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* Realidad social, cartera menguante; pobreza franciscana

*Gasto público: frenar la desigualdad y reactivar la economía

* Inversión privada al rescate: 32 mil millones de dólares   

 

Víctor Manuel Sámano Labastida

 

MACHETE y bisturí son metáforas para criticar recortes presupuestales del gobierno federal. Se insiste que los recortes, en áreas estratégicas, necesitaban bisturí y que el gobierno de AMLO sacó el machete. Metáfora efectista (“falta de tacto”, “decisiones apresuradas”) para magnificar supuestos errores en la ejecución de políticas públicas. 

En la comparación, el bisturí permitiría la pronta recuperación de México; por el contrario, el machete complicaría las cosas porque el paciente sangra y no hay forma de recuperación rápida. Dicen opositores que recursos cortados con machete irán a parar, sin viabilidad, a proyectos magnos de la 4T: Refinería, Tren Maya, Nuevo Aeropuerto.

La metáfora del machete y el bisturí olvida dos factores que pesaron en el presupuesto 2019: a) la agenda de programas sociales, para paliar la desigualdad inmemorial, necesitaba recursos extraordinarios; b) los ajustes se dieron sin inflar el presupuesto: se eliminó el gasto superfluo (partidas que beneficiaban a la burocracia dorada, a contratistas leoninos y empresas oportunistas) y se reasignaron recursos sin caer en déficit... hasta ahora. 

Las finanzas nacionales requieren mejor distribución, es tarea encomendada a Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, y la Oficial Mayor Raquel Buenrostro, que hacen malabares. Quizás el machete era inevitable, pues el bisturí nada resolvía. Además, gobierno rico y pueblo pobre no cuadran con los parámetros de AMLO y su 4T. Aunque no todos sus colaboradores lo entienden.

        

AUSTERIDAD Y FAMILIA PRESIDENCIAL     

 

LA AUSTERIDAD republicana va en serio, se insiste. Aunque el marco social, para su aplicación, es delicado. Las urgencias nacionales son muchas y a la alza, como ya sucede con asuntos migratorios. Valore, austero lector, los recursos que se necesitan para 1) establecer, por primera vez en la historia, una frontera visible hacia el sur, con vigilancia eficaz; 2) censar migrantes que pisan suelo nacional; 3) garantizar derechos humanos (la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, manejó un dato escalofriante: “30% de los migrantes son niños, muchos sin familiares adultos”); 4) proporcionar servicios básicos a migrantes viajeros, y visas humanitarias cuando existan situaciones extraordinarias; 5) ejecución coordinada (con la ONU y EEUU) del Plan de Desarrollo Sur-Sureste-Centroamérica. Esto en un país con sus propios déficits. 

Se necesitan recursos adicionales a lo aprobado en el gasto público 2019. Por ahora AMLO es presionado por realidades sociales, no por sus opositores. La oposición sigue sin estrategias claras.

Si la realidad aprieta, el Presidente reacciona. El jueves 13 de junio, AMLO  dio a conocer un memorándum que muestra coherencia frente a los que exige al gabinete: giró indicaciones para no escuchar ni darle alas a sus familiares en negocios vinculantes gobierno-sector privado. AMLO advirtió: “Nada de nada” con sus familiares cercanos y lejanos. Un acotación presidencial que no tiene precedente en la historia contemporánea de México. Incluso Lázaro Cárdenas (1934-1940) tuvo en Michoacán fuerte presencia personal y familiar, con negocios prósperos. Eran otros tiempos, se dirá.

     

¿CABALLERÍA EMPRESARIAL?

 

LOS RECURSOS que necesita el país se gestionan con responsabilidad. Aquí sí hay bisturí. Considere el lector lo siguiente: 4 días después de frenar aranceles estadounidenses a productos mexicanos, se anunció una inversión privada de 32 mil millones de dólares, acuerdo entre el gobierno y el Consejo Mexicano de Negocios.     

Carlos Salazar Lomelín, directivo del CMN, no se anduvo por las ramas y realizó 4 propuestas: 1) reglas y mensajes claros, que se cumplan en los sectores público y privado; 2) estado de derecho fuerte y eficaz; 3) estabilidad macroeconómica; 4) compromiso “para resolver, con estricto apego al marco jurídico, los obstáculos que con frecuencia impiden la realización de proyectos de inversión”. AMLO se apuntó en esa dirección.

Nadie esperaba, en momento de definiciones, que la iniciativa privada le tendiera un guante al primer gobierno de izquierda en el México moderno. ¿Juego de intereses?, veremos.

Este sexenio comenzó con divisa de austeridad republicana y sigue con presiones fuertes. Por cuentas que no cuadraron al buscar 500 mil millones de ahorro sin corrupción, AMLO anunció la pobreza franciscana (febrero). Alfonso Romo, jefe de asesores y enlace con empresarios, comunicó este mensaje de viva voz en reuniones tensas (marzo) que sacudieron el barco de la 4T. Varias secretarías, que ya tenían recortes importantes, vieron venir el machete y se inquietaron, prendidos sus proyectos con alfileres. Además, la llave menguante del presupuesto público inquietó a la clase empresarial, acostumbrada a obras de relumbrón con alto margen de ganancia. El rumbo económico de la 4T sigue en pos de la eficiencia, mientras el debate “machete o bisturí” se mantiene. No es tiempo de jauja. Se habla ya, en el Congreso, de elevar la austeridad republicana a rango constitucional.

AL MARGEN

DIJO el gobernador Adán Augusto que tras haber conseguido de la CFE la condonación del adeudo histórico de más de 400 mil usuarios domésticos y la aplicación de la tarifa 1F, ahora buscará una mejor tarifa industrial o comercial. Hasta ayer, informó, más de seis mil usuarios han regularizado su situación contractual. Habrá módulos para agilizar los trámites. Y más orientación.

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