Lecciones de la consulta: difícil medir el abstencionismo; comportamientos erráticos, algunas constantes

Jueves, 14 de Abril de 2022 00:00 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventansur, Horay20noticias, Avance

 
*Avanzarán quienes mejor atiendan a la experiencia del proceso
*Estados del sureste, la reserva lopezobradorista: el norte, indeciso
* Un candidato muy productivo, en rendimiento de votos
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
Le comentaba en mi colaboración reciente que sólo comprendiendo o tratando de comprender los diversos factores que incidieron en la consulta revocatoria del domingo 10 de abril -que terminó siendo de ratificación como estaba previsto-, podrán los actores enfrentar con éxito el desafío de las elecciones del 2024. Pueden optar por la descalificación o la queja, así como por el excesivo triunfalismo, pero esto sólo abonará a derrotas y fracasos.
En términos generales le mencionaba que un factor determinante para que se alcanzara menos del 20 por ciento de la participación de los ciudadanos inscritos en la lista nominal fue la distribución y número de las casillas. Dejo a un lado el debate sobre si fue o no intencional, y me atengo a los hechos: un tercio de la cobertura en los puestos de votación reduce a un tercio o en el mejor de los casos a un cuarto, las posibilidades para un votante.
Pero también se habla del “abstencionismo”, porque sólo acudieron a votar dos de cada diez. Pretender mecánicamente que de ahí se deriva un porcentaje de “voto de reserva” o simplemente voto opositor, puede ser fatal para quien pretenda competir con éxito, según mi modesta opinión. Y le cuento por qué:
 
TRES TIPOS DE NO VOTO
ES NECESARIO tomar en cuenta un dato básico para evaluar la participación: el número y la ubicación de los puestos de votación. 
Sin pretender agotar las clasificaciones (los estudiosos señalan que es muy complejo) yo mencionaría aquí tres tipos de abstencionismo: el abstencionismo activo, que representa a aquellos que conscientemente y por una actitud crítica decidieron no participar, porque rechazan al candidato o no están de acuerdo con el proceso; el abstencionismo pasivo, que en el país se ubica más o menos en el 40 por ciento, de quienes simplemente no les interesa votar (aunque este varía de acuerdo a la elección de que se trate); y el abstencionismo impuesto por las circunstancias (puede haber un concepto más adecuado), que sería el de aquellos que aun queriendo votar no pudieron (lejanía de las casillas, ubicación incorrecta, falta de información oportuna, etcétera).
No podríamos, me parece, asegurar que la ausencia de más del 80 por ciento de los potenciales electores (porque acudió menos del 20 por ciento) en las casillas de votación sea el rango de abstencionismo de rechazo, como lo afirman los opositores a AMLO; o que sea el rango de aceptación  (“no voto porque estoy de acuerdo”), como aseguran algunos simpatizantes de la 4T. Insisto: hay que tomar en cuenta el universo que cubrieron las casillas, sin mencionar temas como la promoción, la información, etcétera. 
Es cierto que hay otros datos que nos arrojan los registros del INE para estimar otros rasgos del comportamiento de los electores. 
Por ejemplo: dos estados del sureste (Tabasco y Chiapas) registraron la mayor participación (35.94 y 32.13, respectivamente), junto a Campeche, Veracruz, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Yucatán, Quintana Roo, Hidalgo y Nayarit (con rangos de entre 20 y 27 por ciento); en cambio estados del centro como  Guanajuato, Aguascalientes y Jalisco reportaron el menor porcentaje de votación (menos del 10 por ciento).
Un caso que los observadores hicieron notar fue el de la Ciudad de México  que se colocó en un rango de poco menos del 20 por ciento junto a Puebla, las dos entidades también gobernadas por Morena al igual que las punteras Tabasco y Chiapas. 
En fin, habrá que esperar las cifras oficiales una vez que el INE revise las impugnaciones de la jornada electoral. 
UN ACTOR PRODUCTIVO
 
PERO hay algunos elementos ya para que a nivel estatal tanto los simpatizantes de AMLO como los partidos opositores revisen sus estrategias. Van contra el tiempo y un factor relevante es la unidad que puedan mantener en sus filas a la hora del anuncio de las candidaturas. También habrá que cruzar datos con lo que obtengan en los comicios de las seis gubernaturas en disputa este año donde hasta el momento Morena lleva la delantera.
Un hecho que también mencioné el 6 de abril al referirme a lo que se podpia prever en la consulta y que ratifica el resultado la consulta del domingo (aunque con sus matices, por lo ya señalado):  “En procesos anteriores se demostró que López Obrador cuando está en la boleta tiene un buen rendimiento electoral. Así, por ejemplo, en 2006 le reconocieron 14 millones 756 mil votos como aspirante presidencial y en 2012 le contabilizaron 15 millones 848 mil. El histórico de 30 millones 113 mil que le dio el triunfo en el 2018, aunque significó el doble de su base “dura” en los dos procesos anteriores, fue excepcional”. ¿Qué nos indica el resultado de la consulta? Votaron en apoyo a AMLO, a pesar de la reducción de casillas y del llamado de la oposición a no participar, más de 16 millones.
AL MARGEN
LA BATALLA por el litio se convierte en un elemento similar al de la gesta cardenista con el petróleo. Son otras circunstancias y otras fuerzas en juego. Nuevamente AMLO ante el escenario de las movilizaciones. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla