Escala Crítica/Columna diaria
*Una extraña estrategia de combate: el desgaste mutuo
*Las rupturas internas han marcado los comicios recientes
*Gustavo Rosario: la crítica a la crítica, discurso polémico
Víctor M. Sámano Labastida
UNO SE IMAGINA a tres combatientes en el cuadrilátero en una lucha pactada de todos contra todos. Dos de ellos pueden optar por atacar a quien consideran el rival a vencer, para luego dirimir la victoria final entre quienes queden. Lo que estamos viendo en la política mexicana pareciera contrario a la lógica: el rival a vencer observa cómo sus otros dos contrincantes libran una dura batalla para ganarse el derecho de estar en la final. El riesgo es que en este combate previo quien quede en pie llegue debilitado contra el campeón sin corona (hasta el momento).
En fechas recientes el candidato de la coalición “Por México al Frente”, Ricardo Anaya Cortés, ha sido objeto de una serie de descalificaciones públicas y filtración de denuncias ante la PGR. Acusa al gobierno federal y al equipo de campaña de José Antonio Meade Kuribreña de estar detrás de esta “guerra sucia” propagandística.
Los grupos parlamentarios del PAN, PRD y MC, así como los dirigentes de esos partidos, exigieron frenar “la persecución” contra su abanderado a la Presidencia.
Al mismo tiempo, el postulante del PRI, Meade Kuribreña, salió al paso de una serie de denuncias que involucran a Rosario Robles en un presunto desvío millonario de recursos en las secretarías de Desarrollo Agrario (Sedatu) y Desarrollo Social (Sedesol). En esta última, Meade entró al relevo de Robles. Se llegó al extremo de que los legisladores panistas desplegaron una manta en la Cámara de Diputados contra el abanderado priista por el “saqueo (de) 500 millones de pesos de Sedesol”.
SALDOS EN CONTRA
EN ESTA guerra de declaraciones y acusaciones, el vocero de Meade y ex senador del PAN, Javier Lozano, sostuvo que “si hay una campaña que ya prendió, pero en llamas, es la de Ricardo Anaya”.
Éste, por su parte, difundió un video en el que expresa: “Ya no saben cómo levantar la campaña en ruinas de su candidato José Antonio Meade”. La dirigencia panista acusó que se usa electoralmente al Sistema de Administración Tributaria (SAT) para tratar de afectar al abanderado del Frente.
Los detalles de las operaciones presuntamente ilícitas que involucran a Meade y a Anaya abundan en los medios impresos y electrónicos. También los dichos que los confrontan. El saldo para estos dos aspirantes no es positivo. Aunque pareciera obedecer al propósito de cada uno de estos aspirantes para hacer de la contienda presidencial una carrera entre dos en cuanto inicien las campañas, a finales de marzo. Dando por hecho que López Obrador estará en la última etapa – que curiosamente ninguno de los otros contendientes pone en duda-, ahora Meade y Anaya pelean un sitio para de ahí arrancar contra el primer lugar…a riesgo de llegar con un enorme desgaste.
Sin ignorar la importancia del esfuerzo de la oposición para ser competitiva, recordemos que en el 2000, Vicente Fox logró ganar la Presidencia por la ruptura de las alianzas internas en el PRI, entre otros factores; fue determinante la confrontación de Francisco Labastida –candidato de la Presidencia- con Roberto Madrazo –a quien se identificaba con Carlos Salinas. Lo mismo sucedió en el 2006, cuando un importante segmento del PRI, opuesto a Roberto Madrazo, volcó sus apoyos al PAN de Felipe Calderón.
En el 2012 un factor importante de la derrota del PAN fue la confrontación interna entre los grupos de Felipe Calderón –que impulsaba a Ernesto Cordero- y Vicente Fox –que promovía a Santiago Creel. Obtenida la candidatura por Josefina Vázquez, el grupo de Fox operó en favor del abanderado del PRI. Dijo el guanajuatense y expresidente: “Tenía un acuerdo con él (Enrique Peña Nieto, del PRI), lo apoyé contra el candidato de mi partido y lo hice porque él se comprometió conmigo a mover dentro del PRI reformas a favor de México” (declaraciones a los periodistas Stephent Woodman y Duncan Tucker)
UN DEPORTE TABASQUEÑO
EN TABASCO “se ha vuelto un deporte cuestionar todo sin proponer soluciones”, afirmó el secretario de Gobierno, Gustavo Rosario Torres, en su discurso como orador oficial en la conmemoración del 27 de Febrero. Por su historia personal y política, por su posición actual en la administración de Arturo Núñez, y por el papel que le toca desempeñar en el proceso electoral –entre otras razones-, sus expresiones serán motivo de análisis y polémica.
Luego de hacer una breve revisión de los hechos que culminaron con el enfrentamiento armado del 27 de febrero de 1864, lamentó que en muchas ocasiones no se comprenden y a veces ni siquiera se conozcan las lecciones de la historia.
Criticó entre otras cosas, a quienes esperan que todo lo resuelva el gobierno, a la dádiva “que quita dignidad al ser humano”, al asistencialismo que fomenta “una especie de infantilismo social”, la falta de solidaridad y la pérdida de valores en general.
Sostuvo que la administración de Arturo Núñez “ha actuado con prudencia, inteligencia y paciencia”, que “no oculta cifras y trabaja sin descanso en una etapa donde por decirlo gráficamente, había que reconstruir el Gobierno y evitar la velocidad del deterioro”.
Dijo Rosario Torres que se derrota a sí mismo cuando “es reacio a la revisión autocrítica, al reconocimiento de responsabilidades propias, que cree que la vida es seguir la línea del menor esfuerzo y que al votar ya terminó su responsabilidad”. Este juicio podría aplicarse también a los gobernantes. Las expresiones del titular de Segotab tienen muchas lecturas. (
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