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* Del paro yucateco al derrame capitalino: una oposición fabuladora

*AMLO: “en política, me ha ayudado que me den por muerto”        

*Los motivos del lobo: narrativa/rumor como manipulación política

     

 Víctor M. Sámano Labastida

 

Muchas interpretaciones puede haber por lo sucedido en torno a la salud del Presidente. Cuando Andrés Manuel López Obrador afirma que es “el mandatario más criticado en la historia de México”, parece una exageración. El más reciente episodio mediático puede ser útil para que el lector saque conclusiones: en un lapso de 76 horas, del domingo 23 de abril a la una  de la tarde, al miércoles 26 a las cinco de la tarde, insatisfechos con la versión “AMLO tiene COVID”, opositores y adversarios lo enfermaron de gravedad y circularon rumores sobre su muerte. Cuando reapareció, en vídeo de 18 minutos grabado en Palacio Nacional, AMLO citó a los clásicos: “los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud”.  

 

BOTÓN DE MUESTRA CON FOTO

 

AL PROCEDER a revisiones de la llamada prensa ‘nacional’ (editada en CDMX), se percibe que el reproche presidencial tiene sentido: existe una crítica sin matiz, de sus dichos y acciones. Podrá afirmarse que es una respuesta a “los modos” de inquilino de Palacio, pero no es suficiente explicación. Hay ejemplos en estos resbalones. Una portada del diario Reforma (abril 1) se hizo eco de una noticia falsa (“Sí la conocía”) con una foto donde supuestamente aparecía AMLO con Guadalupe Taddei, la nueva presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) siendo que AMLO dijo no conocerla, aunque precisó: “conozco a la familia Taddei”. Perseverante, Joaquín López Dóriga (abril 2) difundió “la foto probatoria de la mentira presidencial”, donde aparece AMLO -hace varios años- con la madre y el padre de la actual Presidenta del INE. Reforma y Dóriga ubicaron, en cambio, que en esa foto aparecía la hija, Guadalupe Taddei. Se sumaron así a un twitter que había sido desmentido por Jorge Taddei: “no publiquen mentiras sobre mi familia”. Reforma y López Dóriga no verificaron el ‘dato’ que pusieron a circular. Cuando eso sucede, la crítica antiAMLO falla en responsabilidad periodística: verificar para publicar. En sus servicios informativos la Associated Press (AP) aplicó su sistema de verificación para concluir que efectivamente es falsa de afirmación sobre la citada foto de AMLO.

Si esto ocurre con la foto que un influencer bajó de Google, imaginemos qué ocurre con la cobertura mediática alrededor de AMLO cuando entran en juego elementos políticos estratégicos, como fue el caso de su salud disminuida. Desde luego, se abordó no sólo la salud de Andrés Manuel individuo. Es la salud del titular del Poder Ejecutivo Federal y por eso importa como relato mediático. De todos modos, apareció con fuerza la narrativa opositora con fantasías animadas de ayer y hoy.                              

 

VERSIONES ABORREGADAS  

 

“AMLO SUFRE presunto infarto en Mérida”, Diario de Yucatán (abril 24). Aunque la palabra ‘presunto’ se maneja en el titular que comenzó la bola de nieve mediática, la nota en su desarrollo ubica un desmayo o desvanecimiento, que no es lo mismo que un infarto. El titular, visto el contenido de la nota, fue especulación porque no había contenido periodístico que lo fundamentara.       

“Enviaron un avión de las fuerzas armadas a Georgia (EEUU), a un centro médico especializado en males cardíacos, para traer equipo y medicamento con el cual atender a López Obrador”. (Diario Reforma, abril 25) No hay, en el relato de la noticia, confirmación alguna ni fuentes castrenses citadas.

 “Tiene COVID… e infarto”, fue el titular de una columna de Raymundo Riva Palacio (El Financiero, abril/25), que tuvo mención honorífica en el mensaje de reaparición de AMLO.   

“La hermana de un médico militar que atendió a López Obrador, comentó de un derrame cerebral que sufrió”. Carlos Alazraki (Atypical TV, youtube, abril 26). También el Presidente citó este tizne en su mensaje/retorno.

“Es el quinto infarto de López Obrador”. Pedro Ferriz de Con (Imagen, abril 25). Lamentable la torcida contabilidad (sin datos confiables) del corazón presidencial.   

Se planteó, desde diferentes medios y comentaristas, que las lagunas de información oficial provocaban la especulación sobre la salud del Presidente. Más allá de la lentitud o parquedad de las versiones gubernamentales en torno al COVID que por tercera vez contrajo AMLO, nada justifica periodísticamente los relatos disparatados que circularon. Hubo otras joyas del reino del rumor que no vale la pena mencionar.      

 

ZOPILOTES Y MOTIVOS

 

AMLO aprovechó en su retorno para hablar del “enojo y odio” de sus adversarios. Es significativo, por otra parte, que a nivel económico/financiero nada se desajustó. Los mercados no hicieron caso de la narrativa “enfermedad, ausencia y/o muerte del Presidente”. En la comentocracia, hubo la lectura/interpretación de “una ausencia conveniente” mientras en el Congreso se aprobaban 13 leyes/modificaciones de envergadura, entre ellas la desaparición del Instituto de Salud y Bienestar (INSABI) que será canalizado ahora como IMSS/Bienestar. Otra lectura, de menor verosimilitud, es que el ‘silencio presidencial’ provocó un cambio drástico en la agenda pública de temas a discutir. Con ello, se le otorga a AMLO un poder doble: agendar con palabras y agendar con silencios. Demasiada eficiencia, mientras se avecinan los tiempos más delicados, con elecciones 2023 y sucesión 2024. 

Hasta el momento la oposición no encuentra el modo de neutralizar la narrativa presidencial.             ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla ).