Escala Crítica/Columna diaria
*En Tabasco, una de cada tres viviendas altamente vulnerables
*Los problemas del Presidente: tiene que ocuparse hasta de los baches
*Congreso, Pemex, Cenagas, poder tabasqueño en energéticos
Víctor M. Sámano Labastida
LA EMERGENCIA sanitaria por la pandemia necesariamente nos obliga a revisar nuestros hábitos personales, pero sobre todo replantear la relación individuo-economía y las llamadas políticas públicas. Ayer, por tercer día consecutivo se reportó en Tabasco un registro extraordinario de nuevos casos de COVID-19: 674 positivos. No es el único. Las autoridades federales advirtieron que 10 entidades están riesgo de pasar a color rojo del Semáforo Epidemiológico: Ciudad de México, Hidalgo, Aguascalientes, Nuevo León, Coahuila, Sonora, Durango, Guanajuato, Querétaro y Estado de México.
El semáforo federal se ha convertido sólo en una referencia y no en medida obligatoria. Pero también responde a una realidad: la advertencia por la saturación de los servicios médicos. Tabasco aún no está considerado oficialmente entre los candidatos al rojo, pero puede suceder como en Oaxaca entidad que está en amarillo con cinco municipios altamente urbanizados –entre estos la capital-, ya fue declarado de alto riesgo (rojo) por las autoridades municipales.
SEGURIDAD DESDE EL HOGAR
LE DECÍA que la crisis sanitaria obliga a revisar también los planes de gobierno. Desde noviembre de 2020 el secretario de la Sedatu federal, Román Meyer Falcón, afirmó que había tenido ya grandes lecciones en materia urbana: replantear la política para espacios públicos de calidad y con seguridad; mejorar las opciones de movilidad; garantizar el acceso a una vivienda adecuada, combatir el hacinamiento, entre muchas otras,
El gobierno federal reconoce que en las ciudades una de cada cinco personas vive con al menos una carencia por servicios básicos en su vivienda. Puede imaginar lo que sucede en la mayoría de las comunidades rurales. En sentido contradictorio tienen censadas 650,000 viviendas abandonadas.
La fragilidad y vulnerabilidad de las viviendas, así como del territorio, es una de las circunstancias que las inundaciones de hace casi un año pusieron en evidencia en Tabasco. Si tomamos en cuenta que hay en el estado 646 mil hogares y en 2020 fueron reportadas poco más de 200 mil afectadas (muchas no entraron en los registros), observamos que por lo menos una de cada tres familias viven en extremo riesgo patrimonial.
La necesidad de otras respuestas a cuestiones inmediatas y aparentemente simples hizo que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara el lunes un nuevo programa para restaurar calles de las ciudades de todo el país. Dijo: “vamos a llevar a cabo un programa especial para baches en todo el país, en las ciudades, nos vamos a poner de acuerdo con gobiernos estatales, con gobiernos municipales. Porque es el principal problema para la gente que vive en las ciudades”.
ABANDONO EN LAS CALLES
AMLO MOSTRÓ una gráfica elaborada por el Inegi de junio de 2021 con los problemas que la población identifica en las ciudades donde vive. El 75.9 por ciento se refirió a los baches en las calles; el 58.5 por ciento al alumbrado público. Aunque en segundo sitio se ubica la preocupación por la inseguridad pública. Podría decirse que los tres problemas van relacionados pues el tema de los baches, aunque pareciera menor, creo que refleja el abandono de las calles; esto es, el descuido del espacio público.
Dijo López Obrador que aunque se trata de una responsabilidad de los gobiernos estatales y municipales (baches y alumbrado), ha administraciones que no tienen ni para pagar la nómina (ocurre en Colima, por ejemplo), por crisis heredadas. Pero, reflexionó, al llegar al cargo no hicieron nada en materia de ahorros y austeridad.
Volvemos al punto inicial: se requiere una visión comprometida respecto a los espacios habitables. Contra la especulación inmobiliaria, de la que ya hemos comentado en este espacio. La pandemia nos muestra que no es sólo la salud individual sino del comportamiento y las acciones colectivas.
¿RATIFICARÁN A MRG?
LA COMISIÓN DE ENERGÍA de la Cámara de Diputados federales tuvo un papel estratégico en la Legislatura que concluye y, sin duda, lo tendrá en los meses por venir. El presidente Andrés Manuel López Obrador ya anunció que una de las tres grandes reformas constitucionales que promoverá será la del fortalecimiento del sector eléctrico. Además de que están pendientes los resolutivos sobre otros cambios a las leyes aprobadas durante el régimen de Enrique Peña Nieto.
Como usted sabe, durante estos tres años el tabasqueño Manuel Rodríguez, como diputado federal por Morena, se desempeñó como presidente de la citada Comisión que el martes reciente realizó su última reunión ordinaria. Los diputados federales del PAN, PRI, PRD y Morena integrantes del órgano legislativo reconocieron la labor de conciliación, equilibrio y respeto que caracterizaron los debates, a pesar de que los asuntos relacionados con el petróleo y la electricidad son los que mayores diferencias despiertan entre los bloques gobernante y opositor.
En esa última reunión se rindió un homenaje póstumo a los diputados Miguel Acundo González (Encuentro Social), Delfino López Aparicio (Morena) y René Juárez Cisneros (PRI). Este último formó parte de la Comisión de Energía. Por cierto, todo indica que Manuel Rodríguez será nuevamente presidente de la CE en la próxima legislatura. De esta manera el presidente López Obrador cuenta con varios tabasqueños en el sector. Entre otros Octavio Romero como director de Pemex, José Eduardo Beltrán y Humberto Mayans como consejeros independientes, así como Abraham Alipi Mena en Cenagas (Centro Nacional de Control de Gas Natural). (
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