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Home Escala Crítica La “monarquía sexenal” sostenida por una red de complicidades; algo más sobre Enrique Serna

La “monarquía sexenal” sostenida por una red de complicidades; algo más sobre Enrique Serna

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 Escala Crítica/Columna diaria

*“El vendedor del silencio”, novela, biografía y sociología
*Proceso de autodestrucción del individuo y del sistema
*Un poder intoxicado: dictadura perfecta, reino de simulación  
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
“RADIOGRAFÍA del machismo a la mexicana y epitafio de la dictadura perfecta”, así es como presentan los editores la más reciente novela de Enrique Serna que es a la vez una descripción de la patología de un régimen, de un individuo y de una sociedad. Se trata de “El vendedor de silencio”, que fue presentada y comentada por Álvaro Ruiz Abreu, Michael K. Strausser y este columnista en la primera Feria de la Lectura y el Libro (Fileli), realizada en Villahermosa.
Me referí en una anterior entrega a algunas de las expresiones de Serna, uno de los autores más celebrados en las últimas fechas. El 9 de mayo próximo recibirá el Premio Excelencia en las Letras “José Emilio Pacheco”, que otorga la Universidad Autónoma de Yucatán. Antes obtuvo, entre otros, el Premio Mazatlán de Literatura 2000, el de Narrativa Colima en 2004 y el Antonin Artaud en Francia, 2010.
Abusando de la paciencia y por solicitud de algunos de los lectores, reproduzco aquí parte de los apuntes de mi participación en la Fileli con Serna como invitado especial.
 
LA CORRUPCIÓN COMO SISTEMA
 
ESTA reciente obra de Enrique Serna, llega de manera muy oportuna, en momentos en que se analiza y discute la relación del periodismo con el poder, la estructura y los usos de ese poder, la sociedad que surgió de aquel sistema, la violencia en general y en particular la violencia contra las mujeres. Llega el libro en tiempos en que se pretende desmontar el viejo régimen, como un reclamo de la sociedad y un imperativo de la realidad.
La imagen de la portada de “El vendedor de silencio” nos remite de inmediato al personaje que estamos a punto de conocer: atildado, con el pelo engominado y una risa burlona, mirada que pretende seducir pero que en el fondo mide a su próxima presa. Así la vida que nos narra Enrique Serna. Recomiendo, en verdad, esta novela biográfica o biografía novelada.
El autor nos tiene acostumbrados a un estilo no exento de humor, a veces un humor que duele pero que ilustra, esclarece, nos pone ante el espejo. Y coloca a su personaje central en la plancha de la disección. Sucedió, por ejemplo, con su Antonio López de Santa Anna en “El seductor de la Patria”.
Decía el investigador Juan E. Pardinas que para el viejo sistema mexicano la corrupción no era el problema sino que era  la solución, porque el sistema vivía de la corrupción. Como nos lo muestra en su novela Serna una condición fue y es la existencia de una extensa red de complicidades que van desde el chofer y el jardinero, hasta los empresarios y políticos más encumbrados. Denegri era apenas parte de ese engranaje; quizá importante, pero prescindible. 
 
GERMEN DE LA AUTODESTRUCCIÓN
HASTA los que se oponían fueron parte del engranaje. Como lo vimos durante los años setenta y ochenta con los llamados partidos políticos paraestatales, como sucedió con el periodismo y otras actividades de la que no se escapaban los empresarios, las llamadas clases altas.
“El vendedor de silencio”  es una obra con un soporte documental y de investigación valioso para una excelente narrativa. Es un viaje al interior de la persona, disecciona al individuo, pero también al oficio, al sistema, a la propia sociedad.
Como dice el mismo autor: aprovecha las armas de la ficción para mostrarnos una verdad poliédrica, de muchas caras. Así, por ejemplo, vemos cómo nos lleva de un Denegri inteligente, culto, que lo mismo tiene un trato cínico con el poder –como cuando para obtener un pago le ofrece a un gobernador una columna que lo destroza y otra que lo enaltece, en acto de compra venta-, como también es capaz de entregar donativos a un convento, jugar con los niños, seducir a las mujeres para luego agredirlas brutalmente.
Denegri era “un intoxicado por el poder”, es cierto, pero también producto de un poder intoxicado, que llevó en sí el germen de su autodestrucción. Tanto el individuo como el régimen político.
En la novela aparecen personajes que son la antítesis de Denegri, como Jorge Piñó Sandoval un antiguo militante comunista y fundador de la revista Presente, Carlos Septién, Julio Scherer García, Miguel Ángel Granados Chapa.
Se cruzan en el tiempo, en la época con personajes del mismo corte que Denegri pero que no alcanzan tener los niveles de perversión del protagonista como Jacobo Zabludovsky, Alfredo Kawage Ramia, Agustín Barrios Gómez, Rodrigo del Llano, Roberto Blanco Moheno, Ernesto Julio Teissier, entre otros.
El personaje central de esta novela deambula en los laberintos de un sistema en el que se correspondían en la política individuos tan obscuros como Maximino Ávila Camacho, Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, entre muchos otros. También, por supuesto, del lado de los empresarios campeaba la corrupción y la arbitrariedad. Como le decía, todo un sistema que algunos llamaron “monarquía sexenal” (Cosío Villegas) o “dictadura perfecta” (Vargas Llosa).
AL MARGEN
ES UNA OBRA que no nos deja indiferentes, una novela para disfrutar, inquietarse, reflexionar, preguntarnos: ¿qué tanto ha cambiado esa realidad en nuestros días?  Enrique Serna nos narra, describe, un sistema que convirtió al llamado cuarto poder en el cuarto del poder. Concluyo con una frase que el escritor pone en boca de Carlos Denegri, filosofía del personaje pero también síntesis de nuestra educación cínica nacional: “No nos engañemos, papá, pensó entonces, con una piedad teñida de revanchismo: bien sabemos tú y yo que en la lucha por el poder y el dinero sólo juegan limpio los perdedores”. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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