Escala Crítica/Columna diaria
*Osuna Huerta y Lastra Bastar, dos liderazgos que se perfilan
*En Centro, combinación virtuosa: candidatura y estructura
*Motivos para celebrar: 70 años de Ciencias Políticas de la UNAM
Víctor M. Sámano Labastida
EL CARRO COMPLETO es lo que comprometió Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, en su visita a Tabasco. Las circunstancias no son las del 2018, pero tiene el movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador una enorme ventaja en la entidad y un desafío. Hace tres años logró las seis diputaciones federales y las 21 diputaciones de mayoría. En la contienda por las alcaldías la votación se diseminó entre varios partidos, pero aun así Morena pasó de haber obtenido una sola presidencia municipal a conseguir 15. Un salto enorme.
Cierto que hubo algunos municipios altamente competidos, pero también la caída abrupta de partidos con larga tradición electoral y con estructura en todo el estado. Ahora, por lo menos, confía en garantizarle a AMLO las seis diputaciones federales en Tabasco cuyos candidatos se enfrentan a los de la coalición PRI-PRD-PAN.
En colaboraciones previas me referí a los registros electorales de los partidos ganadores en 2018, así como a los que quedaron en segundo lugar. Volveremos al tema de la competitividad por zonas, pero permítame detenerme en un hecho reciente que me parece significativo.
PLANEANDO EL FUTURO
DURANTE la visita de Mario Delgado para reunirse con la estructura de promoción y defensa del voto de Morena, dos personas fueron seleccionadas para hablar en el acto: Yolanda Osuna, aspirante a la alcaldía de Centro, y Jaime Lastra, candidato a diputado local por el distrito diez. Es significativo porque por un lado confirma el liderazgo que se le tiene asignado al ex fiscal y ex secretario de Gobierno en el futuro Congreso local, y por otro ratifica la importancia que tiene para Morena la alcaldía de Centro, así como la representatividad de su candidata.
Como usted sabe, en 2012 Morena no existía como partido con registro condición que adquirió hasta 2014, siendo su primera participación electoral en julio de 2015. En Tabasco quedó en cuarto lugar en las votaciones intermedias, parecía muy arriesgada la apuesta de López Obrador para conseguir una organización que lo respaldara en las elecciones presidenciales para su tercera candidatura.
Pero en sólo cuatro años consiguió lo que parecía imposible. En el caso de Tabasco las gráficas del crecimiento de Morena contrastan con lo sucedido al PRI y luego al PRD. Mientras la organización lopezobradorista dio un salto cuantitativo, los otros partidos tradicionales sufrieron una enorme sangría…pero además en algunos municipios fueron rebasados por otra organización tradicional, el PVEM.
A reserva de abundar en el tema, sin duda polémico de acuerdo a las simpatías de cada quien, podría decirle que con la candidatura de Yolanda Osuna Huerta ocurrió algo similar: mientras los abanderados del PRI-PAN, Andrés Granier Melo, y del PRD, Manuel Andrade Díaz, partieron de un registro mayor que la aspirante morenista, esta fue creciendo hasta rebasar a sus adversarios. De acuerdo a fuentes consultadas por este columnista, en los días recientes la ventaja de Osuna Huerta se ha despegado para ser cada vez mayor respecto a su más cercano competidor que sería el ex gobernador Granier Melo. Se habla ya de una separación de hasta 20 puntos en promedio.
El abanderado pripanista tendrá que enfrentar en los próximos días la presión del candidato del PRD, el también gobernador Andrade Díaz. Porque como le comenté casi al inicio de este proceso, la estimación solaztequista para asumir el riesgo de postular a un priista histórico fue que éste jalaría los votos inconformes del tricolor. Como lo hizo el PVEM en 2015.
EL PESO DE LOS DÍAS
POR SU PARTE, Yolanda Osuna tiene muy bajo riesgo de que lopezobradoristas inconformes puedan sufragar por alguno de los ex gobernadores.
Digamos que en el caso de Osuna Huerta ocurrió la combinación virtuosa de una candidata sin negativos o con muy pocos –estos últimos si consideramos una comprensible resistencia interna a “un externo”-, con una estructura partidista u organizativa distribuida en todo el estado. La ahora morenista ha llevado una campaña acertada, sin escándalos. Por lo que toca a Granier y Andrade, a estos les tocaba levantar unas estructuras partidistas desgastadas por las derrotas del 2015 y 2018, y enfrentar a una coalición muy poderosa en el gobierno. Muy poco tiempo para ello.
Hay que abundar en el tema, por supuesto. Y entramos en la recta final de las campañas.
SIETE DÉCADAS VALIOSAS
CUMPLE Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM 70 años de su fundación. Para conmemorar este suceso este lunes se transmite una videoconferencia a las 12 horas, por los canales de Facebook y Youtube, con la participación de Javier García Diego (historiador), Gina Zabludovzky Kuper (socióloga), Octavio Rodríguez Araujo (politólogo), Carola García Calderón (comunicóloga y socióloga) y Enrique González Pedrero, ex gobernador de Tabasco (licenciado en Derecho y politólogo).
Primero como Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, fue fundada un 3 de mayo de 1951, aunque sus actividades iniciaron el 25 de julio de ese año. Los registros indican que tuvo en un arranque 136 alumnos de los cuales 13 mujeres. González Pedrero encabezó la institución de marzo de 1965 a marzo de 1970. Fue precisamente durante su administración cuando -el 26 de enero de 1968- se eleva al rango de Facultad. Actualmente cuenta con seis especialidades: Antropología, Ciencias de la Comunicación, Ciencias Políticas y Administración Pública, Relaciones Internacionales y Sociología.
González Pedrero es el único tabasqueño que ha recibido de Doctorado Honoris Causa por parte de la UNAM.
Otro hecho destacado lo constituye que un tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, sea el primer presidente de la República egresado de esa Facultad de la UNAM, en Ciencias Políticas y Administración Pública. (
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