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Home Escala Crítica Seguridad y economía, en el centro de la agenda presidencial; retos pendientes

Seguridad y economía, en el centro de la agenda presidencial; retos pendientes

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Acción gubernamental, percepción y hechos; discurso y recurso
*Racionalidad: reconocer pendientes, reforzar los aciertos
*No sólo cuenta el aplauso; reclamos: legitimidad y obstinación
 
Víctor Manuel Sámano Labastida
 
EN LA PERCEPCÓN ciudadana los programas sociales son el mayor logro en los primeros meses del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; hay, por supuesto, críticas al uso de recursos pero los efectos de las acciones lo veremos en mediano plazo. AMLO reconoce dos pendientes principales en lo que va de la administración: seguridad y economía. Reconocerlo es un rasgo de realismo político, dado que las urgencias por inseguridad y las presiones económicas no pueden ocultarse bajo ningún concepto. 
AMLO es conocedor del ánimo de la población y sabe cómo manejarlo. Luis Carlos Ugalde, ex titular del IFE y consultor político ha dicho sin ironía que AMLO “exuda legitimidad democrática”. Recientes encuestas nacionales revelan que la aprobación presidencial ronda el 70%, una larga luna de miel, se ha dicho.
 
A propósito de encuestas, en 2019 las variables de seguridad y economía, como problemas principales, aparecieron en las mediciones como el factor  que podía debilitar la imagen presidencial. Lo que produce violencia y miedo en las calles, más lo que pega a los bolsillos. Con  olfato para el control de daños, AMLO reconoció los faltantes, aunque matizó los motivos por los cuales no se avanza a la velocidad esperada.
 
ENCRUCIJADAS Y SOLUCIONES
         
EL PELIGRO está ahí. Sería torpe –como análisis social- ver estos dos problemas sólo en función de la imagen presidencial. De suyo los gobiernos anteriores hicieron su parte para llegar adonde estamos parados. Pero no es tiempo de cargar culpas al pasado porque el futuro cobrará la indolencia del presente; acusar no resuelve. Tampoco es momento de diagnósticos, sobre todo en seguridad, con la Guardia Nacional Civil aprobada en el Congreso y en funcionamiento. Fue el instrumento estratégico que pidió el Presidente para enfrentar la inseguridad. 
Sobre este punto, un dato: la Guardia Nacional tuvo su banderazo de salida el 27 de abril de este año en Coatzacoalcos, Veracruz. ¿Qué tiene esto de particular? Fue donde se presentó la tragedia/atentado/incendio en el bar Caballo Blanco, con saldo de 29 muertos (hasta ahora). ¿Por qué una tragedia de tal magnitud, en la ciudad donde arrancaron los trabajos de la Guardia Nacional? Casualidad o no, es leña al fogón. A este respecto, pese a la prisa y torpeza del gobernador veracruzano Cuitláhuac García (señalamientos sin investigaciones terminadas) no puede desecharse fácilmente su denuncia que relaciona al fiscal Jorge Winkler, con el crimen organizado y el ataque al citado bar. Es demasiado burdo para ser mera estrategia política. Algo debe saber Cluitláhuac, que lo llevó a informar a AMLO en caliente. El Presidente lo mencionó y pidió la intervención de la Fiscalía General de la República, que atrajo el caso.
La economía ha crecido 0.2% en 2019. El último dato, bimestral, es crecimiento cero. El INEGI dio 0.1 y luego redondeó a cero. AMLO explica que no es lo mismo crecimiento que desarrollo. Su argumento es persuasivo: “si 10 o 15 empresas crecen mucho y acumulan ganancias, se dispara el crecimiento del país, pero eso no garantiza el bienestar”. La réplica de sus adversarios es que “sin crecimiento no hay desarrollo”, lo que omite el factor de distribución de la riqueza vía políticas gubernamentales. El bienestar ideal, según economistas clásicos, depende del crecimiento (que se generen bienes, productos y servicios) con desarrollo (que se distribuyan con igualdad en el cuerpo social). El peso resiste en 20 por dólar y los proyectos de inversión, públicos y privados, se apuntan para el cierre del año. 
En lo económico, AMLO no ha tenido el instrumento que se antoja indispensable, aunque doloroso, política y socialmente: una verdadera reforma fiscal. Prometió que no se haría en los primeros tres años de su gobierno. La proyección estratégica es que grandes empresarios paguen impuestos sin simulación. Es el reto de atrapar a peces grandes sin ahogar a peces pequeños. Mientras tanto, el esfuerzo por reactivar Pemex presiona las arcas de la república; la apuesta es alta para que el petróleo sea palanca en la segunda mitad del sexenio. Las áreas sensibles son varias: salud, carreteras, turismo, comunicaciones, aeropuerto internacional. El próximo año, se esperan megaproyectos de inversión pública que no arrancan por situaciones jurídicas a desahogar: aeropuerto, gasoductos (destrabados formalmente), tren Maya. AMLO se queja de “conservadores”. Los jueces deciden. Trabajan horas extras, en lo que debe ser récord de juicios de amparo: 254 y contando.                      
Lo que sostiene a AMLO, frente a los pendientes de seguridad y economía, es el reconocimiento social de su honestidad personal. El segundo año será diferente si el pasado neoliberal se olvida ya como pretexto de los magros resultados. 
 
AL MARGEN
 
LARGAMENTE anunciada, finalmente llegó la dimisión de Luis Vera Morales a la dirección de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), organismo creado a partir de la Reforma Energética en marzo de 2015. El renunciante tuvo serias diferencias con el nuevo gobierno; el gobernador Adán Augusto López lo acusó públicamente de intentos de chantaje. De inmediato se mencionó insistentemente a Fluvio Ruiz como posible sustituto, pero fuentes cercanas a Pemex lo dieron por descartado. Entre quienes han levantado la mano para buscar el cargo está un tabasqueño oriundo de Macuspana y especialista en derecho ambiental, Horacio Polanco Carrillo. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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