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Home Escala Crítica López Obrador, su agenda y los pueblos originarios; en Tabasco, base de su movimiento

López Obrador, su agenda y los pueblos originarios; en Tabasco, base de su movimiento

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Esperan al Presidente en Nacajuca, Centla, Macuspana y Tamulté
*La resistencia civil (indígena), mucho más que un asunto de cobros
*Políticas de Estado: servicios básicos como un derecho humano 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
SI ALGÚN presidente mexicano en la época contemporánea ha tenido una historia estrechamente vinculada a los indígenas en Andrés Manuel López Obrador. No sólo por su origen (Tepetitán, Macuspana), sino porque sus primeros años como activista y luego como servidor público los pasó en las comunidades yokotán (chontales) de Tabasco. Fueron el corazón de la primera candidatura de AMLO en 1988 (Frente Democrático Nacional) y también de la resistencia civil iniciada en 1995 pero con larga data previa.
El lunes el gobernador Adán Augusto López Hernández confirmó que esta inusual gira de tres días en Tabasco (antes lo había hecho en Oaxaca, estado cuyas trabajo comunitario ha tomado como ejemplo), será del 28 de febrero al primero de marzo. Sostendrá reuniones y diálogos con los pobladores indígenas Centro (Tamulté), Centla, Nacajuca y Macuspana.
En su anterior visita a la entidad, el 31 de enero, ofreció a los habitantes de Tamulté de las Sabanas, que regresaría “a finales de marzo”. De los pobladores de una zona chontal cercana a la capital y caracterizada por su rebeldía y organización, dijo entonces: “nos conocemos desde hace tiempo”. También agregó: “voy a traer respuesta a sus peticiones”.
 
 
LO BÁSICO ES HUMANO
LO QUE PODRÍAMOS denominar la agenda indígena de López Obrador está entre los asuntos prioritarios. Si México se caracteriza por tener una población mayoritariamente pobre, los habitantes de las comunidades originarias padecen doble marginación: la derivada de un sistema centralista y depredador (con el lucro como motor), y la de su propia condición por lengua, costumbres y modos de producción y organización. 
En Tabasco, como en todo el país, los pueblos originarios –más allá de las filiaciones partidistas- han reclamado plena participación en el desarrollo y el progreso, al mismo tiempo que buscan respeto a sus tradiciones. Pero hay demandas básicas, como lo hicieron saber los tamultecos chontales al Presidente (Nuestro Presidente, dicen), a finales de enero: un arreglo justo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), teniendo como precedente la resistencia civil, que les garantice acceso económico y de calidad en la electricidad; derivado de esto, también el abasto suficiente de agua potable. Servicios humanos básicos.
En el sexenio pasado, los pobladores de Tamulté de las Sabanas, lograron que se cumpliera con los compromisos en materia de salud y que se instalara un hospital; en lo que va de esta administración, con la participación de la propia comunidad, las autoridades atienden la seguridad pública (aunque sigue pendiente el combate al abigeato), según testimonios de los habitantes. La tensión por la ola delictiva llegó al extremo de los linchamientos.
Hay más, por supuesto, pero esto me parece que es la clave de futuros acuerdos. De hecho, los habitantes de los pueblos indígenas son el eje del concepto de la política social de AMLO. Así sucedió cuando tuvo su primer empleo como delegado del Instituto Nacional Indigenista (INI-Coplamar), con sede en Nacajuca. 
 
LO DIFERENTE ES SUBVERSIVO
 
NO ES CASUAL, entonces, que ahora López Obrador haya decidido cubrir en Tabasco lo que llamaríamos una “ruta indígena”, que incluirá la anunciada reapertura de la radiodifusora en la región chontal, cerrada por motivos políticos hace treinta años.
El reinicio de las transmisiones, tiene un alto significado porque como dijo AMLO en un mitin en Etchjoa, Sonora, en octubre pasado: “Allá en Tabasco fundé también una radio comunitaria cuando fui director del Instituto Nacional Indigenista, la XENAC ‘La voz de los chontales', todavía me acuerdo de eso. Todos saben que la cerraron después de que terminé porque decían que se transmitían programas subversivos. No querían programas para hacer conciencia, no les convenía a los grandes caciques, ahora que soy presidente se va a volver a abrir esa radio”. La inconformidad, la disidencia, como subversión.
Ya que hablamos de significados históricos, también lo tendrá su encuentro con las comunidades indígenas de Tabasco porque –puedo adelantar sin temor a equivocarme- será el anuncio de la terminación de la verdadera  resistencia civil, del no pago de la electricidad. Comenzó en los pueblos chontales como respuesta a la pobreza y a la falta de democracia, y deberá tener como respuesta un plan integral de políticas públicas. Le comentamos aquí que la conclusión de la resistencia civil no podía ser vista como un acto comercial-administrativo sino en su dimensión social. 
El ex coordinador del centro indigenista en Tabasco y ahora Presidente de la República, estará en los poblados con mayor presencia de lenguas y tradiciones originarias. Cierto que cada región tiene necesidades específicas, pero existen reclamos con raíces comunes. Es necesario escuchar a las comunidades. Otro desarrollo es posible.
 
AL MARGEN
 
LECTURA obligada en los años sesenta y setenta, su obra pasó a formar parte de los clásicos del método científico y la filosofía. Me refiero al estudioso argentino Mario Bunge quien ayer falleció a la edad de cien años. Lúcido aún, dijo en septiembre pasado al diario El País: “No sabemos medir la velocidad de la ciencia, pero lo que sí sabemos es que los recortes a los gastos científicos equivalen a recortes del cerebro y benefician solo a los políticos que medran con la ignorancia”. Mucho nos quiso enseñar, nos faltó aprender.
 
Última actualización el Miércoles, 26 de Febrero de 2020 13:06  

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