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Home Escala Crítica Conago y el peso del presidencialismo; necesaria autonomía de los gobiernos

Conago y el peso del presidencialismo; necesaria autonomía de los gobiernos

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 Escala Crítica/Columna diaria

*La iniciativa del PRD en 1999 y la derrota tricolor en el 2000
*Los gobernadores en busca de su propio espacio de negociación
*Las elecciones de julio, claves para la democracia: Núñez
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LA ALTERNANCIA en el poder ejecutivo federal ocurrida en el año 2000, aunque no significó el surgimiento de un modelo alternativo de gobierno, si modificó una serie mecanismos en el reparto y negociación del poder. Uno de los resultados más visibles fue el surgimiento de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), como una reacción a la nueva relación entre los gobernadores con una administración federal del PAN y ya no del PRI. Ayer, 28 mandatarios y dos representantes de igual número de entidades se reunieron en Villahermosa Tabasco.
La pregunta obligada: ¿la Conago ha cumplido sus objetivos? No hay una respuesta sino varias; lo que mayor peso tiene es la percepción de la población, la valoración respecto a la respuesta que las instancias de los gobiernos dan a las necesidades cotidianas y de largo plazo. Si fuera por esta medida se diría que no hay resultados, o que son escasos; pero también hay que mirar el contexto. Sobre todo por lo que viene, cuando los mayores temores o esperanzas siguen radicando en la fuerza del presidencialismo…que ya no es tal y cada vez será menor. Esperemos.
 
HISTORIA NO HISTERIA
 
ME PARECE que no resulta casual que en octubre de 1999, poco antes de la histórica derrota del PRI en las elecciones del año 2000, haya surgido el Asociación Nacional de Gobernadores (Anago), integrada por cinco mandatarios de origen opositor bajo la bandera del Partido de la Revolución Democrática (PRD): Alfonso Sánchez Anaya, de Tlaxcala; Ricardo Monreal Ávila, de Zacatecas; Rosario Robles Berlanga, del Distrito Federal; Leonel Cota Montaño, de Baja California Sur; y Antonio Echevarría Domínguez, de Nayarit. Como dato aparte, pero no menos relevante, de estos cinco, tres participan actualmente en Morena (Sánchez, Monreal y Cota), una en el PRI (Robles) y otro más se identifica con el PAN (Echevarría, y de hecho fue una coalición encabezada por el blanquiazul que lo postuló).  
Mucho antes de la llegada de Vicente Fox al poder de la mano del PAN, ya existían manifestaciones del paulatino debilitamiento en los hechos del llamado presidencialismo. Para no hurgar en los diversos intentos de un “sindicato de gobernadores”, sólo referiré la revuelta que desde Tabasco encabezó Roberto Madrazo frente a Ernesto Zedillo. Los mandatarios, acostumbrados a la voz del centro federal (una contradicción) fueron quedando huérfanos como le sucedió al antiguo partido casi único.
Inicialmente, la Anago semiperredista impulsó un proyecto de nuevo federalismo con base en el desarrollo regional y ya no con la exclusiva visión del centro presidencial. En los meses finales de 1999 y principios del 2000 se sumaron los gobernadores surgidos del PAN quienes se distanciaron del grupo en cuanto Fox Quezada fue declarado Presidente. Otra vez, los resabios del presidencialismo.
A cambio de esto, en el 2002 los gobernadores del PRI en ese entonces un total de 17 -ya sin un Ejecutivo Federal de su partido- decidieron convocar a la integración de la Conago con sus pares perredistas. Una vez que esta agrupación declaró y demostró no estar contra el Presidente (Fox), la fuerza de los hechos sumó a los mandatarios panistas…Y la fuerza de los hechos hizo que la Conago quedara sólo como una instancia de deliberación. Está pendiente ni más ni menos que una reforma constitucional que le otorgue “naturaleza jurídica”  a sus resoluciones. ¿Cómo hacerlo en el actual esquema federal centralista?, ¿cambiará la relación de la asamblea de gobernadores con el Presidente que surja de las urnas en julio próximo? 
 
PESOS Y CONTRA PESOS
DE LO QUE no hay duda es que el país requiere de los contrapesos con gobiernos responsables y autónomos para evitar el retorno de un presidencialismo que ha ahogado el desarrollo de regiones como el sureste del país. Un presidencialismo que se reproduce en el gobierno personalista en muchas entidades y municipios.
A la reunión de Villahermosa vinieron, además del presidente Peña Nieto, 28 gobernadores y un jefe de gobierno. Jalisco mandó representante, porque Aristóteles Sandoval tuvo que cancelar su viaje por el atentado en Guadalajara contra el ex fiscal Luis Carlos Nájera; Sinaloa también envió representante. El caso de Javier Corral, de Chihuahua es distinto: mantiene distancia con Peña Nieto y con la Conago.
Durante el foro de Villahermosa, el gobernador Núñez refirió algunas de las consideraciones expresadas en la entrevista con Presente, así como una reseña de sus actividades. También mencionó el contexto de las próximas elecciones de las cuales –dijo- se espera un fortalecimiento del pacto federal porque hoy “el único estilo personal de gobernar legítimo es el de las instituciones y el derecho”.
Habló de la necesaria construcción de consensos para colocar las políticas de Estado “en el plano del interés general” que subordinen los cálculos políticos de grupo, partido o personalistas. Sostuvo que los integrantes de la Conago están dispuesto a hacer su parte y que “esperamos de quienes se incorporen a las funciones públicas como resultado del mandato ciudadano del primero de julio próximo, también lo estén, por obligación constitucional y verdadera convicción democrática”.
Como se sabe, este año no sólo habrá nuevo Presidente de la República sino también se elige gobernador en nueve entidades, además de los diputados, senadores y otras autoridades locales. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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