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Home Escala Crítica Política y tecnocracia; contra el neoliberalismo una propuesta de “economía moral”, dice AMLO

Política y tecnocracia; contra el neoliberalismo una propuesta de “economía moral”, dice AMLO

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 Escala Crítica/Columna diaria

 
*Sostiene que es un debate mundial; macroeconomía insuficiente
*Tecnocracia a discusión: desmontada, la técnica como ideología
* El caso Urzúa, versiones en conflicto, fondo ético de la discrepancia
  
Víctor Manuel Sámano Labastida
 
MÁS QUE en la economía, creo en la política, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador. No sólo eso, para incomodidad de sus críticos, anunció que ya tiene en mente un nuevo libro: la economía moral, una alternativa al neoliberalismo. Este enfoque de la producción y la distribución, puntualizó, es un movimiento que “vamos a promoverlo cada vez más en el mundo”.
Tecnocracia es etimológicamente el poder de la técnica. Su significado moderno es el gobierno de la técnica. Lo vivido en México, como debate público en tiempos del nuevo régimen, es el lugar que debe ocupar la técnica en las decisiones políticas del gobierno.  
En el debate, todavía en curso, se ha desmontado la técnica como discurso ideológico y neutral. La técnica aplicada al servicio público cobra rango político e ideológico, no neutral sino interesado. Hay poder de la técnica, hay gobierno de la técnica. Eso es lo que se cuestiona en el mundo, desde hace varios años, para frenar el dominio de la tecnocracia capitalista neoliberal. La crítica no es gratuita: los resultados económicos y sociales son desastrosos y quienes se proclaman los mejores han sido los peores. 
En México, quien ha plasmado la crítica a la tecnocracia con precisión es el joven politólogo Gibrán Ramírez: “la técnica no puede fijar fines”. Exacto. Los fines se deciden a través de un programa político, de valoración humana y no estadística. La técnica aplicada al servicio público cobra rango ideológico cuando trata de fijar por sí misma las decisiones políticas del gobierno.     
El conflicto entre técnica y política separó al presidente López Obrador de Carlos Urzúa, Secretario de Hacienda hasta el 9 de julio. Hay testimonios públicos a la mano: declaraciones de AMLO, entrevista y artículos  periodísticos de Urzúa, a pocos días de su salida. 
 
CAJAS PARA LA DESPEDIDA 
 
DESPUÉS de una logística que incluyó “más de siete decenas de foros de consulta ciudadana y más de ocho decenas de mesas sectoriales con especialistas”, para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo 2019, el exsecretario Urzúa describió una escena clave en su relación política con López Obrador: “Pero muy cerca del 30 de abril, la fecha límite para mandar a la Cámara de Diputados el Plan Nacional de Desarrollo propuesto, el Presidente informó a quien esto escribe que ese documento sería reemplazado por uno de su propia creación”. Publicó como sorpresivo articulista (El Universal, julio 29), luego de que en Hacienda ejercía silencio monástico. Es su libertad y su responsabilidad. “Debe insistirse en ello: no se puede escribir a vuela pluma un Plan Nacional de Desarrollo”, subrayó. 
Urzúa prosigue: “Me atreví entonces a comentarle que a mí parecer su trabajo no era un plan, sino un manifiesto político y que como tal podría constituir un largo prefacio del otro. Pero no fue aceptada mi propuesta; un secretario de Estado no es, después de todo, más que un secretario”. AMLO y Urzúa chocaron por el PND y lo han contado, aunque no con los mismos detalles. Ninguno lo contó cuando ocurrió la discrepancia. Comprensible, por ser asuntos de Estado.
Cuenta Urzúa: “Y así, al regresar a mi oficina del propio Palacio Nacional comencé a calcular las cajas que iba a requerir para desocuparla”. Tenemos a un técnico metido a político que sabe que su renuncia está cerca porque no comulga con el pensamiento del Presidente. ¿Por qué demoró la decisión Urzúa?, y otra interrogante clave: ¿en qué condiciones trabajó dos meses y 10 días más? Estamos en tiempo de revelaciones.
                      
CUARTO EN EL ORDEN Y FECHAS DESFASADAS       
 
LÓPEZ Obrador no tenía contemplado a Urzúa en primer turno para Hacienda. Uno de sus economistas de más confianza falleció en 2017; así que la primera opción para Hacienda fue Santiago Levy, que no aceptó el cargo por tener una encomienda internacional en curso; la segunda opción, Gerardo Esquivel, se fue al Banco de México y así quedó el campo libre para Urzúa. En todo esto un misterio: ¿dónde quedó el más cercano al lopezobradorismo, Rogelio Ramírez de la O?
Pues bien, Urzúa contradice una versión inicial sobre la fecha propuesta para la renuncia. AMLO mencionó que Urzúa quería renunciar el sábado 13 de julio, “para dar tiempo a tranquilizar los mercados”. En cambio, Urzúa plantea algo directamente relacionado con la discrepancia por el PND: para su sorpresa –dice-, el 30 de abril se enviaron a la Cámara de Diputados los dos documentos, el político (de AMLO) y el técnico, que se revisaron en mayo y junio, para finalmente publicarse el documento autoría de AMLO, el 12 de julio en el Diario Oficial de la Federación. Urzúa afirma que por eso “renuncié a mi cargo tres días antes de la promulgación del Plan del Presidente” (julio 9), lo que contradice la versión sabatina para su renuncia y que por cierto no desmintió en entrevista con Hernán Gómez (Proceso, julio 15).  
Para Urzúa las dependencias federales dependen, para diseñar programas de políticas públicas, del PND que no tiene un desglose técnico y se concentra en un mensaje político. Eso lo han repetido los adversarios de AMLO ahora. Estamos ante dos visiones de la economía: sólo técnica, o con adjetivos y objetivos sociales.
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