Escala Crítica/Columna diaria
*Fox, Calderón y Peña: a río revuelto ganancia de perforadores
*AMLO: volver a tierra y aguas someras, la apuesta del sexenio
*Ramírez Corzo, Muñoz Leos, Coppel: sacar petróleo o sacar dinero
Víctor M. Sámano Labastida
EN LA DECISIÓN de reactivar la industria petrolera con un nuevo enfoque no hay marcha atrás. Esto lo refiere insistentemente el presidente Andrés Manuel López Obrador. Es su estilo: para que una idea se establezca en la percepción de sus interlocutores la reitera y plantea de diversas maneras. Una de ellas es cómo se propone rescatar el petróleo para convertirlo en palanca del desarrollo. El modelo neoliberal, sostiene AMLO, desmanteló la que fue una industria orgullo nacional.
Recientemente, durante un encuentro en Oaxaca con los integrantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), destacó: “en los últimos años, la mitad de la inversión pública, la mitad de la inversión de Pemex se destinaba al norte del país y a las aguas profundas; la otra mitad al sureste, cuando es sabido que el petróleo está en el sureste, en tierra y en aguas someras”.
Agregó: “ahora el 90 por ciento de la inversión es al sur sureste y estamos ya trabajando en 22 campos petroleros para aumentar la producción, para frenar la decadencia de producción petrolera y volver a extraer petróleo. Esto ya está reactivando el sureste, complementado con la decisión de rehabilitar las refinerías y de construir la nueva refinería en Dos Bocas Paraíso, Tabasco” (14 de agosto).
Si el petróleo está en el sureste ¿por qué entonces la mitad de la inversión se destinaba al norte y a las aguas profundas?, interrogó AMLO y remató: “Ahí se los dejo de tarea para que ustedes le encuentren una explicación”.
UN POZO PROFUNDO Y NEGRO
LA HISTORIA de la fallida –hasta ahora- aventura de obtener el petróleo en aguas profundas inició con la llegada de Vicente Fox a la Presidencia. Un personaje se convirtió en el protagonista principal del plan que ha costado más de 160 mil millones de pesos: Luis Ramírez Corzo.
El primer director de Pemex durante la primera administración surgida del Partido Acción Nacional (PAN) fue Raúl Muñoz Leos, quien venía precedido de un historial de 36 años en una de las multinacionales más importantes dedicadas a la industria química: la estadunidense Dupont. A este funcionario le correspondió anunciar con fanfarrias el inicio de la perforación del “primer pozo en aguas profundas”, en 2004. El director de Pemex Exploración y Producción era desde 2001 Ramírez Corzo quien entró al relevo en la dirección general de Pemex cuando a Muñoz Leos le pidieron la renuncia. Despachó ahí formalmente desde noviembre de 2004 hasta diciembre de 2006.
La dirección de Pemex con Felipe Calderón fue ocupada inicialmente por otro empresario, Jesús Reyes Heroles González para dejar el lugar a Juan José Suárez Coppel en septiembre de 2009; a éste, egresado del ITAM y hasta antes de su designación vicepresidente del Grupo Modelo durante tres años, las tareas en Pemex no le eran ajenas: de 2001 a 2006 –con Muñoz Leos y Ramírez Corzo- fue director corporativo de Finanzas en la todavía paraestatal.
LO PROMETIDO…ES PRIVADO
AUNQUE fue Ramírez Corzo quien con mayor empeño (financiero) se agarró del proyecto de “aguas profundas”, los más miles de millones de dólares destinados a esa aventura cruzan también por las administraciones de Muñoz Leos, Reyes H, y Coppel…hasta llegar a Emilio Lozoya quien ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto anuncia que los “grandes proyectos de aguas profundas” quedarán en manos privadas. El argumento: “técnicamente estamos capacitados en muchas áreas, pero en otras no” (diciembre, 2013). T
A pesar del dicho de Lozoya Austin en el sentido de que el negocio de las aguas profundas se dejaría en manos privadas, de acuerdo a lo expresado por Octavio Romero Oropeza, actual director de Pemex: “De 2012 a 2018 el 49 por ciento de la inversión exploratoria se destinó a estudios sísmicos y perforación en aguas profundas, de donde no se ha logrado extraer una sola gota de petróleo al día de hoy”.
Esto es, abundó, “durante tal periodo, se gastaron más de 160 mil millones de pesos en aguas profundas, de una manera totalmente improductiva hasta ahora” (18 de marzo, 2019). Se colocó en segundo plano el desarrollo de los yacimientos en aguas someras y en tierra.
El negocio de aguas profundas no fue para el país sino para las compañías privadas que se beneficiaron de esa “perforación al azar”, como la califica un especialista en la materia quien me comenta que lo mismo buscaron en esa modalidad hidrocarburos en la zona de Campeche, que frente a Tabasco y Veracruz, para irse más al norte sin resultados.
En la revista Nexos (diciembre de 2010), Adrián Lajous refería que hasta entonces ya se habían perforado unos 15 “costosos pozos” y sólo se descubrió frente a Catemaco, Veracruz, uno de dimensión “significativa y comercialmente viable”, el Lakach (2007). Poco duró el gusto, o el engaño: todavía en 2014 se le asignaron 12 mil millones de pesos a ese “mega proyecto”. Un año antes le habían inyectado 3 mil 567 millones de pesos. Pero…En marzo de 2017 se publicó que Pemex decidió “congelar” el proyecto por incosteable.
En efecto, me dice una de mis fuentes, una cosa es que se encuentren los yacimientos y otra muy distinta se logren desarrollar (explotar). En principio, los que ganan son los perforadores…¿pero quién decide dónde perforar?
Otra historia será dónde están quiénes desde Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña tomaron las decisiones (¿premeditadamente?) erráticas. Una madeja que arranca, por lo menos, desde Muñoz Leos y Ramírez Corzo, cercanísimos a Marta Sahagún de Fox.
AL MARGEN
VENCIÓ el plazo para convocar la renovación de dirigencias de Morena. Anoche siguieron los jaloneos. (
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