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Home Escala Crítica El discurso y los hechos: desmontar las inercias de un sistema político

El discurso y los hechos: desmontar las inercias de un sistema político

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 Escala  Crítica/Columna diaria

*El madruguete de Baja California; la tentación del agandalle
*Ambiciones pequeñas y medianas: problemas grandes      
* Resistencia por inercia, un modo de pensar en las ganancias 
   
 Víctor Manuel Sámano Labastida
 
LA ADMINISTRACIÓN del presupuesto público y el ejercicio de gobierno son labores que desgastan al más pintado. Como añadidura, desmontar un sistema político en el discurso es cosa muy diferente a desmontarlo en los hechos. La gran enseñanza del primer año de gobierno (intenso y esforzado) de AMLO, puede ser ésta: hay inercias sociales, políticas y económicas, que resultan  camisa de fuerza para el anhelo de cambio. Ambiciones pequeñas y medianas son problemas grandes, aunque sin responsable visible.  
En el discurso, no hay duda que AMLO tiene superávit simbólico. Su insistencia en las bondades de la Cuarta Transformación ha creado un vocabulario de impacto popular: “la mafia del poder”, “los conservadores”, “los fifís” y “la prensa fifí”, “me canso ganso”, “si eso es ser populista que me anoten en la lista”. “hay una bola de defensores de la pesadilla neoliberal”, “no somos iguales, no me comparen con Salinas”, entre otras fórmulas y frases que revelan el olfato político del tabasqueño.
Su discurso mantiene gran aceptación social, expresada en tendencias de encuestas nacionales: 85-90% en sus momentos más altos, 60-65% en sus momentos más bajos, lo que ya quisiera cualquier mandatario del planeta: el promedio es 37% de aprobación, según registra un estudio geopolítico de la UNESCO  (2018) realizado en 110 países.
En el terreno de los hechos, las cosas siempre se complican. El Presidente es el responsable máximo de lo que ocurre en un país, aunque luego a) algunos de sus colaboradores atienden sus agendas personales y se van por la libre, b) los adversarios preparan emboscadas y ayudas que no lo son, y c) los medios centran la lupa en las contradicciones o en sus intereses afectados. Política entendida como conflicto permanente. Así funcionan por ahora las cosas: la inercia de prácticas culturales enraizadas frena el impulso de cualquier transformación.                
HORAS BAJAS, MADRUGUETES
 
EN BAJA California, el congreso local saliente se aventó la chulada de ampliar a 5 años el mandato del gobernador electo Jaime Bonilla Valdez (Morena), que originalmente era de 2 años. El objetivo del período corto fue enlazar la próxima elección de mandatario estatal con los comicios federales intermedios de 2021. Se trata de un despropósito jurídico que pudo evitarse. Lo curioso: en el congreso local que aprobó la ampliación de mandato, había 3 legisladores de Morena por 21 que son panistas y priistas. Como si quisieran mandar a la federación la manzana envenenada del consenso a la antigua. 
El beneficiado (Morena) tenía que haber dejado constancia del despropósito: no se puede ampliar un mandato sin visitar las urnas en elecciones abiertas. Pero la votación fue unánime. En los medios se habla de un pacto entre el gobernador saliente y el entrante: la cuenta pública aprobada a cambio de la ampliación de mandato. El sistema antiguo en ebullición, dentro del nuevo.  
Se anunció controversia constitucional. La decisión del congreso de Baja California no podía quedar como un precedente jurídico ominoso: cualquier mandato, a nivel estatal o federal, podría ampliarse por la decisión colegiada de un congreso, sin urnas ciudadanas de por medio. Así no se construye la democracia.
                   
AY JALISCO, SÍ TE RAJAS
 
EL DELEGADO federal para Jalisco, Carlos Lomelí Baños, renunció a su cargo. El motivo es de sobra conocido: imputación de hacer negocios con venta de medicamentos a hospitales estatales. Mediante Abisalud, empresa de su propiedad, hay señalamientos periodísticos de que Lomelí pactó contratos por 164 millones de pesos. 
La renuncia del delegado no debería cancelar una investigación exhaustiva sobre la imputación. ¿Debe haber conversado López Obrador con el susodicho y lo metió en cintura? No se sabe, pero AMLO bromeó en acto público sobre la renuncia de Lomelí, signo de que vio dicha renuncia con buenos ojos. Mejor así y no una defensa a ultranza. La lucha contra la corrupción es eje discursivo del nuevo régimen. Imprescindible una decisión de ese tipo, comenzar por casa aunque falta la investigación oficial y la sanción, si lo que se le imputa a Lomelí se comprueba. Un aviso para quienes se subieron a ese tren pensando en los negocios particulares.  
 
RENUNCIAS MEDIÁTICAS, SEÑALES
 
HAY RESBALONES que no se explican con facilidad, como el tercer párrafo de la carta de renuncia del exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, publicada primero en twitter. ¿De qué habla el tercer párrafo? Sin dar nombres, de funcionarios de la 4T que “tienen un patente conflicto de interés”. Ante tamaña imputación, AMLO contestó y puso nombre y apellido al conflicto de Urzúa: Alfonso Romo, su jefe de asesores. “Pero no hay conflicto de interés, porque ninguna de las empresas de Romo se ha beneficiado con dinero público”, sostuvo AMLO. Mientras tanto, con información pública se puede ver la independencia en el actuar del gabinete, a pesar de que algunos tachan al Presidente de autoritario ahora le exigen imponer disciplina. 
La primera renuncia importante fue de Germán Martínez al IMSS, quien apuntó a funcionarios de Hacienda también sin nombrarlos: Carlos Urzúa, luego renunciante, y Raquel Buenrostro, Oficial Mayor que cuida los egresos con lupa. Urzúa hizo lo mismo que Germán Martínez. El cambio de régimen se nota hasta en las formas de las renuncias. Pero también hay que construir una nueva institucionalidad.
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