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Home Escala Crítica Educación superior y el relevo en la UJAT; el desafío de la transformación nacional

Educación superior y el relevo en la UJAT; el desafío de la transformación nacional

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Orden administrativo, finanzas transparentes y calidad
*Narváez: imperativo limpiar el nombre de la Universidad
*La experiencia de otros países: conocimiento e independencia
 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LA EDUCACIÓN, sobre todo la educación superior, es el tema de actualidad en Tabasco ante el relevo del titular de la rectoría en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, cargo en el que fue designado por unanimidad Guillermo Narváez Osorio. Con unos días de diferencia ocurrió el cambio en la Secretaría de Educación en el estado para que asumiera la responsabilidad la doctora Egla Cornelio Landero. La educación es fundamental para el cambio que se ha propuesto el presidente Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional y por lo tanto en los estados.
En nuevo rector de la UJAT, surgido de una terna en la que también estuvieron Dora María Frías Márquez y Arturo Garrido Mora, planteó  en su primer discurso una serie de asuntos por atender que no agotan la agenda: revisión de las finanzas y manejo transparente de los recursos, combate a la corrupción, mejoramiento de la calidad en los servicios para los universitarios y decidido apoyo al mejoramiento académica y a la investigación.
Sostuvo Narváez: “es imperativo limpiar el nombre de nuestra Universidad” para que “ya no se vuelva a hablar más de escándalos, sino de logros académicos que pongan en alto” a la Casa de Estudios.
En efecto, la Universidad estatal requiere de un replanteamiento a fondo tanto en sus normas internas -algunas ya obsoletas-, como en las prácticas académicas y administrativas. 
CAMBIO Y PRIORIDADES
 
LE DECÍA que aparte de los desafíos locales, muy específicos de la Universidad tabasqueña y de las instituciones de educación superior, ahora existe una exigencia mayor. Ante la profunda transformación del modelo económico y social propuesto al país, los administradores, creadores y difusores del conocimiento también tienen que replantear prioridades.
Como lo comentamos en estas páginas: el cambio tiene que ser cultural y estructural. Recordemos los casos de India, China y varios países asiáticos –por no citar los polémicos procesos de Cuba y la propia Unión Soviética-, donde el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico se convirtió en un recurso fundamental para sacar del atraso a estas naciones.
Los mexicanos también tuvimos en la educación una herramienta para la movilidad social y la lucha contra la pobreza. Con todos los obstáculos que le puso la mercantilización, el conocimiento sigue siendo clave en el desarrollo humano individual y comunitario.
Le contaba que en India, a la devastación colonial y la histórica pobreza, el gobierno de J. Nehru (1947-1964) respondió con una política imaginativa en todos los ámbitos. En materia de educación impulsó el talento de sus compatriotas y estableció –entre otras medidas- cuatro institutos para el desarrollo tecnológico que con el paso del tiempo se multiplicaron sin perder calidad.
Es cierto que se critica al modelo neoliberal por haber arrinconado a las humanidades, las artes y los estudios sociales; también por haber impuesto un esquema “tecnocrático y eficientista” (G. Vargas Lozano, La Jornada, 29/VI/2010), aunque contradictoriamente colocaron al país en el camino de una riesgosa dependencia tecnológica y de la fuga de cerebros.
 
LAS MEJORES PPÁCTICAS
 
PERO existen experiencias exitosas, le decía. Refiere una nota de El País (Madrid, 29 de noviembre, 2005): “Desde los años noventa, India ha experimentado un espectacular desarrollo determinado por el auge de las nuevas tecnologías hasta el punto de convertirse en el primer exportador mundial de software y servicios informáticos. También es el país con mayor número de ingenieros cualificados y el tercero con mayor reserva de mano de obra tecnológica. Todo ello lo sitúa entre uno de los cinco países con mayor potencial para la inversión extranjera, según la última entrega de las Notas de Análisis y Prospectiva de la Fundación AUNA”.
Otro reporte, del mismo diario pero cinco años después (septiembre de 2010) destaca: “Año tras año, cerca de medio millón de indios intenta aprobar el examen de ingreso en los institutos tecnológicos del país, que impulsan su crecimiento económico y nutren de cerebros al Silicon Valley norteamericano”. Como usted sabe, el Silicon Valley es la meca en San Francisco, California (EEUU), de las más prestigiadas universidades y compañías emergentes y globales de tecnología.
Los IIT (Institutos Indios de Tecnología) surgieron poco después de la independencia en 1947 para “crear un ejército de ingenieros e informáticos capaces de impulsar el desarrollo económico y social del país. El objetivo se superó con creces: los ingenieros indios dominan el mundo”. (El País)
Claro, ingresar a los IIT no es fácil. Más de 400 mil aspirantes concursan para sólo unos 9 mil lugares. ¿Es elitista?, puede ser, pero lo que se valora es el conocimiento. Se premia el esfuerzo, no las palancas, me dice uno de mis lectores. Comentó FJM: “en todos los países, en las familias, en las comunidades, se requieren estímulos virtuosos, no viciosos; el premio va después del esfuerzo, no antes”.
¿Qué tienen que ver los estudios tecnológicos con la UJAT? La gran ventaja de las universidades es que cubren un amplio abanico de humanidades, sociales y ciencias básicas. 
AL MARGEN
A LA PAR de poner orden administrativo, Narváez Osorio seguramente emprenderá el aprovechamiento de las cualidades de los profesores-investigadores, y la supresión de los fardos que también en esa área impiden avanzar a esta Casa de Estudios. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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