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*Procesos de paz y países que han pasado por violencia extrema

*Evitar el ejercicio arbitrario del poder, y la tentación de las armas

*Miguel León Portilla y Francisco Toledo, dos imprescindibles

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

RESULTA común hablar de nuestro país como un cuerpo con innumerables heridas abiertas. No sólo se remontan a la colonización española, sino más allá en la construcción de imperios locales diversos entre pueblos en expansión, como los mexicas.  En estos días se han mencionado otras heridas más cercanas en el tiempo; como la masacre del 2 de octubre, los años de la guerrilla y la “guerra sucia” interior de la década de los setenta, los crímenes en Acteal, el levantamiento del EZLN, los desaparecidos-secuestrados de Ayotzinapa, las fosas comunes y los desparecidos. Una lista interminable.

Un sexenio sí y otro también, se han propuesto “comisiones de la verdad”. Algunos buscan que se castigue a los culpables de los crímenes; otros, conocer lo sucedido para evitar que se repita. Hay quienes buscan venganza, también quienes aspiran a la justicia.

Pueblos que han vivido procesos sangrientos, como lo sucedido con las dictaduras en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, establecieron leyes especiales para juzgar aquellos hechos. Otros, sobre todo en África y Oriente Medio, se mantienen en tensión y violencia permanente.

 

PERDONAR, PERO NO OLVIDAR

 

EN ARGENTINA, uno de los países más golpeados por el llamado “terrorismo de Estado”, el gobierno de Raúl Alfonsín (1986), promulgó la denominada “Ley de Punto Final”, para establecer un plazo de denuncias y juicios contra los torturadores y homicidas de la dictadura. Su objetivo fue cerrar un doloroso capítulo.

En España, cuyo pueblo padeció también la brutalidad de una guerra interna y una dictadura, en 2007 se promulgó la denominada Ley de la Memoria Histórica, por la que se reconocían los derechos de quienes padecieron persecución, violencia o despojo durante el ascenso y el ejercicio arbitrario del poder de Francisco Franco. 

En México, la llegada del nuevo gobierno fue acompañada de la presentación –en noviembre de 2018- de la Coordinación Nacional Memoria Histórica y Cultural de México, cuyo consejo asesor fue integrado por Beatriz Gutiérrez Müller en la presidencia, Cristina Barros, Horacio Franco, Elena Poniatowska, Carlos Pellicer, Arturo Beristáin y el recientemente fallecido Miguel León Portilla. Aunque sus fines son culturales no dejan de tener implicaciones políticas. 

Como acaba de suceder con Pedro Salmerón, quien tuvo que renunciar a la dirección del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), por haber calificado de “comando de valientes jóvenes”, a quienes participaron en el intento de secuestro y asesinato del empresario Eugenio Garza Sada, el 17 de septiembre de 1973.

 

EVITAR CONFRONTACIONES

 

EL PRESIDENTE López Obrador lamentó lo sucedido con Salmerón, pero sostuvo que es necesario evitar la confrontación. …Yo me he tenido que autolimitar mucho, no saben cuánto; pero tenemos todos que hacerlo porque así lo requieren las circunstancias y porque vamos bien, se va avanzando sin confrontación, sin desgastes”.

Estamos en un proceso complejo donde se requiere, en efecto, un poder que se autolimite en sus opiniones, como también en sus decisiones. Hay un equilibrio muy frágil.

Fritz Glockner, historiador e hijo del guerrillero asesinado en 1976 Napoleón Glockner, sostiene que la llaga abierta en México es un drama que sólo se puede resolver “contándolo, reconciliándolo”. En una entrevista con la revista Proceso propone una comisión de la verdad para saber “los nombres de los torturadores y represores”; no para resarcir el daño, “porque no es posible” pero sí para reconocerse en el pasado. (No. 2239)

 

CULTURA, COMPROMISO

 

HACE ya casi un mes falleció a los 79 años de edad el ciudadano-artista plástico Francisco Toledo; otro ciudadano-intelectual, Miguel León Portilla, nos ha dejado su legado a los 93 años de edad. Estos dos personajes se caracterizaron por el estrecho vínculo que establecieron entre la cultura y el pueblo, comprometidos con su tiempo pero con hondas raíces en el pasado.

Apenas en julio reciente en el Museo Nacional de Antropología se realizó un homenaje a León Portilla. Prolífico investigador, se mantuvo atento al mundo indígena tanto antiguo como actual. Desde el hospital, donde fue internado el 11 de enero de este año, trabajaba una antología de literatura en lenguas indígenas, pero que tuvo que suspender por su ya precario estado de salud. 

Recordó Letras Libres: “Su obra clásica de 1959 (Visión de los vencidos. Relaciones indígenas sobre la conquista) acabó reeditándose décadas después con un capítulo nuevo que, a manera de epílogo, añadía textos nativos de época moderna y contemporánea, hasta llegar a los testimonios zapatistas de fines del siglo XX”. (Bernat Hernández, mayo de 2016)

Dijo en febrero de 2016, poco antes de cumplir 90 años: “Me duele lo que le sucede, porque quiero muchísimo a México, con toda el alma; todos podemos hacer algo, por lo pronto a ver la vida en ‘Flor y Canto’, es decir, mirar la realidad de manera positiva”. La esperanza, siempre.

 

AL MARGEN

 

SALUD y seguridad son asuntos vitales en la responsabilidad del Estado Mexicano. Estas dos cuestiones van vinculadas estrechamente con la educación, especialmente la superior si se quiere tomar de modelo países que han enfrentado exitosamente atrasos. Ayer fue inaugurado en la División de Ciencias de la Salud de la UJAT el Cuatro Congreso Internacional de Investigación en Ciencias de la Salud; también se inició el Congreso Nacional de Postgrados con instituciones de educación superior de todo el país. Una buena oportunidad para avanzar en temas centrales. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )