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Home Escala Crítica Constancia a la constancia política; recibe AMLO aval de mayoría

Constancia a la constancia política; recibe AMLO aval de mayoría

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Positiva obstinación: tres campañas, varios recorridos por el país
*Tiempos y trámites alargados, resultado de la desconfianza 
*Ceremonia emotiva, homenaje merecido a la respuesta ciudadana  
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
 
ALEJADA de los trámites legales y batallas burocráticas, la gente común preguntaba por qué tardaban tanto en entregarle la constancia de mayoría a Andrés Manuel López Obrador como presidente electo. La cultura de la sospecha y la desconfianza les hacía temer que inclusive que alguna acción irregular se pudiera atravesar en esa ruta. No tenían por qué conocer los vericuetos de la Ley…surgidos de la desconfianza.
En efecto, no bastaba con que el Instituto Nacional Electoral anunciara los conteos preliminares, ni que concluyera los cómputos distritales; tenía que enviar la notificación al Tribunal Electoral (TEPJF) para que los magistrados resolvieran si había o no impugnaciones procedentes. Entregada la constancia de mayoría el siguiente paso es la toma de posesión.
Habría que recordar que en los procesos recientes, fue a Ernesto Zedillo a quien más tardaron en entregar la constancia de mayoría, hasta el mes de noviembre de 1994, menos de un mes antes de la toma de posesión. Claro, las votaciones se realizaron el 21 de agosto de ese año.
El periodo de mayor tensión fue el que transcurrió entre las elecciones del 2 de julio de 2006 y la recepción de la constancia de Felipe Calderón, quien la obtuvo hasta el 2 de septiembre de ese año.
ACORTAR LA INCERTIDUMBRE
 
COMO le decía, los tiempos y procesos se alargan para dar certidumbre a los partidos políticos. Aunque en el caso de López Obrador en este 2018 no hubo reclamo alguno.
Uno de los temas que también ha preocupado a los legisladores fue acortar el periodo entre las elecciones, la entrega de la constancia de mayoría y la toma de posesión. De hecho, será AMLO quien no cumplirá los seis años tradicionales, porque deberá entregar el poder dos meses antes: el primero de octubre de 2024.
De acuerdo al denominado Pacto por México firmado por el PRI, PAN y PRD:  “La tecnología electoral actual no requiere de lapsos tan largos entre la fecha de la jornada electoral y la toma de posesión del gobierno electo. Para facilitar el proceso de transición y reducir el periodo de convivencia de un gobierno saliente y uno entrante, se impulsará una reforma constitucional para adelantar la fecha de toma de posesión del Presidente de la República, con un transitorio que lo programe para 2024”. Y así sucedió.
La mexicana era la transición más larga. Venezuela tiene tres meses entre la fecha de los comicios y la toma de posesión de su Presidente; Argentina, 45 días entre uno y otro evento. También Bolivia cuenta 45 días; Estados Unidos, dos meses, al igual que Rusia y Haití; en Francia el nuevo presidente toma protesta sólo 15 días después. Grecia, mucho menos: 24 horas y Reino Unido, cinco 5 días.
 
PASIÓN Y EMOCIÓN
 
DURANTE la ceremonia de entrega de la constancia de mayoría a López Obrador, no pude dejar de recordar aquella emoción que embargó al boliviano Evo Morales, activista indígena que se convirtió en Presidente de su país. Cuando leía su mensaje ante el Congreso de su país la voz se le quebró, no pudo seguir hablando y tuvo que ser abrazad y animado por su compañero y entonces vicepresidente Álvaro García Linera. No era para menos, resultado de una intensa lucha.
Algo similar sucedió con Luis Inacio Lula da Silva, ex trabajador metalúrgico, quien después de varios intentos logró la Presidencia en Brasil.
Ofreció López Obrador que su Presidencia “no será el poder de los poderes” u se comprometió a ser respetuoso y promotor de la democracia. Hay, dijo, una lección y un mensaje que los ciudadanos mandaron el primero de julio. Ahora se trata, cierto, de asimilar los sentimientos del pueblo,  el mandato por un gobierno honrado y justo, eficaz. 
La suya será una administración estrictamente vigilada; su partido, Morena, deberá estar en la primera fila como contraloría social a la manera que lo quiso hacer AMLO en su efímero paso por la dirigencia del PRI Tabasco a principios de los años ochenta.
 
EN LA MEMORIA
 
DOS FECHAS significativas para sus ideas y su biografía fueron mencionadas por López Obrador al recibir la constancia de mayoría como gobernador electo: el aniversario del natalicio del líder campesino Emiliano Zapata Salazar (1879), y el de la muerte del periodista Jaime Avilés Iturbe (2017), amigo personal de Andrés Manuel.
De Zapata Salazar se puede afirmar que no resulta casual la referencia: el movimiento que en 1988 inició AMLO en Tabasco, a invitación de Cuauhtémoc Cárdenas y el Frente Democrático, tuvo su base en la población indígena y campesina. Podríamos inclusive observar que un eje fundamental de su proyecto de gobierno será el campo mexicano, como motor del empleo masivo y la soberanía alimentaria.
De Avilés Iturbe y su cercanía con Andrés Manuel mucho se puede decir, pero buena parte está reflejado en el libro  “La vida privada de un hombre público” (2012), donde uno de los mejores cronistas mexicanos nos acerca a la personalidad del ahora Presidente electo. El autor lo calificó más que como una biografía, como “un libro de campaña”. Al dar la noticia del deceso, hace un año, AMLO escribió: “Falleció nuestro gran amigo Jaime Avilés. Símbolo de la prensa independiente; apasionado y rebelde, defensor de causas justas. Adiós, hermano.” ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
 
 

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