donald Trump. Mirar hacia afuera y saber lo que se quiere para México, una interpretación contraria a quienes piensan que no le importa lo que ocurre en el exterior.
AMLO afirmó en su informe que “la recesión económica sólo está en la mente de los conservadores y sus analistas. Se van a quedar con las ganas”. Quitemos la palabra que viene del siglo XIX (conservadores) y todavía tenemos un viraje positivo en la política económica del gobierno: “Sólo en adquisiciones, tenemos calculado ahorrar 200 mil millones de pesos. Al desterrar la corrupción ahorraremos 300 mil millones de pesos y el plan de austeridad nos permitirá un ahorro de 200 mil millones de pesos”. Las cuentas pueden variar al aterrizarse en sentido operativo. Pero es evidente la voluntad presidencial para limpiar el rostro del gobierno. Obligado cambio de ética en el manejo de recursos públicos. De la ética elástica, gastar para medrar, a gastar para rendir cuentas y servir. Otros ajustes esperan aunque ya los primeros meses se enseña lo que estaba oculto sexenio tras sexenio: el dispendio gubernamental con cargo a la ciudadanía.
FÓRMULA SENCILLA: CUIDAR RECURSOS
AMLO siguió con números de austeridad: “Tendremos en el año 50 mil millones de pesos de ahorro por el combate al robo de combustible. Están en venta aviones, helicópteros y vehículos extravagantes usados por funcionarios públicos. No se rentan oficinas de lujo y nadie tiene servicio médico, cajas de ahorro y seguros privados con cargo al erario. Se acabaron los privilegios de la otrora burocracia dorada”. Cuidar los recursos, símbolo de otro viraje: la ciudadanía cuenta; el gobierno no se debe sentir por encima de los ciudadanos que legitiman su mandato.
La acusación de que AMLO y los súper delegados acumularán poder desvía la discusión sobre el manejo de recursos federales en los estados. Los gobernadores abucheados en las giras de AMLO tienen que contemplar la divisa de austeridad como elemento que les permitirá evitar ese gesto simbólico de desprecio. Y si lo simbólico no les interesa, quizás se interesen por la eficacia gubernamental y auditorías en regla. La autonomía estatal depende de un giro hacia la rendición de cuentas, no de la opacidad clásica en el manejo de recursos. Es un duelo de poderes que debe regirse por el modelo de austeridad en las políticas públicas. ¿Cuántos gobernadores darán ese paso republicano y sensato? Hay que decir que la viabilidad política de la oposición dependerá de sus decisiones en cargos públicos. La ciudadanía observa: también el gobierno federal.
AL MARGEN
MIS MÁS sentidas condolencias al amigo Carlos Pérez Martínez por el fallecimiento de su señora madre, Dellanely Martínez López; a la familia Martínez López y Pérez Mendoza, nuestra solidaridad.
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