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Home Escala Crítica Partidos: líderes o administradores; posible relevo en el PRI tabasqueño

Partidos: líderes o administradores; posible relevo en el PRI tabasqueño

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Morena, PRD y el tricolor, jefaturas a contra corriente
*Gustavo de la Torre, cambios y una compleja campaña
*Universidades en crisis; los recortes llegan a la educación  
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LOS TRES PARTIDOS más competitivos en Tabasco han cambiado de presidente de su comité estatal recientemente. El 27 de abril de 2017 asumió en el PRI Gustavo de la Torre; el 3 de noviembre, Darvin González Ballina se hizo cargo de la jefatura del PRD, y apenas hace poco más de un mes, el 27 noviembre, Jesusita López fue designada interinamente en Morena.
El relevo menos complicado fue el de Adán Augusto López Hernández, en un  partido que se mantiene un control muy estricto de sus procesos internos y en donde el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador es apabullante; en cambio, tanto el PRI como el PRD pasan por procesos inacabados y de alto riesgo. El PAN es harina de otro costal.
Entre los solaztequistas sigue abierta la impugnación a González Ballina, a pesar de que fue elegido por mayoría de los consejeros para suplir a Candelario Pérez, quien no sólo había cumplido su ciclo sino que también aspira a una candidatura. El perredismo está sometido a una tensión interna por el peso de sus corrientes y grupos. Una tensión que se agudiza en temporada de disputa por las candidaturas. 
Por lo que toca al PRI, todo indica que Gustavo de la Torre, sustituto de Miguel Ángel Valdivia, no logró asentarse en un partido que tiene el reto de limar asperezas entre diversos liderazgos grupales y regionales. Es posible que el tricolor estatal proceda a realizar un nuevo cambio en la jefatura de su comité. Valoran que no hay fuerza suficiente a la vista de una compleja campaña que les espera. Las más recientes encuestas ubican al tricolor en un tercer sitio de las preferencias. De la Torre –afirman- no ha logrado amarrar los cabos sueltos.
 
CON PODER, SIN MANDO
 
COMO podrá observar el lector he procurado no referirme a los jefes de partido como “líderes”, porque muy pocos son los que podrían ubicarse en esta categoría.
Lo vemos a nivel nacional, donde el único partido que aparece con un liderazgo incuestionado –caudillista dicen sus críticos- es Morena, con López Obrador a la cabeza. Lo mismo es presidente del Consejo Político, que dirigente nacional, candidato único y líder moral. No es gratuito, se trata de un liderazgo construido durante varias décadas de activismo y con años recorriendo el país. También es parte de la genética de lo que en 1988 fue la oposición de izquierda unida: el Frente Democrático Nacional (FDN) y el PRD, respondieron a un dirección personalizada. Primero con Cuauhtémoc Cárdenas y posteriormente con AMLO. A la salida de ambos, ese partido fue presa de las corrientes.
El PAN es el que más se ha acercado a definir su jefatura por liderazgos, aunque cuestionados. Tema pendiente.
No es el caso del PRI. A nivel nacional fue virtualmente impuesto Enrique Ochoa, cuya militancia se pierde en las penumbras de la burocracia. En el tricolor estatal también hace rato que se extraviaron los liderazgos y sus más recientes jefes de partido surgieron de acuerdos cupulares. Sólo mencionemos a Erubiel Alonso, Miguel Valdivia y Gustavo de la Torre. No es un problema de los personajes, sino de una estructura que no deja crecer a la militancia. Cuestión que también hay que analizar.
Por lo pronto, le decía, las horas de Gustavo de la Torre parecen estar contadas. 
 
EN BUSCA DE RECURSOS
 
EN ESPERA se encuentran los profesores de la Universidad estatal (UJAT) para que les cubran el faltante de sus aguinaldos. Ayer se informó que el rector José Manuel Piña realizaba gestiones ante el gobierno federal (SEP) para la liberación de los recursos financieros que le permitan hacer frente a esta prestación. Fuentes de la Casa de Estudios sostienen que por lo pronto la quincena de este mes ya está asegurada, contrario al temor de algunos docentes. 
En el país por lo menos una decena de universidades tienen graves problemas de liquidez. En octubre pasado la ANUIES (organización que agrupa a las instituciones de educación superior) abogó por las universidades de Tabasco, Michoacán, Morelos, Zacatecas, Edomex, Oaxaca y Nayarit, para que pudiesen cumplir “sus obligaciones administrativas y financieras”. A mediados de 2017 había un principio de acuerdo, pero tras los sismos de septiembre reciente, el gobierno federal anunció que los recursos extraordinarios los destinaría a un fondo para damnificados. Hay quienes calificaron esto como un pretexto para encubrir los recortes.
En materia de disminución presupuestal, me cuentan que la UJAT arrastraba ya un déficit de 300 millones por el “tijeretazo” a las partidas federales durante dos años continuos. Hay universidades como la de Zacatecas que a finales del año pasado no contaba ni siquiera con recursos para pagar salarios; esa institución tuvo que entregarle cinco de sus edificios al ISSSTE para cubrir adeudos y ni así salió de la crisis. Se estima que las universidades con mayores apuros son la UAZ, la Veracruzana, Coahuila y Nayarit.
Un serio problema para la mayoría de las universidades ocurre en el rubro de pensiones que temporalmente ya tiene resuelto la UJAT. De esta forma, a los jubilados y pensionados no se les retrasó el pago porque existe un fondo especial. Estos recursos, por supuesto, no se pueden tocar para enfrentar la situación de los profesores en activo. Es el momento de revisar a fondo el manejo de las instituciones educativas afectadas por el esquema neoliberal, pero también por viejas inercias.
 
AL MARGEN
Cada vez más próximos y necesarios los cambios en el gabinete. 
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