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Home Escala Crítica El petróleo, la crisis, AMLO y el General; a las puertas de una nueva nacionalización

El petróleo, la crisis, AMLO y el General; a las puertas de una nueva nacionalización

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Uso interno del recurso ante baja de precios y falta de compradores
*Riesgo y oportunidad: apuntalar la industria y la economía nacionales
*La crisis del COVID-19: soluciones locales, desafíos globales
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LOS TIEMPOS y las circunstancias son distintos pero de alguna manera el régimen de Andrés Manuel López Obrador está siendo colocado en una situación parecida a la que sucedió poco después de que el General Lázaro Cárdenas nacionalizara el petróleo: al no tener compradores de crudo en el extranjero, México usó el recurso para su desarrollo nacional, la industrialización y el fortalecimiento de la economía desde adentro.
Ahora no hay compradores para el crudo. No sólo para el petróleo mexicano sino de todo el planeta. El precio en el mundo se vino abajo en más de un 50 por ciento, primero por la guerra comercial entre las potencias y los países productores, ahora -con resultados imprevisibles-, cayó  el consumo en más de un 30 por ciento ante el freno de las actividades ante la pandemia. 
Hay un excedente en el mercado que entre abril y mayo alcanzará los 19 millones de barriles de petróleo diariamente, según la firma Goldman Sachs. Esto es, que los países de la OPEP y Rusia sólo podrán sacar del mercado 10 millones de barriles, esto es la mitad, de mayo a junio. Hay mucho petróleo y los precios no compensan los costos. Se ha llegado al absurdo que los reportes registraron valores “menos cero” para un barril de crudo.
 
MALBARATARLO O ENRIQUECERLO
 
PARA qué vender petróleo crudo si se puede refinar y obtener las gasolinas propias, es lo que se planteó ya en la mesa del gobierno de AMLO.
En efecto, así lo anunció el presidente López Obrador para sorpresa y enojo de sus adversarios. Es previsible que ante la caída de los precios del petróleo México tomará la decisión más lógica: exportar menos y refinar más.  Pero esto no es una sorpresa; podría decirse que las circunstancias están colocando las piezas de un López Obrador con visión nacionalista, o si se quiere con una perspectiva hacia el interior.
Actualmente, dijo el mandatario, ya se están refinando 800 mil barriles diarios y la meta es poder procesar un millón de barriles.
“¿Qué significa esto? -interrogó AMLO y se respondió- Que vamos a poder producir más gasolinas en México y dejar de comprar gasolinas en el extranjero. Eso nos ayuda a atemperar la crisis por el desplome en los precios del petróleo crudo".
Las refinerías mexicanas ya están procesando 800.000 barriles diarios del 1,7 millones de barriles de petróleo que produce cada día el país.
Contrariamente a lo que señalan sus detractores, para AMLO el imperativo de procesar el crudo y no malbaratarlo le da la razón a su proyecto de rehabilitar las seis refinerías existentes y construir una nueva en Tabasco. ¿Habrá recursos para la nueva refinería? AMLO sostiene que ya están asegurados.
Los intereses de la OPEP y los grandes exportadores también chocan con la decisión de AMLO para incrementar la extracción de crudo y frenar la declinación de los volúmenes como estaba sucediendo desde hace una década. 
 
INTERESES CONTRAPUESTOS
 
MIENTRAS la empresa que encabeza Octavio Romero hace esfuerzos por llegar a una meta de un millón 800 mil bdp y hasta 2.5 millones en 2024, el cartel de los países petroleros quiso que México dejara de extraer 400 mil barriles, como “cuota” para estabilizar el mercado. 
Esto, evidentemente, fue un planteamiento que México no podía aceptar –por lo menos no, desde el proyecto trazado por AMLO-; por el contrario, durante 2019 y en lo que va de este año, Pemex invirtió en la perforación de pozos y tiene un ambicioso plan de crecimiento en los campos explorados para este año. 
Desde el punto de vista de AMLO, el desplome de los precios del petróleo obedece a “una crisis del modelo neoliberal mundial”. Quizá se podría plantear de otra forma: esta crisis –que es sanitaria, migratoria, económica, energética-, ofrece al régimen mexicano la oportunidad de profundizar el planteamiento de respuestas desde lo local y ya no en la expectativa de un desarrollo globalizador…que nunca llegó.
AL MARGEN
Muchos gobiernos y naciones explorarán las vías locales ante la grave crisis de la globalización. La pandemia que actualmente padece el mundo es una expresión de un modelo de no tiene futuro, por lo menos como lo conocemos hasta hoy. Sin duda que hay gobiernos que buscarán sacar el máximo provecho de la limitación de libertades y el abuso de los mercados -la vida es puesta en subasta-, pero otros ensayarán vías propias de sobrevivencia. Me parece que en ese camino está AMLO, o deberían estarlo sus colaboradores de acuerdo a un proyecto de cambio desde abajo.
Desde abajo y desde la comunidad, desde lo local. Sus críticos se burlan de la afirmación: la mejor política exterior es la interior. Deslumbrados por la globalización piensan que la solución está allá afuera, en el extranjero, y olvidan las fortalezas propias. También ignoran su entorno de pobreza y marginación.
Pero la actual pandemia ha puesto  las cosas en perspectiva. En la globalización concentradora de la riqueza son pocos los que ganan y la mayoría pierde. Es normal que haya un sector que pretenda estar entre esos pocos. Pero ya vimos los resultados.
El coronavirus, problema que estamos padeciendo, vino de afuera; las respuestas tienen que estar adentro.
También en la economía: ¿quédate en casa? ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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