“El hombre tiene horror a la soledad. Y de todas las especies de soledad,
la soledad moral es la más terrible…El primer pensamiento
del hombre, sea leproso o un prisionero, un pecador o un inválido,
es este: tener un compañero de desgracia”.
Erich Fromm
Erasmo Marín Villegas*
VIAJE DEL ALMA: REPETICIÓN
O SUPERACIÓN DE ATROCIDADES
La intensidad de los latidos del corazón era el parámetro del alma, vida en movimiento. Diagnóstico sencillo y hondo. Los miembros de la tribu se reunían alrededor de una fogata que servía para distanciar a los animales salvajes y celebrar el ritual de vida eterna. A la orden del gran jefe debían sentarse y ofrecer el pecho abierto al compañero más cercano, para que midiera la intensidad del yo interno. Con ejercicios de respiración se lograba la magia: el corazón se tranquilizaba y estaban listos para reproducirse o salir a la caza.
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