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Home Escala Crítica Las tareas de Ebrard: misión Washington, chantaje, jaloneos y otros entretelones

Las tareas de Ebrard: misión Washington, chantaje, jaloneos y otros entretelones

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 Escala Crítuca/Columna diaria

     
* Política exterior y desarrollo nacional: ¿sur recuperado?
* Gabinete: ajustes, recados y futurología permanente
* Tiempos y estrategias: permanencia del conflicto con Trump
   
Víctor Manuel Sámano Labastida
 
EN EL MOMENTO más delicado del sexenio, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón estuvo en el centro de la atención. El propio funcionario subrayó: “En la negociación, alguien no tenía voz: Centroamérica. Con nosotros la tuvo”. Otra interpretación es que cedió más de lo que debía frente a una política del chantaje. Tiempo, separación de áreas en conflicto y respeto a la legislación internacional, tenían que ser sus coordenadas para frenar la imposición del 5% en aranceles a productos mexicanos. 
Algunas críticas a Ebrard, desde el nacionalismo, el realismo político y la geopolítica, reflejan lo que está en juego: la viabilidad del proyecto de nación que plantea López Obrador a la ciudadanía, incluyendo a las élites (descreídas de la izquierda política). También, por qué no decirlo, a Morena que no se ha logrado encontrar como partido y propuesta.      
Hay que espigar, entre las críticas y elogios al canciller, lo que sucedió en Washington, si tal cosa es posible. Las mesas de negociación, curiosamente, tuvieron filtraciones del lado estadounidense, mientras que del lado mexicano se manejó discreción puntillosa. Las crónicas periodísticas que retomamos, para identificar puntos centrales del intercambio diplomático, pertenecen a Dolia Estévez, Álvaro Delgado (Proceso), Jorge Zepeda Paterson (El Universal) y León Ferré (El Economista).            
 
CABILDEO CON PAN DE ELOTE Y LLAMADA     
 
UNA CRÍTICA recurrente fue la supuesta prisa con que la misión mexicana llegó a Washington (viernes 31 de mayo). Raymundo Riva Palacio planteó que se trataba de un fallo grave, por ausencia de la contraparte de Ebrard. Faltaban 5 días para las negociaciones. ¿Qué pasó entretanto? El oficio diplomático de Ebrard se puso en marcha, en charlas con legisladores demócratas, que ubicaron como real la amenaza de aranceles, atribución presidencial que no podía pararse en el Congreso. Ebrard comentó a periodistas –después de las negociaciones- que esto cambió su percepción de la estrategia a articular: “No era bloof. Trump podía cumplir su amenaza. Ése fue mi punto de partida para las negociaciones.” 
Dos datos que trascendieron a nivel extraoficial, resultan significativos para entender la modificación de las posturas. Ante el ultimátum del primer día de negociaciones (“los aranceles van si ustedes no se declaran tercer país seguro”), México jugó la carta del maíz, como primer importador del grano estadounidense. Hubo una llamada de AMLO a Ebrard: “Si los aranceles de Trump se aplican, entonces no les compramos ni un elote”. Este punto frenó en seco a los estadounidenses, según versión de Dolia Estévez cotejada con negociadores del vicepresidente Mike Pence. No es casualidad: el Presidente Trump aprobó (junio 14) un decreto para producir etanol, combustible derivado del maíz. Esto apunta a quitarle a México la carta del maíz, como principal importador del grano producido en el medio oeste norteamericano. En la siguiente ronda de negociaciones, si la hay, México tendrá un flanco débil: la producción de maíz estadounidense se puede canalizar hacia el etanol.
Otra llamada telefónica, que no se concretó por fallas de cobertura en territorio mexicano, fue afortunada en sus efectos políticos: Trump quiso comunicarse directamente con AMLO, pero una gira por la sierra de Coahuila impidió la conexión. En el Capitolio, las crónicas del Washington Post manejaron que Trump externó, ignorante de la cobertura deficiente: “AMLO es duro. Insistí y no me tomó la llamada”. Carlos Slim, luego de las negociaciones exitosas, expresó con ironía: “El Presidente me debe un favor por la falla de la red”. A veces, la política tiene casualidades que se leen como estrategias.
                                       
CELOS DE GABINETE 
 
EL PRESIDENTE de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, cargó duramente “contra el papel protagónico y la usurpación de funciones de Marcelo Ebrard”. Curiosa interpretación política de una negociación impecable en su sentido técnico. Ricardo Monreal, líder de la bancada Morena en el Senado, guardó silencio, lo que resultó en lecturas futurológicas del sexenio. La principal aludida por los reclamos de Muñoz Ledo, Olga Sánchez Cordero, desde Gobernación se alineó con “la estrategia exitosa del Presidente y la delegación mexicana que encabezó Ebrard”. Luego, hubo una consecuencia: la renuncia de Tonatiúh Guillén, director del Instituto Nacional de Migración (INM). Los 140 mil migrantes de mayo, el primer dato que le pusieron sobre la mesa a Ebrard en Washington, pesaron mucho en la valoración de la eficiencia de este funcionario, heredado de otras administraciones. Francisco Garduño es el nuevo titular del INM. Corren 45 días decisivos.              
Es pronto para evaluar la misión de Ebrard, a la mitad del río. Lo evidente fue la hoguera de vanidades que se desató a su alrededor, con pronunciamientos a favor y en contra. El trabajo es el sello de cualquier aspiración política, en todo caso, y habrá que seguir en el feudo de Morena y la 4T cómo se alinean los astros. Por lo pronto, AMLO mostró total confianza en su canciller y Ebrard respondió. Ojalá, por bien de México, no comience el tiempo de zancadillas y fuego amigo. Importa mucho que la viabilidad del proyecto de nación de la 4T se juegue en la frontera sur. Se recupera el sur para el debate sobre desarrollo. Que valga la pena. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 
 

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