Escala Crítica/Columna diaria
*Dos objetivos estratégicos: autosuficiencia alimentaria y energética
*Va contra el modelo prevaleciente; el mundo cambia, sostiene
*Prioritario: fortalecer la capacidad de extracción y procesamiento
Víctor M. Sámano Labastida
TODO indica que para el presidente Andrés Manuel López Obrador soberanía y autosuficiencia son sinónimos, o por lo menos son condiciones que dependen una de otra. Son también elementos clave para la seguridad nacional, desde la propuesta de un nuevo modelo del actual régimen. Para sus críticos, en las actuales circunstancias de la globalización, resulta imposible plantear políticas de autodeterminación que pueden llevar al riesgo del aislamiento.
AMLO sostiene lo contrario. Ha dicho reiteradamente que el “modelo neoliberal”, también calificado como de un “capitalismo depredador”, está en crisis. En su texto “Algunas lecciones de la pandemia COVID-19”, publicado en mayo pasado, el Presidente adelantaba ya algunas conclusiones y aseguraba que esta terrible enfermedad puso en evidencia la necesidad de políticas que antepongan el bienestar de las personas y las colectividades, frente a los intereses particulares.
La oposición, particularmente agrupada en PRI-PAN-PRD, sostiene que el discurso del mandatario es sólo propaganda.
DESPUÉS DE LA PANDEMIA
EN EL TEXTO de referencia (“Algunas lecciones…), AMLO insiste en la solidaridad mundial, también se declara consciente de que los países deben fortalecerse internamente, para lo cual apunta que es posible recuperar el control de dos elementos estratégicos: la alimentación y los energéticos.
En el caso de los alimentos, como le decía en una colaboración anterior, nuestro país compra en el extranjero el 60 por ciento de los básicos que consume. Por lo que hace a las gasolinas la situación no es mejor, ya que a pesar de ser exportador de petróleo México adquiere de mercados externos –especialmente de Estados Unidos- entre el 60 y 70 por ciento de este combustible.
Para el equipo de López Obrador dos sucesos recientes, entre otros, confirmaron la necesidad de la autosuficiencia en alimentos y energéticos, dos elementos estrechamente vinculados.
El primero, lo mencionó el propio AMLO en junio del 2019, durante una visita a Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Se refirió a las entonces recientes amenazas del gobierno de Estados Unidos (Donald Trump) de imponer aranceles extraordinarios a las exportaciones mexicanas.
Expresó: “Debemos de ser autosuficientes porque si no nos venden alimentos, o se encarecen los alimentos que compramos afuera, vamos a padecer en México; pero si somos autosuficientes en maíz, en frijol, en arroz, en carne, en leche –que no lo somos, tampoco en gasolina– si producimos en México lo que consumimos nos van a hacer lo que el viento a Juárez”.
Resultaba lógico que si Estados Unidos imponía arbitrariamente aranceles como un chantaje para que nuestro país frenara “la migración ilegal”, se desataría una guerra comercial que afectaría nuestras importaciones de alimentos en una situación de grave dependencia. Pero, ¿es posible la autosuficiencia?
PRODUCIR LO QUE SE CONSUME
EL PRESIDENTE y su equipo consideran que sí, y no sólo en este aspecto sino también en materia de energéticos. Puso como meta que en el 2023 nuestro país ya no compre gasolinas en el extranjero, por lo tanto dejará de exportar crudo para procesarlo en las siete refinerías que para entonces ya deben estar trabajando en toda su capacidad.
Dejar de comprar gasolinas en el extranjero “nos va a generar ahorros”, sostuvo y refirió que al recibir el gobierno las refinerías de Pemex operaban al 30 por ciento y que ahora ya lo hacen al 60 por ciento. En el 2023, según los cálculos presidenciales, Pemex estará procesando un millón 840 mil barriles. Recuerdo que una de estas plantas, la de Minatitlán, Veracruz, estaba a sólo el 11 por ciento de su capacidad en 2018. De tal magnitud fue el abandono.
Si tomamos en cuenta que en mayo de 2018, Pemex sólo procesaba 648 mil barriles, la meta de AMLO es prácticamente triplicar ese volumen en 2024. Todavía en 2016 la petrolera mexicana transformaba más de un millón de barriles, con una capacidad instalada de hasta un millón 546 mil barriles diarios. De ahí que, con el añadido de la nueva planta que se construye en Dos Bocas, Paraíso, calcule López Obrador que se puede llegar a la meta propuesta.
Para 2020, la Secretaría de Energía (Sener) calculó una demanda de gasolinas en México por 809 mil barriles al día, de los cuales se compra al extranjero siete de cada diez barriles (la mayor parte en Estados Unidos). Alcanzar la autosuficiencia implicaría revertir esa tendencia, pero al mismo tiempo mantener y mejorar los volúmenes de extracción para que pueda dotarse a las refinerías de casi un millón 840 mil barriles en 2023 (el cálculo inicial era para junio de 2022).
Obviamente que esto significaría que México dejara de exportar el actual volumen de un millón 140 mil barriles de crudo por día, para destinar casi toda su extracción al abastecimiento de las refinerías. De alcanzarse los dos millones de barriles en los campos de mar y tierra previstos para el 2024, lo que restaría para el mercado internacional sería marginal, a menos de que se lograran los más de 2.5 millones estimados al inicio de este gobierno.
No es necesario recurrir a las firmas calificadoras y a las financieras para establecer que de aplicarse la política de sustitución de importaciones de gasolinas y el freno a la exportación de crudo, México tendría menor ingreso por la venta de hidrocarburos pero al mismo tiempo gastaría menos en la adquisición de combustibles. ¿Se logrará un equilibrio? ¿Podrá Pemex consolidar sus finanzas?
AL MARGEN
Todo indica que estamos en el umbral de un cambio radical en la política petrolera en el país, lo que en algunos círculos se considera como una segunda expropiación. El 2021 será el año crucial para estas definiciones. ¿Antes o después de las elecciones? (
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