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Home Escala Crítica Paradojas: más partidos, menos opciones;contienda y piso parejo, contra desconfianza

Paradojas: más partidos, menos opciones;contienda y piso parejo, contra desconfianza

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 Escala Crítica/Columna diaria

Hay ochos partidos con registro; sólo tres bloques competitivos
Núñez: por mandato, por convicción y por historia personal
La metáfora de la bicicleta y el automóvil: izquierdas y derechas
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LAS CONTIENDAS electorales en México tienen dos características aparentemente contradictorias: cada vez hay más partidos, pero también menos opciones. A una dinámica de pluralidad ha seguido la construcción de bloques aliancistas. Hay ocho partidos con registro y representación en el Legislativo Federal; pero hay sólo tres coaliciones con capacidad competitiva para la Presidencia. Una encabezada por el PRI, otra por el PAN y otra por Morena. Hay quienes reducen esta contienda a dos rutas.
Se suponía que la posibilidad de candidaturas independientes llevaría a una gran dispersión del voto y a la aparición de propuestas competitivas. Quizá, se dijo, habría una gran revuelta ciudadana hacia una vía novedosa. No fue así, por lo menos no para el Ejecutivo Federal. Es posible que en algunas elecciones estatales los independientes puedan jugar otro papel, aunque no sería –por ejemplo- el caso de Tabasco donde sólo puede haber un abanderado sin partido y no se observa una insurgencia cívica distinta a la de los partidos. El voto anti sistema o anti gobierno (en turno) sigue siendo acaparado por los institutos políticos.
Esta formación de bloques de alguna manera conduce a la polarización en el sentido no sólo del nivel de confrontación, sino de la presencia de únicamente dos polos ante la decisión del ciudadano. Manuel Camacho habló de la necesidad de un “cuarto polo” que terminó diluyéndose en el PAN. 
 
COMPROMISO PÚBLICO
 
EN TABASCO, interrogados los dirigentes de Morena y del PRI sobre qué esperarían del gobierno de Arturo Núñez en las elecciones, respondieron de manera coincidente: que no participe como competidor sino como procurador de la seguridad y el orden, que garantice igualdad de condiciones para los diversos partidos y que desde el poder no se coloque –como sí sucedió en el pasado- la estructura oficial para el partido gubernamental.
En un acto realizado el 15 de febrero –la firma del Convenio entre la Secretaría de Educación estatal y el INE para el uso de los planteles escolares en la jornada comicial -, el gobernador Arturo Núñez se expresó como si diera respuesta a las preocupaciones partidistas. Dijo: “nosotros (su administración), no seremos de ningún modo un actor más en la contienda. Los competidores son los candidatos de los partidos políticos y entre ellos la ciudadanía tendrá que optar quien sea el candidato o la opción partidista de su preferencia”.
Sostuvo que no sólo se trata de un ordenamiento constitucional y mandato jurídico, sino también “por convicción personal propia”, basado en su trayectoria que “me vinculó más de dos décadas a la construcción de la institucionalidad electoral del país”. 
Todavía más, se declaró “demócrata irredento”, de manera que al frente del Gobierno del Estado, “como lo he hecho al interior de mi propio partido (PRD), seré garante de piso parejo en lo que toca a los recursos, a todo lo que es responsabilidad” gubernamental.
Como dijo el clásico: en política hablan los hechos.
 
BICIS Y AUTOS
 
LA SOCIEDAD como una bicicleta, es la metáfora que referí hace unos días para ejemplificar cómo se tenían que impulsar alternativamente los pedales izquierdo y derecho para avanzar, pero también sostener el manubrio para darle dirección. En el caso de la sociedad, se afirma que el pedal izquierdo es la justicia y el derecho es la libertad; ignorar algunos estos polos puede conducir al desastre. 
De la revisión de la literatura sobre el tema, una curiosidad que saltó a la vista es cómo los gobiernos progresistas impulsan el uso de la bicicleta, en tanto que los gobiernos conservadores o de derecha –que privilegian el mercado y el consumo-, favorecen el uso del automóvil…y mientas más grande mejor.
Sin ignorar la metáfora de la bicicleta aplicada a la sociedad me quedó pendiente otro aspecto intrigante: ¿por qué en algunos lugares los automotores se manejan del lado derecho y en otros del lado izquierdo?
La arquitecto e ingeniero española María José Sánchez, máster en prevención de riesgos laborales, se preguntó en un aleccionador escrito: “Izquierdas o derechas, ¿cómo está repartido el mundo”. (Noviembre 4 de 2014)
No se refería, como pudiera imaginarse, a los regímenes políticos –cada vez más difusos y confusos-, sino a la forma de circular en las calles. En un texto con agradecibles dosis de humor nos cuenta que según los británicos todos conducimos del lado equivocado, y sólo se salvan los irlandeses y alguna de sus excolonias. Entonces la mayoría estaríamos equivocados.
Anota Sánchez Megía: “Actualmente, y en el mundo civilizado, los dos sentidos de circulación se separan a ambos lados de la calzada por cuestiones de seguridad. Cerca del 34 % de la población mundial conduce por la izquierda y un 66 % lo hace por la derecha. Si se analiza por kilómetros, el 28 %  conducen por la izquierda y el 72 %  por la derecha”. Aunque en el primer caso el conductor se coloca del lado derecho y en el segundo del lado izquierdo.
La autora hace una revisión histórica, menciona elementos como la comodidad y hasta la agresividad. Aunque es complicado saber quién tiene la razón –o más bien cada quién tiene sus razones- para circular por la derecha o por la izquierda, lo cierto es que en el caso de las bicicletas –como en la sociedad- no se puede avanzar sólo con uno de los pedales. Y en el caso de los vehículos, independientemente de que se circule por la derecha o por la izquierda, hay normas básicas que deben respetarse para no provocar percances.
 
 

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