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Home Escala Crítica Gobierno y servicio público: el ‘nosotros’ de la política en tiempos de la Cuarta

Gobierno y servicio público: el ‘nosotros’ de la política en tiempos de la Cuarta

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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Avance, Horay20noticias

*No es la guerra, es la construcción de un espacio de justicia
*Para curarse del doble discurso, ¿una receta de choque?
*La cercanía con el ciudadano, herramienta de buen gobierno
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
HAY SOCIÓLOGOS que definen la política como “la continuación de la guerra por medios pacíficos”, e historiadores que definen la guerra como “la continuación de la política por otros medios”. En ambos casos, ni la política ni la guerra son conceptos que salen bien librados.  
Octavio Paz escribió: “Políticos y gobernantes hacen muy poco bien y, en cambio, incluso sin desearlo, hacen mucho mal”. 
En términos humanistas, no hay guerras benignas. Esa idea implica una contradicción. La política –por su parte- no se atora en contradicciones insalvables, incluso tomando en cuenta lo dicho por Paz. Millones de ciudadanos valoran la política como la actividad pública por excelencia. Ahí encuentran su sentido de la vida, le dedican tiempo y desarrollan esfuerzos compartidos. 
Por ello, Andrés Manuel López Obrador habló de triunfo colectivo a propósito de tres años cumplidos del gobierno que encabeza. A los jóvenes recomendó “el noble oficio de la política” y ejercerlo sin medias tintas. “Hay que definirse y no correrse al centro”, enfatizó.
Es, como una gran parte de sus expresiones, un planteamiento polémico que requiere matizar.
     
RECUPERACIÓN ÉTICA DEL ‘NOSOTROS’
 
LA POLÍTICA en México ha sido, como otras áreas de interés social, campo de simulación. Es quizá en esta observación donde cabría la convocatoria a dejar el disimulo y los disfraces para actuar con franqueza, con sinceridad.
Lo primero que anuncian gobernantes electos es que trabajarán para todos. Aparece un ‘nosotros’, en su vocabulario, que quiere rebasar la identidad partidista y adquirir rasgos de servicio público. Del dicho al hecho, la intención se desdibuja. 
La cercanía con el ciudadano debería ser objetivo del gobernante en funciones. Pero sucede que, por debajo del tono incluyente, asoma la camiseta partidista. Los tiempos de campaña complican la separación gobierno/partido, aunque existen leyes electorales que sancionan la mezcla a últimas fechas esos límites son borrosos, o sirvieron para garantizar un estado de cosas. 
 En otros países resulta legítimo asumir una postura política y plantear en las urnas la continuidad del proyecto de gobierno. Es definición crucial, que hoy resulta materia de discusión y diferencias que a veces parecen irreconciliables.
El sexenio en curso tiene una peculiaridad: la recuperación del vocablo ‘pueblo’ como eje del poder político. El presidente López Obrador, con insistencia, afirma: “antes el gobierno federal representaba a unos cuantos privilegiados, y ahora nuestro gobierno representa al pueblo”. 
AMLO encuentra el respaldo en los 30 millones de votos logrados en 2018, las políticas públicas y los programas sociales de apoyo (25 millones de familias beneficiadas, población situada en la franja de pobreza). Sus adversarios, en cambio, le reprochan el olvido de políticas de bienestar para clases medias y altas, y lo sitúan como gobernante excluyente. En el lenguaje presidencial, se trata de “por el bien de todos, primero los pobres”, y así frenar las ambiciones de “conservadores”.    
El “nosotros” en política abarca generalizaciones que deberían situarse caso por caso y comprobarse en los hechos (de políticas públicas). El lenguaje, en solitario, no alcanza a ser prueba social.
     
CUESTIÓN DE CONCIENCIA, EN JUEGO
 
La ciudadanía ha crecido en cultura política, digamos, desde 1968 a la fecha. 
Ha sido travesía de cambios pequeños que determinaron cambios de gran magnitud, de 1988 a 2018. Para AMLO, se trata de un crucial cambio de conciencia: “revolución de las mentalidades”, afirma. 
A sus adversarios les dedicó estas palabras, desde el Zócalo (Cdmx): “Podrán dar marcha atrás a lo material, pero no podrán cambiar la conciencia ciudadana”. Quizás el Presidente pensaba en gobernantes que manejaron tono incluyente en el discurso, pero practicaron políticas que excluyeron a la mayoría de la población en horas decisivas. Sus críticos también lo califican de excluyente. Cuestión de territorios.
Es indispensable situar consensos que ayuden a consolidar “el noble oficio de la política” y el servicio público de carrera: los gobiernos de los tres niveles lo necesitan para ofrecer a los ciudadanos un trato digno. Es el ‘nosotros’ como piso social básico.  Tendría que ser la mejor herencia cultural del sexenio en curso si las definiciones exigidas se asumen en este terreno.
AL MARGEN             
EN AGOSTO de 2010 unos 72 migrantes fueron hallados en una fosa común en San Fernando, Tamaulipas. En abril de 2011 las autoridades reportaron el hallazgo de 193 restos en 47 fosas clandestinas. En mayo de 2012 otro descubrimiento macabro: 49 torsos humanos en Cadereyta, Nuevo León. Un tráiler se convierte ahora en Chiapas en reflejo de un tráfico criminal con muchas caras. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
 
 

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