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Home Escala Crítica Sabor a PRI: la democracia como anhelo, apariencia como segunda piel

Sabor a PRI: la democracia como anhelo, apariencia como segunda piel

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 Escala Crítica/Columna diaria

 
* Manlio en el discurso: identidad priista; gana pragmatismo 
* Peña: “queremos el futuro, no caudillos”; la sombra de AMLO 
* Sin candados, ¿y el dedo?; la contradicción en los hechos
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
RUMBO al 2018, el PRI quiere instalarse en un discurso novísimo y democrático en las formas. Es una balada que el PRI canta cuando llega a la encrucijada de ceder el poder por la fuerza del voto. Don Fidel Velázquez, por décadas un priista distinguido desde la  CTM, era claro en este punto: “A balazos llegamos; sólo a balazos nos van a sacar”. Don Fidel no vivió la derrota del PRI en el histórico año 2000, ni la repetición cruel de 2006, con el tricolor en tercer lugar por vez primera en unas elecciones presidenciales. Ahora, en 2018, el PRI no quiere tropezar con la misma piedra democrática y se prepara para vender un discurso aperturista en un escenario político que cree será de cerrazón e intolerancia.
Curiosa estrategia: el poder peñista quiere el maquillaje de un discurso democrático, mientras la oposición (de derecha e izquierda) se empecina en un discurso beligerante. 
Abordemos esta situación política, sin olvidar la premisa central: retener el poder desde las formas, sin cambios de fondo, no es verdadera democracia. Cuando le preguntaban a Adolfo Hitler gobernante cómo se solucionaba un problema social o político, respondía con 3 palabras: “Propaganda, propaganda, propaganda”.  
 
MANLIO EN EL TABLERO
 
JUSTO dos semanas antes de las mesas de trabajo nacionales del PRI, rumbo al 2018 presidencial, Manlio Fabio Beltrones concedió una significativa entrevista al semanario Proceso. Se trata de la primera aparición estelar del sonorense en un medio influyente, luego de renunciar a la dirigencia nacional del PRI y permanecer fuera del radar tras su debacle del 2016. Entre otras cosas, Manlio abordó las cuestiones siguientes: 1.- El PRI necesita recuperar su identidad; 2.- 
La situación económica impacta de manera negativa los activos políticos del PRI; 3.- Los grupos políticos al interior necesitan dialogar. No es con mutismo, dedazos o mayoriteos que se lograrán consensos; 4.-Los técnicos de Hacienda no concuerdan con los políticos de Gobernación y eso contamina el gabinete peñista.
También: 5.- Peña necesita pensar más allá de la popularidad y el corto plazo; 6.- El PRI se equivocará si piensa reciclar viejas fórmulas de avasallamiento en el México del siglo XXI; 7.- Las redes virtuales dan miedo a los políticos, pero no definen nada significativo en realidad.
Es curioso cómo, antes de los trabajos tricolores para su asamblea nacional resolutiva, este viejo lobo de mar se moja con un discurso democrático y crítico en torno al PRI.
¿Por qué ahora, estos señalamientos de Manlio? Veamos tres, cruciales: a) la identidad del PRI está en juego, tanto que ahora se habla de un candidato externo, eliminados los 10 años de militancia para acceder a la nominación presidencial; b) el desencuentro entre Hacienda y Gobernación significa un dardo para Videgaray/Meade/Osorio Chong, de donde puede surgir el gallo peñista arropado de control económico y político. Manlio sabe dónde está el poder operativo de la administración federal; c) las fórmulas de avasallamiento (o control) como una equivocación priista en el siglo XXI. Manlio sabía, quizás, de la intentona por mostrar la imagen de un PRI preocupado por su base social y la discusión de ideas. 
Es un PRI tenso, justo 4 meses antes de la decisión sobre el candidato presidencial.
 
LAS COSTURAS DEL DEDO
 
PEÑA Nieto, en la reciente asamblea nacional del PRI, que quieren el futuro y no caudillismos. La alusión a López Obrador no es nueva, dada su consistencia como puntero presidencial en las encuestas. De hecho, hay historias que se entretejen en la arena pública (y no tan pública), para frenar el posible cambio por la izquierda morenista. Tláhuac es una, con el fantasma del narcotráfico al alza; la exlegisladora veracruzana Eva Cadena fue otra, con financiamientos a trasmano y videograbaciones oportunísimas; la insistente petición del gobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes para debatir con AMLO, es otra historia debajo del radar, que habla de inquietud y cierta desesperación desde el poder. AMLO es el objetivo, más allá de sus yerros manifiestos. Y eso que no se ha llegado a la contienda real.
Peña tiene en el PRI su fuerza y su debilidad. Es un instituto demasiado grande y con demasiados intereses, como para alinear todo a su favor. No es posible, aunque las formas democráticas resultan un gancho para ciudadanos incautos, que con buena voluntad pudieran creerle al PRI su mutación hacia la libertad de ideas y la sociedad civil.
Peña sostuvo que no habrá candados. Las mesas de trabajo del PRI concluyeron lo mismo. La política como espejo invertido: siempre ha habido candados para llegar a la nominación presidencial desde el PRI.    
 
PERMANENCIA DEL DEDULCE
 
El PRI de Enrique Ochoa es de Peña. Para eso salió Manlio, cuyos amarres políticos vienen de otros lares. Este montaje democrático del PRI, con miles de delegados exponiendo sus ideas, resulta interesante como estrategia que la oposición (más clara en sus candidatos, más homogénea) no puede replicar. Morena lo ha definido todo con democracia formal, pero no con democracia en los hechos. Ni el PAN ni el PRD abrirán sus procesos de selección. Lotería: el PRI mira en la apertura su salvación como plataforma de poder real. Pero, ¿apertura real o simulada?  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
 
 

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