Javier Herrera Escamilla/Columna Sin Blindaje.
Villahermosa, Tabasco.- Acostumbrados a ser oposición, el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el estado de Tabasco, Roberto Romero del Valle y su dirigente en el municipio de Centro, Antonio Solís Calvillo, han emprendido una campaña de descalificación que tomaría sentido de bumerang, en contra de quien fuera su propio candidato y hoy presidente municipal de Centro (Villahermosa)Humberto de los Santos Bertruy, ex priísta y abanderado de la coalición Movimiento Progresista.
Todo parece indicar que la disputa de los líderes perredistas ocurre por lo que durante tanto tiempo negaron: la lucha por los cargos públicos, espacios de poder que les permitan el acomodo de su militancia en la burocracia municipal y el manejo del presupuesto público. Ante la negativa del edil de Centro de afiliarse a las filas perredistas, el dirigente estatal Romero del Valle catalogó al Ayuntamiento de Centro como “basurero priista” y destapó lo que según él son las aspiraciones políticas de Humberto de los Santos Bertruy para alcanzar la gubernatura del estado en las aun lejanas elecciones del 2018.
“El gabinete municipal está conformado por gente honesta, experimentada, capaz y comprometida para beneficiar a los 640 mil habitantes del municipio de Centro y no a grupos políticos. Esa es la única aspiración que tengo”, reviró de los Santos Bertruy.
Como es sabido o al menos entendido por gran parte de los ciudadanos, los partidos políticos se han convertido en grandes negocios, en donde cada voto que obtienen en las elecciones se transforma en dinero vía prerrogativas. Tan solo en el presente año el PRD en el estado recibirá por ese concepto poco más de 19 millones 856 mil pesos. Antes fue el PRI el gran beneficiado. Pero no es todo, la campaña de reafiliación emprendida por el PRD a nivel nacional busca la definición política de sus militantes ante la posibilidad de una desbandada hacia el Movimiento de Regeneración Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Esto también pondría en riesgo los recursos económicos que aportan sus afiliados vía cuotas especiales.
Según lo declarado por Romero del Valle al reportero Humberto Santos (Heraldo de Tabasco, 05/II/2012): “los presidentes municipales, síndicos y regidores, estatutariamente estarían obligados a aportar el 15 por cientos de sus ingresos”. Pero no son los únicos: los senadores, los diputados federales y locales, también están obligados a las aportaciones especiales. En menor proporción están los militantes que alcancen en la burocracia puestos de coordinadores o jefes de departamento, sin descontar a todo aquel militante sin cargo público pero con aspiración de ser candidato en la próxima elección de 2015.
Se puede entender pero no compartir la desesperación de los líderes del PRD en el estado de Tabasco. Antes de pensar en quién será el próximo gobernador constitucional habrán de pasar la dura aduana del 2015 en donde probablemente verán disminuidas las posiciones alcanzadas en la alternancia y con ello una reducción de las prerrogativas económicas que dan los votos, votos que habrán de compartir con un nuevo partido de izquierda Morena. El movimiento lopezobradorista por mandato legal no podría ir en coalición con ningún partido político y tendrá que buscar –esta primera vez- los votos por sí solo.
Puede ser fatal tener una mala estrategia. Carecer de ella resulta peor.
