Escala Crítica/Columna diaria
*Encuentro “virtual” de los Jefes de Estado: la nueva relación
*El día que AMLO no quiso viajar a Japón y los cambios obligados
*Un llamado a evitar la especulación y el abuso internacional
Víctor M. Sámano Labastida
LA PANDEMIA del coronavirus COVID-19 obligó a los Jefes de Estado del llamado Grupo de los 20 (G20) a realizar una cumbre extraordinaria de manera virtual. Resulta curioso cómo el contagio mundial de una mutación viral surgida en China permitiera que esta vez, con el uso de la tecnología, sí participara el presidente Andrés Manuel López Obrador quien en junio pasado decidió no acudir a Japón a la anterior de gobernantes y sólo enviar representantes.
¿Estaremos ante un cambio en las tradicionales reuniones del G20 y de otras cumbres del poder mundial? Una circunstancia imprevista de alguna manera dio la razón al mandatario mexicano ausente en el encuentro de hace nueve meses: no son necesarias ceremonias fastuosas, en las que los Jefes de Estado viajan con una costosa comitiva…para realizar juntas que no han incidido en los problemas centrales de la relación entre las naciones: la pobreza, la desigualdad, el saqueo. Fue el argumento que ahora cobra actualidad.
Los países del G20, creado en septiembre de 1999, representan el 85 por ciento de la riqueza global y el 66 por ciento de la población mundial. En 2008 se convirtió en un foro de gobernantes que se dan cita una vez al año en diferentes sedes.
Este tipo de bloques ha rebasado a la Utopía de una Comunidad de Naciones que alguna vez representó la ONU.
SIN COLABORACIÓN, EL DESASTRE
EL TEMA de la “cumbre virtual”, como le decía, fue la actual pandemia que no se podrá combatir sin la colaboración mundial, tanto para frenar su expansión y posible rebrote, como para enfrentar lo que se anuncia como una catástrofe económica y social. Esto podría empeorar si no se asume como una labor coordinada y colaborativa, advirtió el brasileño Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, un organismo que le decía ha sido rebasado.
La situación actual la sintetizó Guterres con un enunciado claro y duro: “estamos en guerra contra un virus y no estamos ganando”. El mundo está en cuarentena forzada –en muchos casos desorganizada, irregular o interesada-, y lo que se anuncia en materia económica y financiera ha despertado ya anuncios en los que priva la ambición y el egoísmo, no el sentido (en) común.
“Esta crisis humana requiere una respuesta global”, sostuvo el monarca de Arabia Saudita, Salman Bin Abdulaziz…paradójicamente representante de un país que hace unas semanas declaró, junto a Rusia, una guerra de mercados en el intercambio petrolero. Poner en el centro al mercado y no a las personas es el camino seguro a la catástrofe, como lo advierte -entre otros- Muhammad Yunus, el llamado banquero de los pobres, quien recibió el premio Nobel de la Paz 2006.
Yunus propuso una nueva práctica económica basada en el “negocio social” altruista y en un “mercado de valores social”. Por ese mismo camino transitan los estudios de Paul Krugman, James Heckman y Daniel MacFadden, premios Nobel de Economía 2008 y 2000 los dos últimos. Son, entre muchos, los que han advertido en épocas recientes el colapso que ahora se manifiesta de manera inesperada: una pandemia.
EL OTRO VIRUS: LA AMBICIÓN
LA CUMBRE virtual fue una excelente oportunidad para AMLO quien sostiene su decisión de evitar viajes costosos al extranjero. De hecho, en su vida las veces que ha salido del país se cuentan con los dedos de una mano. Así, no tuvo que viajar para intercambiar puntos de vista con otros Jefes de Estado.
Como era de esperar, el diario madrileño El País puso énfasis en este aspecto y publicó: “El coronavirus consiguió lo que ningún diplomático en México: que el presidente Andrés Manuel López Obrador participara en una cumbre internacional. Este jueves, el mandatario ha sido parte de la reunión por videoconferencia de los países del G20, las principales economías del mundo. En un salón de Palacio Nacional, donde despacha y también vive, el presidente mexicano se plantó frente a una pantalla y habló de los temas que le preocupan a México ante la crisis por la propagación de la Covid-19: economía, sanidad, petróleo. La intervención de López Obrador fue la de un presidente que no se quiere perder lo que ocurre en el exterior, aunque deba seguirlo desde casa y por teleconferencia”.
Qué dijo el presidente mexicano a sus colegas del mundo:
Que sea la ONU la encargada de regular la distribución y venta de medicamentos y equipo médico durante la pandemia del coronavirus, para combatir el acaparamiento de quienes tienen más posibilidades económicas.
Pidió a las grandes potencias que ayuden a establecer una tregua para que no haya cierres de fronteras o políticas arancelarias unilaterales.
También demandó “que no prevalezcan los monopolios comerciales, que no se use el precio del petróleo para afectar la economía de los pueblos y cerrarle el paso a la especulación financiera, estabilizando la economía mundial”.
Puso como ejemplo la manera como México está atendiendo la pandemia del coronavirus con énfasis en los cuidados en el seno familiar y un plan de recuperación económica con apoyos a quienes se encuentran en el comercio informal y en situación de desventaja.
AL MARGEN
TABASCO pasó a la etapa de la multiplicación de casos luego de que los portadores del coronavirus filtros en los aeropuertos de la Ciudad de México y de Villahermosa. Es lo que denominan el contagio comunitario local. Al tiempo, se cumplió mucho antes de lo esperado la previsión de que Estados Unidos ocuparía el primer lugar mundial de casos positivos: al cierre de esta columna tenía 4 mil más que Italia y 20 mil más que China.
UNA BUENA noticia es que a Susana Distancia la acompañe ahora Susano Juicio. (
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