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Home Escala Crítica AMLO, equilibrista del riesgo: cambio con presiones; país en debate permanente

AMLO, equilibrista del riesgo: cambio con presiones; país en debate permanente

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 Escala Crítica/Columna diaria

* Toma riesgos políticos y decisiones poco convencionales: Meyer               
* Aguilar Camín y el tiempo: buen discurso, magros resultados
* Primer éxodo por la democracia: una afortunada coincidencia
 
Víctor Manuel Sámano Labastida
 
TODOS los días del año, a cada hora, por lo menos desde que asumió la Presidencia, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador está en los medios. Por sí mismo, por sus simpatizantes o por sus críticos. Lo deseable es que esta permanencia sea un debate productivo y que aporte al conocimiento de lo que debemos construir o esperar de otros. Hay críticas por sistema; hay valiosos intentos por comprender.
El semanario Proceso (podcast de enero 3) entrevistó al historiador Lorenzo Meyer y al periodista Ignacio Marván para analizar el primer año de gobierno del Presidente López Obrador. Los puntos en común fueron tres: 1) AMLO es tomador de riesgos en la política y no se caracteriza por blofear: lo que  anuncia lo ejecuta.
2) Las decisiones que toma son poco convencionales. No decide acciones cosméticas, sino aquellas de gran dificultad por el cambio real que representan y los intereses que trastocan. 
3) Aunque parece que no escucha a colaboradores, AMLO tiene buen oído y sus decisiones incorporan ideas de otros. 
Las valoraciones pueden ser polémicas. Se dice que toma riesgos y calcula hasta dónde estirar la liga: media entre ideal y realidad. Varias de sus decisiones impactan al establishment mexicano por apartarse de libretos políticos convencionales. Camina sobre un difícil y complejo equilibrio…a veces no tanto.
 
CAMBIO CON SUSPENSO
 
LAS OPINIONES de Meyer y Marván chocan –por ejemplo- con la mirada de Héctor Aguilar Camín (historiador y columnista), cuya conclusión sobre el primer año de AMLO es que “los discursos del Presidente van muy por delante de los magros resultados obtenidos”. Para el autor de “Morir en el Golfo”, se encuentra AMLO a la mitad del río de un cambio mayúsculo, suspenso que no tiene contentos ni al grupo oligarca que perderá privilegios ni a quienes acompañan dicho cambio. Lo nuevo no llega y lo viejo no desaparece. Falta tiempo, pero eso no lo dice.
Lo que plantea Aguilar Camín importa por el cambio con suspenso. No es casual que AMLO ubique como objetivo de 2020 “serenar al país”, aunque las encuestas de aprobación presidencial de inicio de año son muy favorables: 72%. “Serenar”, puede ser un concepto amplio y ambiguo.
Meyer y Marván tienen afinidades culturales e ideológicas con el actual Presidente y el programa de gobierno que implementa. Sin embargo, esta afinidad me parece que no es subordinación. Manejan una visión analítica desde el cuadrante de izquierda que ahora es gobierno en México. Ni Meyer ni Marván están actualmente en funciones gubernamentales, lo que abona a su rigor crítico. Aunque un hijo del primero es miembro del gabinete. Es útil la reflexión de Meyer y Marván, que rastrean rasgos de AMLO para comprender el cambio político que se vive. Aguilar Camín aporta a la comprensión del cambio desde el ángulo del choque. Tampoco hay que ignorarlo.       
 
LECCIONES DEL CAMBIO PACÍFICO 
EN CONFERENCIA pública (diciembre 6/2019), el Presidente López Obrador caracterizó a la política como “suma de virtud y fortuna” (una idea que gusta de repetir Enrique González Pedrero), y contó algo significativo sobre el primer éxodo por la democracia: “la decisión de caminar hacia la capital en protesta poselectoral, se toma en principio para evitar la violencia. Si nos quedábamos en Tabasco, el peligro era mayúsculo. Había quienes no entendían que podía correr sangre, por las provocaciones y el temperamento tropical. Con el éxodo decidimos mantener la protesta y al mismo tiempo alejarnos del choque”. Tomar la carretera era riesgo político, porque pudo desinflarse la protesta electoral con el paso de los días. El alejamiento territorial fue acierto del movimiento de resistencia civil pacífica que caracterizó la lucha de la izquierda política en Tabasco. 
En esa ocasión (noviembre de 1991 a enero de 1992), la llegada de la marcha a la capital coincidió con la firma de “los acuerdos por la paz” en El Salvador, que el gobierno mexicano atestiguaría como anfitrión y promotor. La prensa del mundo estaban atenta y la imagen del gobierno preocupaba al entonces Presidente, Carlos Salinas. Esta circunstancia, “México, farol de la calle y oscuridad de su casa”, provocó que el Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, buscase a los tabasqueños en el Zócalo y se llegara a un acuerdo para solucionar el conflicto poselectoral en tres municipios de Tabasco: Cárdenas, primer municipio gobernado por la oposición, junto con la instalación de dos concejos municipales con administración política mixta (Nacajuca y Macuspana). 
“Nosotros no sabíamos de la atención internacional por la firma de los Acuerdos de Paz, así que por fortuna esa coyuntura favoreció a nuestra lucha democrática”, recordó AMLO.                     
Ya hemos planteado aquí virtud y fortuna en la política, a partir del análisis de decisiones del gobierno que encabeza AMLO. Ahora quisimos destacar cómo, por un lado, López Obrador tiene una hoja de ruta política que plantea cambios profundos y pacíficos. Por ello, con firmeza pero sin romper cristales, busca modificar estructuras anquilosadas del sistema. Por otro lado, vemos cómo a la ciudadanía le importa la perseverancia y coherencia de AMLO, vista su biografía en el marco de la resistencia civil pacífica. ¿Estamos ante un cambio profundo de cultura política? Los gobernantes deberán acreditarlo. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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