www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica El PAN en su laberinto: busca identidad, y se le adelanta la ultra derecha española

El PAN en su laberinto: busca identidad, y se le adelanta la ultra derecha española

E-mail Imprimir PDF

 Escala Crítica/Columna diaria

*El escándalo de Abascal y Vox; explicaciones que enredan más
*El verdadero problema partidista cuando la doctrina queda atrás
*Del combate al cardenismo a sus alianzas con el PRD y el PRI
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LOS PARTIDOS políticos son cada vez menos homogéneos y su ideología es difusa, cuando esta existe. En México especialmente tales organizaciones son instrumentos para la simple y llana disputa del poder; sus definiciones programáticas y de principios terminan siendo muchas veces tinta sobre papel. Hay, por supuesto, grupos y personajes dentro de los partidos que representan corrientes, intereses, que oscilan entre un proyecto nacional y el ascenso familiar o personal. 
En estos días el Partido Acción Nacional (PAN) está bajo los reflectores y el debate debido a que un grupo de sus militantes recibió en México a Santiago Abascal, dirigente del partido ultradechista español Vox y firmaron la denominada “Carta Madrid” en contra del avance del comunismo “en la iberosfera”, como llaman a las antiguas colonias españolas.
Más que la pluralidad o heterogeneidad en el PAN –como la justificaron oficialmente-, el Caso Vox ahondó las diferencias a punto de ruptura que padece esta organización desde la disputa por la candidatura presidencial en 2018. Hasta la dirigencia panista, representada por Héctor Larios, secretario general (que asumió en sustitución de Marko Cortés que pretende la reelección), buscó minimizar el impacto de la aventura de senadores y diputados del blanquiazul firmantes de un documento que nos remite a una discusión que pensábamos superada.
Un importante sector del PAN ha intentado correrse hacia el centro político y, otros, al progresista, pero todavía existe un influyente grupo de ultraderecha.
Dice la ya famosa Carta Madrid: “Una parte de la región está secuestrada por regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico y terceros países. Todos ellos, bajo el paraguas del régimen cubano e iniciativas como el Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla, que se infiltran en los centros de poder para imponer su agenda ideológica".
El promotor de esta “defensa de la libertad y la democracia en la iberosfera”, Santiago Abascal, es el líder de un sector radical –aunque parezca redundante- de la ultraderecha católica.
 
UN FANTASMA EN EL ESPEJO
 
EL ESCÁNDALO detonó el 2 de septiembre cuando el Grupo Parlamentario  del PAN (GPPAN) colocó en su sitio oficial una imagen de la “Carta Madrid” con el encabezado: “México nunca va a ser comunista”. Se asumió de esta forma como una postura institucional…sin consultar al resto de la bancada, según se dijo después.
Este mismo segmento panista difundió la fotografía en la que aparecen junto al español Abascal muy sonrientes Jumen Rementería, coordinador de los senadores del blanquiazul, con 14 compañeros de su bancada. Entre estos Víctor Fuentes, Marco Antonio Gama y Roberto Juan Moya Clemente; Alejandra Reynoso, Guadalupe Murguía, Nadia Navarro, Indira Rosales, Mayuli Latifa, Gina Cruz, Minerva Hernández y Lily Téllez (esta última llegó a la Cámara Alta bajo las siglas de Morena en 2018, para renunciar y afiliarse al PAN. Convicciones, pues…).
Fue una reunión privada, en las oficinas del grupo panista en la sede del Senado de la República, se informó, para sellar una alianza “en defensa de la libertad, la democracia y la propiedad privada”. El PAN tiene 25 senadores actualmente; faltaron 10 a la cita.
De inmediato, líderes panistas como Gustavo Madero, también senador, señalaron que lo sucedido con la ultraderecha española muestra que Acción Nacional sufre de una falta de liderazgo. Se ha convertido en un partido “acomodaticio” y que cayó en el juego de la polarización: “Le estamos jugando el juego a Andrés Manuel (López Obrador), que nos trae bailando al son que nos toca” (Grupo Fórmula). Abundó: “Es muy preocupante porque el PAN no está entendiendo su posición y su función en el momento que vive México. Los problemas de México no son el comunismo, sino la desigualdad, el autoritarismo y el populismo”.
También se deslindaron de esta aventura Xóchitl Gálvez, Roberto Gil Zuarth, Héctor Larios, Andrés Atayde, Laura Rojas, entre otros. Larios trató de mediar y sostuvo que un “grupo plural de senadores (…), se reunieron para suscribir la carta Madrid, a favor de la democracia, libertad y contra populismos, (pero) el PAN no comparte con VOX sus propuestas que violentan Derechos Humanos”. 
Desde Morena (coalición en el poder), la izquierda y personalidades de la cultura surgió una crítica y un rechazo a la presencia ultradechista (fascista, señalaron algunos), del dirigente español. Pero la mayor preocupación, me parece, es al interior del PAN, partido que está en proceso de renovar su dirigencia. Se agudiza el choque líderes y corrientes que puede llevar a rupturas como de hace tres años. 
Durante mucho tiempo el PAN se caracterizó por ser un partido doctrinario, en el que cabían dos grandes corrientes: una conservadora (confundida con otra reaccionaria) y una liberal. Posteriormente se comenzó a hablar de panistas y neopanistas.
Su arribo al poder en el 2000 multiplicó las tribus y agudizó la lucha por el poder. Una gran crisis asomó en 2007 cuando Felipe Calderón logró la candidatura presidencial contra el bloque encabezado por Vicente Fox; en la sucesión del 2012 la confrontación se agudizó y vino a desembocar en la abierta división en la sucesión del 2018. Poco antes, en 2015, Ricardo Anaya y Javier Corral disputaron la dirigencia; aunque las acusaciones y diferencias parecían irreconciliables el 81% de la votación obtenida por el primero contra el 18% del segundo tranquilizó las aguas. Corral fue candidato al gobierno de Chihuahua y Anaya fue por la Presidencia. 
AL MARGEN
ENTRE 2018 y 2021 el PAN transitó de una alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano, a una alianza con el PRI. Como lo muestra el Caso Abascal-Vox, el blanquiazul es un partido que deberá recomponerse y definir qué proyecto quiere representar.( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar