www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica Brigadas de salud, acción comunitaria; participación para frenar los contagios

Brigadas de salud, acción comunitaria; participación para frenar los contagios

E-mail Imprimir PDF

 Escala Crítica/Columna diaria

*Ubicar “focos rojos” por localidades, medida de control
*La importancia del trabajo a ras de tierra; casa por casa
*Desde 2019 se alertó por el impacto de alimentos chatarra
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
A MEDIADOS de julio, el gobierno de la Ciudad de México reforzó sus brigadas de salud para detectar y frenar contagios de COVID-19 en la capital del país, una de las más pobladas del mundo. Por esas mismas fechas el subsecretario Hugo López Gatell echó a andar el Programa de Acción Comunitaria en Chiapas; el 24 de julio lo hizo en Tabasco. Parte del resultado ha sido la detección de las colonias o los asentamientos que son “focos rojos” por la intensidad de la epidemia.
En la Ciudad de México fueron registradas 44 colonias con mayor riesgo de contagio, del total de un mil 764 existentes; de alguna manera está focalizada la infección. Recientemente, la Secretaría de Salud de Tabasco indicó que en la ciudad capital, Villahermosa, son seis las colonias que podrían considerarse como “zonas calientes”, por el número de casos detectados: Indeco, Gaviotas Sur, Tamulté de Las Barrancas, Tamulté, Delicias y área del centro. Una región de interinfluencia con esta urbe serían las colonias Bosques de Saloya y Pomoca, pertenecientes a Nacajuca. El municipio de Centro, donde está la mayoría de los casos detectados, tiene 117 colonias y fraccionamientos, 7 villas, un poblado y 132 rancherías.
Tampoco hay que perder de vista el corredor de movilidad centro-sureste que pasa por Tabasco.
Hoy quisiera detenerme en la importancia de las brigadas comunitarias y el trabajo a ras de tierra. Se reconoce oficialmente que el programa de Acción Comunitaria y las brigadas médicas favorecen la disminución de contagios.
 
MITIGAR Y FRENAR
 
ESTE es un tema que se planteó desde el inicio de la emergencia sanitaria: sólo con la participación social y una eficaz acción institucional sería posible mitigar y frenar la epidemia. Mencionamos aquí la experiencia de algunas comunidades rurales e indígenas que hasta ahora resisten sin contagios; cierto que se trata de poblados pequeños y aislados, pero ya hemos visto que en la denominada globalización nadie está a salvo…a menos que tomen las medidas adecuadas, como lo han hecho y con escasos recursos.
Un foro virtual organizado por la UNAM y realizado a principios de junio (“Cien días de la pandemia en México”, puso énfasis en la recuperación del conocimiento científico y humanístico, de la educación y de la cultura como guía central para la participación social en esta emergencia. Se trata, señalaron los especialistas, de construir nuevos hábitos de salud, higiene exhaustiva, distanciamiento físico, pero también de responsabilidad individual y colectiva.
En otros foros se insistió en la importancia de adoptar y adaptar las mejores prácticas, estar atentos a aquello que ha funcionado; inclusive lo que dicta el buen sentido común.
A principios de junio, Claudia Sheinbaun anunció la aplicación en la Ciudad de México de un intenso programa de detección, protección y resguardo, con la aplicación de un mayor número de pruebas a los posibles infectados, el seguimiento de sus contactos y la atención temprana, no esperar que los síntomas se agraven.
No se ha hecho en Tabasco, pero en la capital del país, el siguiente paso ante la identificación de las “zonas calientes” de contagio fue aplicar una especie de semáforo diferenciado por colonias: limitar y regular las actividades y la movilidad, al tiempo que aumentar la vigilancia en regiones de riesgo.
Como le decía al principio, el involucramiento de los pobladores en el cumplimiento y vigilancia de las disposiciones sanitarias es determinante. También, por supuesto, de las autoridades municipales y delegacionales.
De acuerdo a las cifras oficiales, Tabasco entra a una semana más con desaceleración de contagios pero todavía en semáforo rojo.
 
UNA ENFERMEDAD SOCIAL
 
EN UNA CONVERSACIÓN ayer con Lénica Ávila, para los escuchas de Radio Educación (Ciudad de México), comentamos el hecho de que si bien Oaxaca fue el primer estado que prohibió la venta de los llamados “productos chatarra” a los menores de edad, la preocupación no es nueva en Tabasco y en el país.
A reserva de analizar los antecedentes –que se remontan a los años setenta, hace unos 50 años-, mencioné que desde noviembre de 2019 (meses antes de la aparición del COVID-19 en la entidad), la secretaria de Salud, Silvia Roldán mencionó durante la Glosa del Primer Informe de Gobierno la preocupación por “el cambio drástico en nuestros estilos de vida, que ocasiona que hoy se muera más fácil por obesidad que por desnutrición”. Yo diría que estamos ante un problema de malnutrición en un estado que lo tiene todo para obtener sus propios alimentos.
Destacó entonces como problemas urgentes a atender el sobrepeso y la obesidad en los niños; se tienen que combatir los malos hábitos como el consumo de “comida chatarra” y los refrescos, dijo.
La epidemia del coronavirus actual evidenció los factores de riesgo en el agravamiento del contagio. Le comenté a los radioescuchas que aparte de que Tabasco se ubica en los primeros lugares nacionales de sobrepeso y obesidad, se encuentra en el primer sitio nacional de diabéticos que requieren ser hospitalizados; otro padecimiento asociado es la hipertensión. Es la denominada “comorbilidad” que convirtió en riesgo mortal los contagios, además de otros factores.   
AL MARGEN
La cuestión de los llamados productos chatarra es sin duda muy complejo, por el entramado de actividades económicas que soporta (inversión, empleos), pero también resulta sorprendente –como lo revela un reportaje de Efrén Lemus (Economía Hoy/Sin Embargo, 05/08/2020) que entre 2002 y 2018 el gobierno federal gastó más de 4 mil 500 millones de pesos en la compra de productos de poco valor nutricional o dañinos a la salud. Hay mucho qué corregir. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar