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Home Escala Crítica Cuarta Transformación: primer frente de batalla, el crecimiento económico

Cuarta Transformación: primer frente de batalla, el crecimiento económico

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 Escala Crítica/Columna diaria

*AMLO proyecta un promedio de 4 por ciento; la mitad, contradicen 
*No basta producir más riqueza; se debe distribuir de manera justa
*Disminuir la pobreza y la desigualdad, objetivo del Estado de Bienestar
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
CON FRECUENCIA los debates sobre la economía y las finanzas aparecen como asuntos que nada tienen que ver con la vida diaria. Así, cuando los especialistas y las autoridades se enfrascan en la discusión de si la economía crecerá un 2, 3 o 4 por ciento, parecerían asuntos que sólo a ellos afectan. Pero no es así. Durante varias décadas los gobiernos se preocuparon por las cifras macroeconómicas, aunque el resultado real fuera el aumento de la pobreza y del número de pobres.
Ahora, mientras el gobierno federal sostiene que la meta es un crecimiento promedio del 4 por ciento en la economía (llegando a 6 puntos en 2024), un “grupo de expertos” consultados por el Banco de México ubica en 2 por ciento el promedio para los próximos diez años. En algunos casos, el aumento en la economía nacional es colocado en 1.6 para este año.
 
MÁS EMPLEOS, MÁS INGRESOS
 
LA RESPUESTA del presidente López Obrador ha sido enfática: “El Banco de México dice que no habrá desarrollo del 2 por ciento en 10 años; dicen, pues a lo mejor ellos tienen que defender esa postura porque tiene como función principal el controlar la inflación, que deberían tener como función controlar la inflación y apoyar en el crecimiento”.
Insistió: “Vamos a crecer, entonces todo el tiempo, en los últimos días han estado con eso (los recortes en los pronósticos de crecimiento), pero estamos seguros de que vamos muy bien”.
El Plan Nacional de Desarrollo (PND), establece que “el fortalecimiento de los principios éticos irá acompañado de un desarrollo económico que habrá alcanzado para entonces (2024) una tasa de crecimiento de 6 por ciento, con un promedio sexenal de 4 por ciento”. Esto es, que se pretende que avancemos en economía a más del doble que el incremento demográfico, de manera que se puedan crear empleos suficientes para los jóvenes que se incorporan a la demanda de trabajo…y también para disminuir el desempleo.
Pero no sólo en las estadísticas, sino que el verdadero objetivo de un gobierno de corte social se cumpliría con la disminución de la pobreza, la marginación y la desigualdad.
 
LA POLÍTICA Y LOS BOLSILLOS
 
LA PREGUNTA obligada de la población común es cómo puede beneficiarla el aumento en las tasas de crecimiento económico. Es cierto que no se trata sólo de que aumente la productividad y se genere mayor riqueza, sino que se ponga énfasis en la distribución. Parte de una distribución más justa consiste en aplicar algunas de las premisas de AMLO: no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, por el bien de todos primero los de abajo, enemigo del desarrollo y de la justicia es la corrupción.
Cuando hablamos del Producto Interno Bruto, economistas como David Ibarra Muñoz y Rolando Cordera, explican que se trata del valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos durante un período de tiempo. Se compara con un lapso anterior. Así se dice que hay crecimiento, disminución o estancamiento. 
En el llamado modelo neoliberal su objetivo fue sólo producir más riqueza…y concentrarla en pocas manos, nacionales o extranjeras. En el modelo del bienestar la meta sería el desarrollo, mejorar la calidad de vida de la gente. La economía se refleja en los bolsillos, en la capacidad de compra de las personas y de las familias; de lo contrario no es progreso.
Para David Ibarra, ex secretario de Hacienda, ante el escenario de la economía mexicana para los próximos años, “urge que la estrategia del actual gobierno federal apuntale a ese crecimiento mediante nuevas rutas que rompan con la mediocridad del desempeño económico que el país viene arrastrando desde hace varios años”.
“Es importante decir –añade- que para crecer más no bastará con la inversión productiva del Estado; se requiere, sobre todo, de la inversión privada, tanto nacional como inversión extranjera directa, a fin de construir una nueva política industrial que sea sostenible y que permita detonar procesos de crecimiento en el mediano y largo plazo. Además, se debe avanzar hacia una política impositiva progresiva, y a la par debe revisarse el pacto fiscal y diseñarse una nueva estrategia de distribución equitativa de la riqueza; es decir, construir los instrumentos para darle cauce a la propuesta de la CEPAL de crecer para igualar, e igualar para crecer”. (México Social, marzo 2019)
AL MARGEN
EL MÁS RECIENTE número de la revista Proceso (5 de Mayo, 2019), refleja una posición pesimista respecto al desempeño de futuro: “Economía, negro panorama”, anuncia en su portada con un Carlos Urzúa –secretario de Hacienda-, pensativo y cabizbajo. La edición va acompañada de cuatro textos relacionados con la desaceleración de la economía, una crítica al plan lopezobradorista y a las recetas de austeridad, así como el impacto de las medidas de ahorro en el abasto de medicamentos y la atención médica.
Por otro lado, el fondo de inversiones más grande del mundo, la firma BlackRock, le expresó a López Obrador su confianza para asociarse en la construcción de proyectos de infraestructura en México y en el plan de desarrollo en el sureste del país. El representante de esa poderosa administradora, Larry Fink le escribió a AMLO: “Estamos preparados para asociarnos en la construcción de infraestructura de servicio de internet en todo el país y para desarrollar el Istmo de Tehuantepec”. Dos, tres, cuatro puntos porcentuales…lo determinante es cuánto mejora la vida de la gente. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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