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*Registradas tres fórmulas, no encuentran fórmula de unidad

*Van también Ortega y Piñón, dejan fuera a Ulises Ruiz

*Consulta interna: un ejercicio riesgoso pero necesario

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

CAMBIAN los tiempos y los vientos. El Partido Revolucionario Institucional fue, en sus años de gloria y poder, el único instituto político que no se preocupaba por los recursos económicos, como tampoco por sus métodos. Ahora debió hipotecar uno de sus edificios en la Ciudad de México, por cien millones de pesos, para financiar la elección de su dirigencia nacional. Acudirá a una consulta interna, aunque todo apunta que el gobernador de Campeche -con licencia-, Alejandro Moreno Cárdenas será el ungido. Tiene a los mandatarios priistas de su lado, así como a la estructura partidista.

En un intento por mostrar una discutida apertura democrática –por lo menos la puso en cuestión el ahora ex tricolor y ex aspirante José Narro-, el PRI pretende instalar unas seis mil urnas en todo el país para que el 11 de agosto sus militantes y simpatizantes acudan a votar. También en una inusual práctica, acudieron ante la Comisión Nacional de Procesos Internos hasta antes de que cerrara el plazo representantes de siete fórmulas de “aspirantes”, entre los que se contaron el propio Moreno Cárdenas, así como los ex gobernadores Ivonne Ortega (Yucatán) y Ulises Ruiz (Oaxaca). Sólo quedarían tres.

Otros personajes que llevaron su documentación son prácticamente desconocidos. No se prevé una contienda cerrada como sucedió en 2002 cuando Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo se impusieron  a la fórmula encabezada por Beatriz Paredes y Javier Guerrero, en la que el cómputo final dio una diferencia de sólo 1.7 puntos porcentuales. Los votos anulados fueron casi tres veces la diferencia entre Madrazo y Paredes (4.76%). 

 

CON EL 2024 EN LA MIRA

 

LA HISTORIA se conoce: la llegada de Madrazo a la dirigencia nacional fue el pronóstico de una ruptura y el inicio de su campaña para la Presidencia del 2006…cuyos resultados mandaron al PRI al tercer lugar por primera vez en su historia. ¿Buscará Moreno Cárdenas –una vez que le entreguen la jefatura del tricolor-, estar en las boletas del 2024 para relevar a López Obrador? Aseguran que no, pero…lo que puede adelantarse es que se avecina una nueva división el ex partidazo; aunque sus seguidores sostienen que contará con tiempo para curar heridas y reorganizarse rumbo a las futuras presidenciales.

Este año, el PRI debe hacer frente a una realidad económica (aparte de los saldos electorales negativos del 2018 y 2019): de los un mil 600 millones de pesos que obtuvo como recursos públicos legales el año pasado, ahora sólo contará con 798 millones 894 mil pesos. El Instituto Nacional Electoral (INE) le pedía al tricolor 230 millones para organizarle su consulta interna, la tercera parte de sus recursos. (Al PRD le costó 120 millones la intervención del INE en el 2014.) Siendo optimistas, podríamos decir que la austeridad es un excelente remedio contra el exceso de confianza y el abandono de los principios.

Como seguramente usted ya se enteró, la comisión electoral priista dictaminó a favor del registro de las planillas de Moreno Cárdenas (Alito), Ivonne Ortega y Lorena Piñón; la candidatura de Ulises Ruiz fue desechada por no cumplir los requisitos de la convocatoria. El oaxaqueño, cercano a Roberto Madrazo –quien a su vez está cada vez más pegado al Partido Verde-, era quien más guerra podría haber dado al campechano Moreno, por lo menos como ruido en los medios, más que por un liderazgo en declive. 

En torno a Moreno Cárdenas se alinearon once de los doce gobernadores del tricolor; de la misma forma renunció a competir José Ramón Martell y se sumó al campechano. En tanto, Piñón Rivera es posible que sirva para legitimar una decisión largamente anunciada; recordemos que en la precampaña se había lanzado contra José Narro, ahora ex priista. Es poco probable que Ivonne Ortega rompa con su partido, a pesar de que sostiene que López Obrador estaría favoreciendo al “candidato oficial”; en la selección de abanderado del PRI a la Presidencia para el 2018 a pesar de su rebeldía terminó respaldando a José Antonio Meade.

¿Dónde estaría entonces el quiebre del tricolor? En los cuadros medios y en las bases, como sucedió en las elecciones presidenciales. Una fuga hormiga. Además de que Morena se volvió para un sector de ese partido una opción atractiva…siempre y cuando existan posibilidades de cargos y candidaturas. 

 

¿DERECHO DE ADMIISIÓN?

 

ASPIRANTE a dirigir el partido Morena (surgido del Movimiento de Regeneración Nacional), la ex contralora del GDF Bertha Luján Uranga, pidió a los militantes de su organización participar para evitar que los cargos sean entregados a oportunistas. “El llamado que estamos haciendo –dijo- es que se fijen muy bien, que se elija bien a la gente, a quien está comprometido con el proyecto y tenga un historial, que no se hayan incorporado el año pasado para ver si alcanzaban una diputación, si no la gente que lucha”.

Reconoció que una buena parte de los dirigentes fundadores de Morena en todos los niveles se fueron al gobierno o son diputados y senadores. Hay muchos más, por supuesto, que fueron desplazados y eso lo escuchamos todos los días. 

Luján Uranga, madre de la actual secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, aseguró que este año no habrá afiliación de nueva militancia, de manera que votarán para renovar su dirigencia quienes ya están en la organización. Acotó en una entrevista: “La única manera de impedir que el oportunismo o bien la traición se instalen en Morena, es que la gente participe, que haya militancia y participación en las asambleas, para que la mayoría elija”. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )