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REFORMA LABORAL/ RASCÓN

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Batman vs. el Guasón… es lo que vimos.

Marcos Rascón (*)

La estrategia de pretender impedir debates y votaciones, aísla, margina, caricaturiza y ya está agotado como estrategia. El golpismo legislativo divide a lo interno y desacredita a lo externo, pues parte de un principio de intolerancia que se basa en la idea de que los fines justifican los medios. Está claro que la “toma de tribuna” fue derrotada por el balcón de Murillo Karam y se sentó el precedente para el 1 de diciembre.

Se pensó que entre las elecciones y la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, sería para la izquierda una coyuntura importante para el fortalecimiento y poner en práctica la autocrítica, no repitiendo los mismos errores de 2006. Se reventó la expectativa general de reiniciar una política con unidad, llevando por delante la fuerza de las ideas, con una visión de mediano y largo plazos.

La reforma laboral fue un ejercicio de medición de fuerzas y la instalación de las nuevas reglas políticas en el Congreso, que marca el regreso del estilo del planchazo para aprobar las iniciativas presidenciales, usando a Felipe Calderón y al PAN, en la restauración de la maquinaria de la mayoría contra el debate.

La estrategia fue un ejercicio por el PRI como minoría mayor, ante un bloque de izquierda predecible, fácil de usar y cuya falta de imaginación, convirtió la derrota numérica en otra división interna. La nueva ingeniería política del PRI, basada en las alianzas, demostró su eficiencia al aprobarse, tal cual, la iniciativa de Felipe Calderón; pulida por PRI, PVEM y PT en comisiones y aprobada de manera aplastante en el pleno de la Cámara de Diputados.

Para el Frente Legislativo Progresista (FLP) de PRD, PT y MC, este tiempo que se veía promisorio y había generado expectativas, sucumbió de nuevo al dividirse frente al bloque que aprobó la reforma laboral, desaprovechando las diferencias entre el bloque priista y el PAN, sobre el tema del voto secreto y la rendición de cuentas en los sindicatos.

Por el contrario, el PT se dividió desde la votación en la comisión dictaminadora favoreciendo al PRI. En el caso del PRD resurgió de nuevo el viejo divisionismo y para justificar la toma de la tribuna, el discurso del coordinador del MC, se caracterizó por soez, milenarista, pretendidamente humorístico, demandante de interpelaciones y cargado de adjetivos, que pasó de ser contestatario a ser un discurso folclórico y un lugar común, que poco sirve para convencer, organizar y defender con eficiencia.

Una falla esencial fue que no se conociera a detalle la posición del FLP ante la reforma laboral, cometiendo el error de suponer que había claridad entre los trabajadores y la opinión pública sobre las implicaciones de su aprobación y alternativas, más allá del rechazo del NO. Era necesario publicar íntegramente las consideraciones y propuestas de una posición propia, que le diera coherencia a la movilización con el debate.

La experiencia de cuando el PRI era mayoría absoluta es que independientemente de perder votaciones, en la sociedad se ganaba en conciencia, como resultado de una política de avanzar educando y generando respeto por las propuestas de la izquierda.

Si bien para el PRI y sus aliados era fundamental defender al charrismo sindical y sus privilegios, el PAN en este punto estaba dividido y se generó una pequeña crisis, que se resolvió cuando los que tomaron la tribuna se retiraron, sumando fuerza al PRI y sus aliados.

La división y el vacío tuvo graves implicaciones, pues al final permitió que la parte más agresiva y antidemocrática para mantener el control sindical y salarial, le dieran un triunfo total al PRI y el calderonismo, pues no solo se impusieron, sino dividieron.

Existe una amplia crítica a la pretensión de querer reventar las sesiones, pues los que sí buscaron debatir y explicar con razones su oposición a la reforma, fueron acallados por el peso mediático del escándalo y no opacaron a los adversarios, sino a los propios compañeros de bancada y de frente.

Entre estos escándalos, en el Senado se aprovechó para acordar la distribución de comisiones y ese sí fue golpe certero, que le dio poder a la telebancada pasando desapercibida. El golpe ahora va por las comisiones en la Cámara de Diputados, distribuidos por el acuerdo del Senado. ¿Cuál será la nueva cortina de humo?

Esta experiencia es una alerta para el PRD y el FLP de lo que puede ser una política basada solo en la protesta y el desprecio al trabajo legislativo y el debate, que en 2006 le sirvió al PRI para regresar, y ahora, para ser mayoría.

Si no hay corrección, si se continúa con la política de “la resistencia” a toda costa, sin tener un programa propio de reformas, hará que lo sucedido con la reforma laboral sea el ensayo de lo que serán los próximos 6 años.

¿Qué pretextos se usarán en el Senado para aprobarla sin cambiar una coma? Solo hay que recordar que FLP y PAN son mayoría para regresarla.

¿Aparecerá de nuevo Batman y su aliado el Guasón para reventar lo que es posible?

www.marcorascon.org
@MarcoRascon
(*) Tomado del diario Milenio (03/X/2012), con permiso del autor.
 

 

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