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Home Escala Crítica Moreno y Ortega: ganan reflectores las acusaciones, más que las propuestas

Moreno y Ortega: ganan reflectores las acusaciones, más que las propuestas

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 Escala Crítica/Columna diaria

*La democracia no se puede improvisar; debe ser práctica diaria
*El PRI va contra el tiempo y la dispersión; a la vuelta el 2021
*Aprendizaje desde la oposición: hacer política sin dinero 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL PARTIDO Revolucionario Institucional (PRI), vive momentos de su mayor crisis. Esto se ha dicho con frecuencia, pero sin duda que el domingo próximo definirá su futuro inmediato en un terreno en el que hasta ahora no le han salido bien las cuentas: una consulta a sus bases para formalizar lo que para muchos es una decisión tomada, la de quién conducirá al tricolor hacia los comicios del 2021. Alejandro Moreno Cárdenas aparece como el candidato de “línea”; le compite Ivonne Ortega Pacheco.
Los dos son del sureste, como el actual presidente AMLO. Los dos han sido gobernadores. Moreno Cárdenas, de Campeche y con licencia; Ortega Pacheco, de Yucatán y con aspiraciones presidenciales en 2018. Ambos visitaron Tabasco para hacer presencia, por lo menos simbólica. Aunque la yucateca ha estado más veces en la entidad, ninguno de los dos logró despertar el entusiasmo que antes se veía, o simulaba, en las huestes del tricolor. “No hay recursos”, dicen los representantes de uno y otro.
Otra aspirante aparecerá en las boletas el domingo, la veracruzana Lorena Piñón Rivera; pero le conceden pocas posibilidades y hay quienes incluso la mencionan como una “pieza bisagra”, para restarle votos a Ivonne Ortega. Ella lo niega, y menciona que la actual dirigencia intentó anular su candidatura al expulsarla por aceptar ser postulada en 2015 por el PAN a una diputación local; los tribunales le devolvieron sus derechos debido a que no se concretó la nominación panista.
COMPETIR O SIMULAR
 
EL PRI BUSCÓ evitar el riesgo de una elección abierta, y al no poder impedir la consulta que se realizará este domingo acudió a la tentativa de reducir el número de competidores. De esta manera otro aspirante y también ex gobernador, Ulises Ruiz Ortiz, fue dejado fuera del proceso porque no logró cumplir los requisitos. El ex operador político de Roberto Madrazo se sumó entonces a Ivonne Ortega.
El camino del tricolor no sólo es cuesta arriba ya que en el país se ubicó en el tercer sitio de las preferencias electorales en 2018, también es accidentado: no consiguió que Instituto Nacional Electoral se hiciera cargo de su consulta, su padrón de militantes fue impugnado y uno de los más notorios pre candidatos no sólo dejó la contienda, también renunció a su partido. José Narro Robles, a quien ahora restan méritos, estuvo considerado para representar al tricolor en las presidenciales del 2018. Otro que abandonó la carrera fue José Ramón Martell, de la vieja guardia.
El ex partidazo todavía carga la losa de la derrota de los comicios nacionales. Esto se refleja en la dispersión y diversidad de grupos e intereses. Un intento de la llamada “nomenclatura” encabezada por Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa fue impulsar a Narro como candidato de unidad. 
La respuesta fue un frente común integrado por once de los doce gobernadores surgidos del PRI para apoyar a Moreno Cárdenas. Las versiones van de un extremo a otro y señalan lo mismo que este bloque fue propiciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador –a quien achacan un intento de tener “una oposición a modo”-, como también le adjudican la autoría al ex presidente Enrique Pela Nieto, quien buscaría un blindaje ante los posibles acosos judiciales y políticos. Ya en medios periodísticos se ha dado cuenta de la revelación de Peña Nieto sobre su voto anticipado a favor del campechano.
Todavía más, Ivonne Ortega contrincante de Moreno Cárdenas “reveló” que éste le pidió en una reunión sostenida el 8 de febrero que no se postulara porque él ya contaba con el apoyo de Peña Nieto, de los gobernadores del tricolor y del propio AMLO. En este último sentido la historia del político conocido como “Alito” ha ido del franco enfrentamiento al AMLO candidato, como al pleno reconocimiento ya en su calidad de Presidente.
 
GOLPEAR BAJO, ASPIRAR ALTO
LOS MÁS COMPLICADO para este partido quedó en evidencia en el reciente y último debate previo a la cita en las urnas. Aunque hubo un esbozo de propuestas, lo que llamó la atención fueron las acusaciones y descalificaciones personales. Alejandro Moreno señaló a Ivonne Ortega que “se quedó con mil 708 hectáreas en su pueblo”, siendo gobernadora; la aludida reviró afirmando que el campechano cuenta con una “Casa Blanca” (residencia) de más de 40 millones de pesos en su estado natal. ¿Daño innecesario? 
El próximo domingo son 6 millones 764 mil priistas quienes hipotéticamente tendrán derecho a votar, en las poco más de 6 mil en todo el país. Este ejercicio supuestamente tuvo un costo de 80 millones de pesos, aunque falta ver el balance final.
Lo que sí se puede observar es que los partidos políticos no han salido fortalecidos de una experiencia que debería servir para consolidar la democracia interna y así proyectarla al resto de la sociedad. Ocurrió con el PRI cuando la fórmula de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo ganó la consulta a sus militantes para la dirigencia nacional; sucedió en el PRD con la votación que llevó a Carlos Navarrete y Héctor Bautista a una efímera presidencia. El Partido Acción Nacional (PAN), que había mantenido el sistema de elección indirecta, llevó a consulta a sus bases las aspiraciones de Ricardo Anaya y Javier Corral para presidir ese partido; los resultados llevaron fueron catastróficos.
AL MARGEN
COMPETIR sin lastimarse pero con propuestas claras es madurez democrática. Asignatura pendiente. 
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