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Home Colaboraciones La nueva edad del hielo… Por Marco Lamoyi

La nueva edad del hielo… Por Marco Lamoyi

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 Colaboración invitada

 
Todo acto creativo es el resultado de tres etapas: intención, visualización y emoción. Por tanto el acto creativo es la acción manifiesta de nuestra individualidad, de nuestra libertad en este plano de existencia. ¿Pero cuántos de nosotros podemos aseverar, afirmar con convencimiento, que nuestras acciones están libres de los condicionamientos externos que la publicidad machacante o la manipulación radial permanente ejerce en nuestras vidas? ¿En qué espacio se abordan esas reflexiones críticas y  objetivas? ¿En dónde está nuestra creatividad, nuestra libertad?
Todo por el bien común… 
¡Si, por supuesto! Vivimos en comunidad y todos somos parte de ella: los millones de pobres, los miles y miles de paupérrimos, la clase media casi inexistente, aquellos que son la minoría pero tienen el mayor peso en lo económico, la clase política des ilustrada empeñada en sus agendas. 
 
También los millones de personas que en las últimas semanas han perdido sus empleos, los ahorros de una vida perdidos, las buenas costumbres sociales suspendidas, la comunidad cultural empobrecida en sus ingresos y proyectos, el turismo en bancarrota, las truculentas negociaciones en el mercado petrolero, los jugosos negocios futuros de vacunas, chips de rastreo, carnet electrónicos de identidad, aplicaciones de monitoreo y tantas aparentes novedades, las cuales no solo atentan contra nuestra libertad sino que de manera impositiva las cancelan. Todo en nombre del bien común… El planeta anticipadamente colapsado desde octubre 2019.
 
Repasemos un poco:
Las historias de epidemias son diversas a través de la historia. En el año 536 una misteriosa niebla fue cubriendo poco a poco a Europa, Oriente Medio y partes de Asia en la oscuridad, día y noche, durante 18 meses. El sol perdió su brillo, las temperaturas estivales cayeron de 2,5 a 1,5 grados y comenzó la década más fría en los últimos 2.300 años. En China nevó ese verano. La producción agrícola se redujo y la hambruna afectó a buena parte de la población durante un largo período.
 
El origen de esa oscuridad se debió a una enorme erupción volcánica ocurrida en Islandia, con dos subsecuentes en 540 y 547. En 541 Europa se vio afectada por la llegada de la peste bubónica, postrando al continente en un profundo estancamiento social y económico que duró más de un siglo; conocida como la “Peste de Justiniano” arrasó el Imperio Romano del este, con 5000 muertes por día en Constantinopla, según narran los historiadores. A medida que la peste se extendía, el emperador incrementó los impuestos masivamente y las alteraciones climáticas propiciaron la caída del Imperio Romano; se le conoce como la pequeña edad de hielo de la antigüedad tardía. En apenas dos siglos, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas. 
 
No obstante el infortunio de esos años, la civilización retomó su marcha. Para el año 1315 AdC, el norte de Europa y una parte de Italia enfrentó la gran hambruna. En el año 1320 al 1322, las condiciones climáticas volvieron a ser adversas preparando el terreno para la famosa peste negra de 1347-1353 con consecuencias mortíferas y devastadoras; el clima sombrío y frío provocó la temida peste. Es en esa época que se originó el concepto de cuarentena; se mistificó a la rata negra, Rattus rattus, como la causante de la peste, idea hoy bastante cuestionada. El  período conocido como Wolf Minumum o Gran Mínimo Solar de 1280-1350 afectó el clima, los hábitos cotidianos y las cosechas, propiciando así la virulencia epidémica. 
 
En la introducción al Decamerón, escrito por Bocaccio, se describen los efectos económicos y sociales de la plaga. La gente huyó de las ciudades, abandonó a sus amigos y se aisló del mundo. El trabajo se suspendió casi por completo, el fervor religioso se exacerbó, la oración se transformó en fuente de consuelo momentáneo. Come, bebe y diviértete, porque mañana puedes morir, fue la máxima de los tiempos.  La fe en la religión disminuyó después de la plaga, tanto por la muerte de muchos clérigos como por el fracaso de la oración para prevenir enfermedades y muerte. La economía sufrió una inflación abrupta y extrema. Como era muy difícil adquirir bienes a través del comercio y producirlos, los precios de los bienes producidos localmente y los importados desde lejos se dispararon. 
El ritmo de la vida se trastocó severamente.
Continuará…
 
 

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