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Home Escala Crítica Tabasco: Huimanguillo y la batalla por venir; fractura o unidad partidista, la clave

Tabasco: Huimanguillo y la batalla por venir; fractura o unidad partidista, la clave

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 Escala Crítica/Columna diaria

*El cuarto municipio en listado de electores; cosas de familia
*Conserva PRI voto duro insuficiente; incógnita PRD y Morena
*El tricolor se prepara ante la repetición de la sangría verde de 2015
 
Víctor M. Sámano Labastida 
 
EN ESTOS últimos años las fuerzas político electorales de Tabasco se ha reagrupado de manera que no se podía prever hace un sexenio. Las encuestas conocidas hasta ahora sobre las intenciones del voto todavía se moverán antes del inicio de las campañas formales, como resultado de la adjudicación de candidaturas para alcaldes y diputados. Tanto que partidos como PVEM y Panal, en menor medida PAN y Movimiento Ciudadano, está a la espera de los inconformes que les permitan mejorar su captación de votos. Se juegan el registro estatal.
El martes reciente, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), resolvió la candidatura a la alcaldía para José Sabino Herrera Dagdug, en un intento de reelección; resulta evidente el descontento de María Estela de la Fuente Dagdug y del ex alcalde Oscar Ferrer Ávalos, quienes buscaban la misma posición. Otro es el caso del diputado local Charles Méndez, quien buscaba figurar en la lista para competir por la Cámara federal.
Lo que sucede en Huimanguillo nos ejemplifica la tensión entre las familias, los grupos de poder y los partidos políticos en Tabasco. Es la cuarta demarcación en número de votantes potenciales, apenas superado por Centro, Cárdenas y Comalcalco, en ese orden. La suma de lo que obtengan los partidos en esa localidad al total estatal puede ser determinante para sus resultados en la gubernatura.
CAMBIO DE SIGLAS
 
REPASEMOS un poco el contexto. La lucha por el poder en Huimanguillo se había concentrado hasta principios del 2000 entre un grupo de familias dentro del PRI. Fue en 2004 cuando Walter Herrera se convirtió en el primer alcalde bajo las siglas del PRD, luego de ganar las elecciones meses antes. Recibió la estafeta de Manrique Dagdug Urgell. Un cambio de siglas.
La estafeta ha oscilado entre esos dos partidos. A Walter Herrera, quien tuvo un fin trágico, le siguió el también perredista Oscar Ferrer Abalos, de 2007-2009. De alguna manera, se vio favorecido con el efecto López Obrador que si bien no aplicó a nivel estatal sí permitió al PRD gobernar varios municipios obtenidos por la oposición en el 2006.
En 2010 el PRI retornó al poder de la comuna huimanguillense con Gerald Washington Herrera Castellanos, hombre de confianza de Andrés Granier. Tuvo un mandato completo, pero entregó el poder al ex dirigente perredista Francisco Sánchez Ramos quien asumió en 2013 y solicitó licencia a principios del 2015 en su intención de buscar una diputación. El sustituto Lupercio Lastra, quien sólo despachó dos meses; fue destituido y en su lugar quedó Limberg López Castillejos.
A pesar de esta relativa inestabilidad en la administración, en las elecciones de julio del 2015, el PRD logró retener la alcaldía con José Sabino Dagdug Herrera aunque con una notoria competencia frente al PRI. 
La llegada de un nuevo actor político, Morena, y la homologación de fechas electorales –estatales, federales y municipales-, así como la presión que nuevamente ejerce el Partido Verde al tricolor, colocan en incertidumbre los posibles resultados en el proceso local.
En los comicios del 2012, cuando se vivió por primera vez el llamado “efecto AMLO” a nivel de los comicios estatales puede afirmarse que el PRI resistió en Huimanguillo a pesar de ser derrotado. Los solaztequistas obtuvieron 35 mil 726 votos contra los 31 mil 765 del tricolor.  
 
LA SANGRÍA VERDE
NUEVAMENTE en el 2015 el priismo mostró que la alternancia a nivel estatal no había mermado en la tierra de la piña su capacidad competitiva, y sólo sufrió el embate de un antiguo socio. Frente a los 38 mil votos que consiguió el PRD, los priistas lograron 29 mil 157. Podría decirse que la diferencia fue mayor que tres años antes –casi 10 mil votos más del ganador- sin embargo habrá que tomar en cuenta que el Partido Verde ocasionó una enorme sangría a su aliado histórico: se llevó más 8 mil votos en una plaza en la que apenas llegaba a unos mil 800 sufragios. ¿El secreto? Pactar un acuerdo con el ex priista César Ernesto Rabelo Dagdug.
La gran sorpresa fue el partido lopezobradorista, Morena, que a pesar de la expectativa despertada por López Obrador y la campaña que realizó directamente en esa plaza, su partido apenas logró registrar oficialmente un mil 45 votos. Se dirá que enfrentó una “elección de Estado”, pero eso no es suficiente para explicar la enorme diferencia entre los votos totales emitidos y los votos captados por esta nueva formación política. En efecto, en 2015 acudieron a las urnas –datos oficiales-, 81 mil 528 votantes y Morena sólo captó poquito más de un mil sufragios.
Para estas elecciones, las del 2018, Morena apuesta llevar como candidato al ex priista y ex alcalde José del Carmen Torruco Jiménez, quien despachó en aquel ayuntamiento de 1995 a 1997. Se afirma que esa posición había sido ofrecida al perredista Oscar Ferrer y al priista Dagoberto Lara, dos personajes cuyo siguiente paso es una interrogante.
El PRI apostaría por la nominación de Minés de la Fuente Dagdug, hermana de la diputada perredista María Estela de la Fuente y esposa del ex alcalde Gerald W. Herrera.
 
AL MARGEN
BIEN DICEN que los tiempos legales no son los tiempos de la política…aunque pueden coincidir. Ayer se difundió la sentencia a 10 años y 10 meses de prisión contra el ex gobernador Andrés Granier acusado de peculado. También deberá cubrir los 196 millones de pesos faltantes del ejercicio 2010 del sector salud. Veremos que tanto impacta el caso en las próximas campañas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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