Escala Crítica/Columna diaria
*Poner orden en los recursos y médicos, también en los pacientes
*De la dispersión a la concentración, en plazo máximo de dos años
*Pemex, sigue la podadora; habrá en Centro nuevos policías
Víctor M. Sámano Labastida
A MEDIO año deberá estar “federalizado” el sector salud de Tabasco, junto al de otros siete estados, de acuerdo al plan de la Presidencia de la República. Un acuerdo firmado a mediados de diciembre estableció que la integración al nuevo esquema comenzaría con el sur-sureste: Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Tabasco. Un proceso de recentralización “para garantizar el derecho de acceso a los servicios de salud y medicamentos gratuitos de la población sin seguridad social”.
Las intenciones, sin duda, son buenas; habrá que trabajar a fondo contra los rezagos, también contar los intereses creados y los malos hábitos. El proyecto de Andrés Manuel López Obrador es que cada seis meses se incorporen al modelo de unificación ocho estados, de manera que en dos años esté concluido el proceso. Dijo AMLO respecto a la reorganización de los servicios de salud de todo el país: “si logramos esto, va ser extraordinario”.
Los recursos y esfuerzos que se requieren también son extraordinarios.
UN PACIENTE DESCUIDADO
EL ACTUAL secretario de Salud a nivel federal, Jorge Alcocer Varela, diagnosticó que encontró un “estado de desastre” en el ramo por la corrupción, la falta de presupuesto y el abandono institucional.
Dijo a finales de febrero ante los integrantes de la Academia Nacional de Medicina: “En este estado de desastre (encontrado), no se cumple el derecho a la salud; hay una ausencia de la rectoría y la gobernabilidad; (…) falta de red institucional de servicios (…); hay exclusión y acceso inequitativo a la atención, burocracia, corrupción en la regulación administrativa, y desde luego, un presupuesto insuficiente”.
Existe dijo, una organización “inadecuada y no funcional”. De manera que “todo eso, en conjunto, se manifiesta con la ausencia de una clara política nacional de salud; existe corrupción y deshonestidad en diferentes ámbitos, y desde luego, hay una estructura física (hospitales) abandonada”.
Por supuesto, el sector salud, dicho por Alcocer Varela, se convirtió en botín de los partidos políticos y de otros actores. No lo dijo, pero seguramente se refería a los liderazgos sindicales y a los empresarios vinculados a políticos.
ASPIRANAS O CIRUGÍA MAYOR
DE ACUERDO a estimaciones oficiales, reconocen que existen duplicidades y que “al menos uno de cada cinco trabajadores cobra salario en dos lugares distintos y en plazas de tiempo completo”. Por si fuera poco están unos 87 mil empleados del área médica sin seguridad laboral ni prestaciones. Otros que hacen como que trabajan.
Aparte de la reunificación de los servicios de salud bajo el control federal, un arranque en la estrategia es la construcción del Sistema de Salud para el Bienestar (IMSS-Bienestar, que me recuerda al IMSS-Coplamar iniciado en 1979 en la época de José López Portillo), para el cual se utilizará la red de clínicas y hospitales rurales del IMSS. Donde no existe esa red, como en Tabasco, se utilizarán los centros de salud que administra el gobierno del estado.
Pero no todo es centralizar la nómina y las compras, como tampoco solo combatir la corrupción en el propio sistema; una clave será atender un problema de origen, como lo refieren especialistas como Julio Frenk y Octavio Gómez: el crecimiento de la población, el envejecimiento poblacional, el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) y el incremento de la población sin seguridad social convencional. Los recursos para la salud deben ser una inversión y no un gasto permanente; ahí es donde los 30 millones que votaron por AMLO, y otros tanto que no lo hicieron pero que están conscientes del problema deberán contribuir con el auto cuidado y la higiene preventiva.
PODADORA EN PEMEX
COMO usted sabe, el auge petrolero incrementó la nómina en los gobiernos tanto federal como estatales y municipales. Sobre todo en aquellas áreas o regiones directamente vinculadas al sector energético. La obesidad del aparato burocrático y la formación de una casta dorada sucedió más todavía en la propia empresa Petróleos Mexicanos (Pemex).
En 1990 oficialmente reportaba contar con 184 mil trabajadores, 30 mil de los cuales fueron despedidos al año siguiente; pero a pesar de anunciados recortes, al cierre de 2010 su nómina había vuelto a subir a 184 mil entre de planta (118 mil 749) y transitorios ( 64 mil 341). El año pasado, pasada nuevamente la podadora administrativa, cerró con un total de 128 mil. Para este año se anuncian más reajustes; unos 16 mil menos para llegar a la meta de 111 mil en activo.
Recientemente la empresa informó que con la fusión de dos de sus subsidiarias –Pemex Perforación y Servicios en PEP, y Pemex Etileno en Pemex Transformación Industrial-, así como por ajustes de personal, fueron eliminadas 375 plazas, “con un ahorro estimado de 549.2 millones de pesos anuales”. Todavía hay mucho que hacer para conseguir un balance entre la baja extracción, el precio del crudo y los costos.
AL MARGEN
EN UNOS días más el Plan Integral de Seguridad será sustituido por el Plan Estratégico de Seguridad, según adelantó el gobernador Adán Augusto López al anunciar que el municipio de Centro contará con una “Fuerza Civil” para la prevención y combate de la delincuencia. El modelo es similar al que opera en Monterrey, Nuevo León, con policías altamente capacitados. (
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