Escala Crítica/Columna diaria
*Hacer un gobierno menos costoso, más eficiente, sin moches
*Del neoliberalismo a la nueva economía, más que voluntad
*Aprueba la Corte desaparición de juntas municipales de IEPCT
Víctor M. Sámano Labastida
EL ENORME aparato gubernamental en México de la federación, estados y municipios, es un “elefante reumático”, sostiene el presidente Andrés Manuel López Obrador. No sólo hay que hacerlo menos costoso y más eficiente; dio instrucciones a sus colaboradores para revisar toda la estructura del gobierno federal para limpiar de corrupción. También recomendó en privado y en público adecuar el equipo humano a una nueva mentalidad distinta del “neoliberalismo”. Son otros tiempos, dice AMLO.
Ayer me referí a los más de 5 millones y medio de empleados públicos que en diversos niveles están repartidos en plazas federales, estatales y municipales, o de contratos temporales; también en los órganos legislativos y un sinfín de dependencias cuyos gastos son cubiertos con recursos de la Nación. Hay de todo, le decía: esforzados y eficientes trabajadores que han mantenido a flote al Estado, así como grupos e individuos con vicios, inercias y objetivos opuestos a los del servicio.
La reciente renuncia de Jaime Cárdenas al INDEP (Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado), hizo que López Obrador expusiera que “su tarea era limpiar (…), pero no le entró. Para ser funcionario público se necesitan ganas, condiciones y arrojo.”. Y es que el dimitente denunció públicamente que en la dependencia a su cargo encontró irregularidades y corrupción.
PLAZAS TOMADAS ARRIBA Y ABAJO
POCO después de la renuncia en el INDEP, el Presidente anunció una “limpia” en la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Argumentó: habrá “cambios en la Conagua porque estaba tomada (…), por un partido, por el PAN”. Casi de inmediato seis subdirectores de ese organismo federal presentaron su renuncia; todos ellos venían de administraciones anteriores. El cargo máximo en esa Comisión es la Dirección General, en donde AMLO nombró a Blanca Elena Cisneros, una destacada académica que no había hecho mayores cambios en la oficina a su cargo…pero los ratificados sí dieron de baja a técnicos de larga experiencia.
Desde el arranque de su gobierno, AMLO ordenó limpiar la administración federal. Seguramente él de manera personal se encargó de la selección de sus colaboradores más cercanos –secretarios, subsecretarios, directores generales-, pero no podía estar pendiente de cada uno de los por lo menos 50 mil funcionarios con responsabilidades directivas en todo el aparato.
Otros estudiosos de la burocracia federal mexicana extienden hasta más de 350 mil los denominados “cargos de confianza” que abarcan hasta jefes de departamento y enlaces. De alguna manera, esos puestos “de confianza” se convirtieron en un botín de anteriores gobiernos. Así, cuando había un relevo sexenal los recién llegados llevaban a sus recomendados.
Al asumir Vicente Fox la Presidencia (diciembre del 2000) de inmediato encargó un esquema para tener el control de los cargos directivos en la burocracia. Fue cuando surgió el llamado Servicio Profesional de Carrera (SPC), que para los defensores de este mecanismo fue un intento de transparencia, pero para otros se trató de una medida ante dos problemas: no tenía los cuadros necesarios para desplazar al viejo priismo y necesitaba establecer su propia mentalidad empresarial.
En esta nueva alternancia –para algunos segunda, para otros tercera-, López Obrador enfrentó un problema mayor: no sólo tenía que hacerse cargo de una burocracia que se adaptó a los vaivenes del viejo nacionalismo revolucionario, luego a la tecnocracia y el neoliberalismo, y también a una visión casi confesional de la política, sino se propuso echar a andar una “nueva economía”, un “nuevo proyecto de Nación”.
TODO ES ESTRATÉGICO
EN OCTUBRE de 2018, poco antes de tomar posesión, anunció una “limpia” en las corporaciones policiacas y de impartición de justicia. Para enfrentar el enorme reto de corrupción y complicidades en materia de seguridad, echó mano del Ejército como base para integrar la nueva Guardia Nacional; también anunció una “limpia” en las aduanas y puertos, área que calificó como un monstruo de cien cabezas: la Cámara de Diputados revisa la iniciativa para que la Secretaría de Marina controle el sector y ayude a combatir la corrupción y los ilícitos varios, especialmente el contrabando de drogas.
Hay áreas que son estratégicas para el gobierno de AMLO, pero de especial importancia las que tienen relación con los ingresos y los energéticos. Por eso anunció también “limpia” de funcionarios en Hacienda (SAT), la Comisión Federal de Electricidad y Pemex. En estas últimas dependencias otra de las áreas a revisar son los contratos otorgados a particulares.
Dijo López Obrador en mayo del año pasado durante una reunión con pobladores en Balancán, Tabasco: “Ustedes ayúdenme a vigilar, que sean guardianes, que todo se cumpla, porque el Gobierno estaba muy echado a perder…” Una instrucción que también ha dado a todos sus colaboradores: luchar contra “la mafia del poder” en la propia estructura de los gobiernos.
AL MARGEN
EN JUNIO PASADO el gobernador Adán Augusto López envió una iniciativa al Congreso para desaparecer –por costosas e innecesarias, dijo- las 17 juntas y consejos municipales electorales. Aprobada por la mayoría de los representantes de Morena, la reforma fue impugnada por el PRI y PRD, al igual que por el PAN sin representación en la Cámara; este último partido presentó un recurso de inconstitucionalidad. La Suprema Corte resolvió ayer que es válida la reforma. El coordinador de Asuntos Jurídicos del gobierno estatal, Guillermo del Rivero, destacó que con la desaparición de las citadas juntas se ahorrarán unos 60 millones de pesos en el próximo proceso electoral. (
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