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Home Escala Crítica Por un comienzo con objetivos; la cultura como transformación

Por un comienzo con objetivos; la cultura como transformación

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 Escala Crítica/Diario Presente, Avance, Horay20noticias, Ventanasur 

*No puede haber cambios de fondo sin impulso cultural
*La huella de Carlos Pellicer, y del nacionalismo universal
*EGP-Julieta Campos: el laboratorio (político) de Tabasco
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
¿DÓNDE comenzó todo? Recuerdo a principios de los ochenta que el embajador de Argelia en México, ex integrante del Frente de Liberación Nacional, Yazid Zerhouni, me hizo una pregunta a bocajarro aunque él era el entrevistado: ¿Por qué en México celebran el inicio de la independencia y de la Revolución y no su consumación? Quizá, respondí titubeante, sea porque estamos más o menos de acuerdo cuándo comenzaron pero no cuándo terminaron.
El que esto escribe laboraba en Radio Educación. Recuerdo la anécdota ahora que se conmemoran tres años de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, su toma de posesión. Y también porque el fin de semana se inauguró en el Centro Cultural Villahermosa, de la capital tabasqueña, una exposición que lleva por título “Sin aquel comienzo nada hubiera ocurrido”.
Para los artistas de Tamulté de las Sabanas, ahora ya en plena madurez de la mano del maestro Leandro Soto Ortiz, lo suyo comenzó en los años ochenta durante el gobierno de Enrique González Pedrero, en una obra de promoción cultural impulsada por la escritora Julieta Campos. Un paso importante fue la creación de la asociación civil “El tesoro de Tamulté”, en 1990, ya con el artista cubano establecido en Tabasco.
Cultura y política se entrecruzan, se complementa. Pero más bien, frágil y efímera es la política sin cultura. Esta última es lo que trasciende los periodos administrativos del poder.
 
LA PRODUCCIÓN SIMBÓLICA
 
ES CASI IMPOSIBLE un cambio de fondo, una transformación de la sociedad, o el fortalecimiento de sus valores comunitarios, sin la cultura. Y también sin la sensibilidad que despierta el arte, el pueblo como creador o como espectador.
El periodista Juan de Jesús López recoge las palabras de Leandro Soto a propósito de la exposición “Sin aquel comienzo nada hubiera ocurrido”. Dice el artista y curador creativo: “Estoy de acuerdo. Sin duda el resultado (de lo hecho en Tamulté de las Sabanas)  se debe a la visión de una política cultural que no miró a los pueblos indígenas como meros artesanos habilidosos sino como pueblos capaces de ser productores simbólicos”.
¿Dónde comenzó todo?
Una referencia contemporánea sería Carlos Pellicer. Aunque la historia tabasqueña vincula cultura –creación literaria- a nivel de actividad personalizada con la política. En el caso de Pellicer, decidió aceptar la nominación al Senado por el PRI en la segunda mitad de los setenta, aunque ya tenía una larga identificación con la revolución mexicana en la vertiente de José Vasconcelos y con el latinoamericanismo bolivariano.
A la campaña de Pellicer se incorporó el entonces joven Andrés Manuel. Lo había conocido como partícipe de la Casa del Estudiante Tabasqueño en la capital del país. El poeta después lo recomendó con Leandro Rovirosa, éste lo hizo director del Instituto Nacional Indigenista en Nacajuca. Llegada la campaña de Enrique González Pedrero, AMLO se integró al equipo del “maestro” de la UNAM, quien por su parte había ido confeccionando una propuesta política anclada en el cardenismo. De ahí el actual presidente pasó a dirigir brevemente el PRI estatal; coincidencias de fondo que llevaron a una diferencia coyuntural, y a una breve ruptura.
López Obrador mantuvo el vínculo con el brazo cultural y de desarrollo comunitario del gonzalezpedrerismo, esto es con Julieta Campos.
EGP y Campos hicieron política cultural. Mientas las élites disputaban el poder, que desembocaría en el desplazamiento de EGP por grupos vinculados a Carlos Salinas y Carlos Hank, por las venas de los pueblos –en particular de las comunidades indígenas y campesinas-  corría el intento de recuperación de sus identidades, en no pocos casos adaptándose a la modernidad. También como una forma de resistencia. Tamulté de las Sabanas fue uno de ellos. Lo que sucedió en la ciudad de Villahermosa y en otras urbes tabasqueñas fue distinto.
Vinieron las dos campañas de 1988, la federal y la estatal. Tres meses en los que por fin se gestó la ruptura local en el PRI, aunque continuó dominando vieja cultura política. El movimiento neocardenista contaba con profundas raíces en varios sitios del país. Esto detonó en Tabasco cuando entre agosto y septiembre de 1988 López Obrador decidió aceptar la candidatura del Frente Democrático Nacional (FDN).
El movimiento opositor se ancló en las comunidades indígenas y zonas rurales donde había trabajado AMLO…pero también donde la actividad del matrimonio EGP-Julieta Campos arraigó. Cultura y política, o la cultura como una manera de hacer política.
Recuerda Yolanda Osuna, actual alcaldesa de Centro: “Leandro Soto llegó con Irena Majchrzak (en 1988). Se quedaron trabajando el proyecto de Julieta Campos. Yo inicio en el Comité de la Conalmex-UNESCO en febrero de 1987 y arropo el proyecto al inicio de 1989. Igual que las Jornadas  Pellicerianas, las primeras contaron con Ramón Bolívar y Samuel Gordon, entre otros”.
Otra vez Pellicer. 
AL MARGEN
VARIAS veces me dijo EGP: “así como la agricultura es el cultivo del campo, la cultura es el cultivo de uno mismo”. Añadiría: de uno mismo en la comunidad. Nada en solitario tiene futuro cierto. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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