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Home Escala Crítica UN ESTADO FALLIDO O UN ESTADO DE DESASTRE

UN ESTADO FALLIDO O UN ESTADO DE DESASTRE

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Escala Crítica/Columna diaria

 

*Cinco años consecutivos en Tabasco se vive la catástrofe
*Ineficacia: inversiones van y vienen, la tragedia continúa
*Estampas de la tiranía. Gadafi y la imagen de la brutalidad

Víctor M. Sámano Labastida

El presidente Felipe Calderón estuvo en Tabasco para observar, una vez más, cómo el agua mantenía cubiertos campos y viviendas. Por quinto año consecutivo. Hay un estado de desastre permanente. La visita anterior, más reciente, del mandatario federal estuvo precisamente relacionada con las obras de protección contra inundaciones. Inauguró los túneles abiertos el 29 de septiembre en la zona donde en el 2007 hubo un tapón que obstruyó el paso del río Grijalva y provocó la desaparición de un poblado en Chiapas.

Esa fue una obra no prevista, fue respuesta a una emergencia.
Desde el 2008, la administración de Calderón puso en marcha un denominado Plan Hídrico Integral.
La inversión anunciada fue de nueve mil 300 millones de pesos.
Otro plan previo fue el Plan Integral Contra Inundaciones (PICI), cuyos recursos también se perdieron en la maraña burocrática, la irresponsabilidad y la avaricia de funcionarios y contratistas.
Del Plan Hídrico, anunciado por Calderón en marzo del 2008 se han invertido más de cinco mil millones de pesos.
Sin embargo, para el año próximo, que es el año en el cual se supone que concluirán las obras del Plan Hídrico y la inversión anunciada por el presidente, sólo se tienen previstos menos de 600 millones de pesos.
En Tabasco se piden unos 4 mil millones de pesos para concluir el esa primera parte del Plan Hídrico.
La oposición, sobre todo el PRD, se ha quejado de una mala realización de las obras. De la corrupción y la torpeza. El PRI, reclama la falta de recursos y el retraso en su entrega para hacer las obras a tiempo. El PAN defiende la posición del gobierno federal e insiste en que la administración estatal debe hacer su parte.
Mientras, la Comisión Nacional del Agua asegura que las obras realizadas hasta ahora sí funcionan. Incluso la responsable de protección civil federal afirma que este año ha llovido más que el 2007 y que por las obras no hay una catástrofe similar.
Hacen falta evaluaciones independientes. Sin embargo, el objetivo debe ser que no tengamos que enfrentar, año con año, emergencias costosas para la federación, para el estado, los municipios y las familias. Un estado permanente de desastre puede desembocar en un estallido.

NORTE AFRICANO

En esta época de la noticia como espectáculo ya son comunes las imágenes de la violencia brutal, bárbara.
Desde principios de año vimos cómo primero las tropas de Muammar Gadafi, en Libia, reprimían a los inconformes.
Después la intervención de las tropas francesas e inglesas que bombardearon indiscriminadamente a la población libia, con el pretexto de apoyar a los rebeldes.
Claro que sin una intervención externa, Libia entraría en una guerra larga y sangrienta.
Hace unos días se difundieron otras imágenes brutales sobre la muerte de Muammar Gadafi y algunos de sus seguidores.
A esta distancia, quizá podría parecer lejano a nuestro interés lo que sucede en Libia. Pero me parece que no.
Porque en el norte de África y en parte del Medio Oriente se vive lo que han dado en llamar la primavera árabe.
Son las revueltas de la población inconforme contra gobiernos dictatoriales, corruptos en ineficaces.
Así sucedió en Egipto, en Túnez, y ahora en Libia.
En Marruecos se obligó al régimen a iniciar reformas.
Ahora la vista del mundo está en otros países con gobiernos autoritarios, como Siria y Yemen.
Y hay muchos más.
Quizá algo que se deba aprender de lo que sucede en Libia y en otros países africanos, es que más vale la incertidumbre provocada por la democracia que la violencia de las rebeliones.
La inconformidad se puede expresar y canalizar en la competencia electoral, y en la protesta pública.
Si bien es cierto que hay muchos intereses del petróleo en lo que sucede en África, también es cierto que esos gobiernos no tenían elecciones libres desde hace décadas. Sin salidas democráticas, los pueblos derriban las puertas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 

 

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