Escala Crítica/Columna diaria
*AMLO: sigo encontrando casos de corrupción, me molesta
*Siguen sin entender, sobre todo gobiernos locales, dijo el mandatario
*La contienda electoral, un desafío para otra práctica gemela: el fraude
Víctor M. Sámano Labastida
EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador está convencido que la clave para la regeneración de México es acabar con la corrupción. Lo ha dicho de manera reiterada, al mismo tiempo que considera a la impunidad y el derroche de recursos públicos (la no austeridad), como conductas que deben ser erradicadas. Sus adversarios buscan precisamente en estos elementos el talón de Aquiles de su administración.
López Obrador sabe que pisa un terreno resbaladizo y que los logros en este sentido no dependen sólo de él, de su conducta personal. Ayer expuso que profundizará el combate a lo que ha calificado como “la peste más funesta” que ha afectado al país.
Recientemente mencionó entre lo que más le satisface y llena de orgullo es atender a la población pobre y encabezar una lucha frontal contra la corrupción.
Dijo que en esto último se propone “avanzar más rápido, con más intensidad”. Aunque también expresó: “Me molesta mucho enterarme de casos de corrupción. Todavía después de 19 meses estoy encontrando corrupción. Estaba podrido el régimen por completo. (…) Tengo mucho trabajo; es limpiar, limpiar y limpiar, pero no hay otra opción. Tenemos que erradicar la corrupción, purificar la vida pública, solo así se va a lograr el renacimiento de México”.
EN PÚBLICO Y EN PRIVADO
EN LO QUE VA de la actual administración, las normas y acciones del Presidente –su discurso público y sus alocuciones en privado-, han buscado incidir sobre todo en la conducta de sus colaboradores y simpatizantes, en materia de austeridad y combate a la corrupción. Frente a los señalamientos de sus opositores, o de los mismos integrantes de su movimiento por reales o presuntos actos ilícitos apunta: si hay pruebas que las presenten ante la autoridad.
Había dicho también que no perdería un valioso tiempo - corto sexenalmente-, en perseguir la corrupción del pasado; peor, sabe también que para poder avanzar en este terreno es necesario atender los casos más emblemáticos y más costosos para la Nación. De ahí que haya encargado a Santiago Nieto Castillo los asuntos de inteligencia financiera, a Alejandro Gertz Manero los temas de procuración y a Irma Eréndira Sandoval las cuestiones de la Función Pública. Esto sin ignorar otras herramientas, sobre todo el Sistema de Administración Tributaria.
Un reporte de Transparencia Internacional, en su Índice de Percepción de la Corrupción 2019 refiere que México mejoró ocho posiciones. En cambio, el más reciente informe del INEGI –organismo nacional- registró que entre 2017 y 2019 el número de víctimas y actos de corrupción en prestación de servicios básicos creció 7.5 por ciento. En respuesta a los reportes periodísticos sobre las cifras del INEGI el presidente López Obrador reconoció que todavía hay corrupción y prácticas de extorsión pero en “la parte baja” del gobierno federal y en algunas administraciones locales; señaló que se trataba de un problema de interpretación, porque las mismas encuestas destacan que ahora hay más confianza en el gobierno federal.
Dijo el Presidente: “Hay también algo de eso (corrupción abajo). Vamos barriendo de arriba para abajo, como en las escaleras; y abajo todavía hay extorsión y gobiernos locales que todavía siguen sin entender que esto ya cambió por más que les mando telegramas avisándoles: ‘situación cambió, cero corrupción, cero impunidad, cuidado, no vayas a terminar en el bote’”, dijo entre broma y en serio. (22 de mayo2020)
La proximidad del inicio del proceso electoral intermedio para las legislativas del 2021 y la lucha por 15 gubernaturas, así como por alcaldías y diputaciones locales –que son además la plataforma para los comicios cruciales del 2024-, significa un enorme desafío para López Obrador en materia de combate a la corrupción. El Barómetro Global de la Corrupción señala que hay cambios positivos en la administración mexicana por “una reforma anticorrupción reciente, junto con una nueva oficina del fiscal general legalmente autónomo”.
OBSCURO OBJETO DE LA AMBICIÓN
ES UN ENORME desafío porque la lucha por el poder implica el incremento de las tentaciones para usar el recurso público en beneficio de grupos y aspirantes...y hacer trampa. Es un tema que inclusive está a discusión al interior de Morena, la coalición en el poder, y agrava la separación de sus grupos y corrientes.
Al celebrar el segundo año de su triunfo electoral, apuntó López Obrador: “hemos avanzado haciendo valer el principio de la separación de poderes, el Estado de Derecho, la aplicación de la revocación de mandato y la abolición de fueros e inmunidades de los servidores públicos”.
Sin embargo, advirtió, “aunque es evidente que existe una mayor participación ciudadana, todavía nos falta erradicar por completo el fraude electoral y convertir el apego a los principios democráticos, en cimiento inamovible de nuestra cultura cívica”.
De esta manera, aseguró su pleno respeto a las decisiones de los órganos electorales autónomos, pero dijo que personalmente se asumirá como “principal guardián” para que “las elecciones sean verdaderamente libres y limpias”.
El tiempo corre de prisa y estamos ya a las puertas de una nueva contienda constitucional por los votos. Los adversarios de AMLO buscarán –es lógico- ganarle la mayoría en el Congreso Federal y quedarse con el mayor número de gubernaturas; en Morena, aliados de ocasión y verdaderos simpatizantes, comienzan también una batalla por la hegemonía. ¿Podrán todos remontar aquel viejo y funesto dicho de que “quien no transa no avanza”? (
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