MOMENTO MEXICANO Y EL DESASTRE 2014; AHORA SUMA DE FACTORES DE ALTO RIESGO

Viernes, 09 de Enero de 2015 00:29 Editor
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 Escala Crítica/Columna Diaria

* Bajo prueba, las reformas estructurales del Peña Nieto
* México: mira al norte y vive el sur; números del declive
* Según el tamaño del as expectativas es la desilusión
Por Víctor M. Sámano Labastida
LA ECONOMÍA mexicana pasará una dura prueba en el 2015, con 1) reformas que deben aterrizar en su operatividad, 2) ajustes misceláneos fiscales, 3)  jaloneos entre un modelo financiero especulativo y la urgencia de un replanteamiento productivo, 4) actualidad tambaleante del peso, aunada al desplome de precios del petróleo. Se trata de un reto doble, estructural y coyuntural, que el gobierno federal enfrentará con un déficit de credibilidad. Desde el lado social, los empresarios  ‘pagan por ver’ estabilidad, pero la clase trabajadora tampoco ve la suya en los salarios, de cuya devaluación no se habla mucho. Un declive pronunciado. 
EL RÍO DE LAS DEFINICIONES: 
PESCADORES Y SALMONES 
 
COMO OCURRE, las expectativas generadas son proporcionales, al tamaño de la desilusión. También a la inversa. Desde su toma de posesión en diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto apuntó en el discurso a los parámetros más altos de eficacia: “México no debe posponer el bienestar, las condiciones están dadas y todos los actores productivos están listos y tendrán el apoyo del gobierno federal para generar riqueza”. No se habló de la distribución de la riqueza, por cierto. En suma: por tercera vez, al menos, desde un gobierno emanado del PRI se le explicó al país que estábamos listos para entrar al primer mundo. 
En 1978, José López Portillo dijo: “Tenemos que aprender a administrar la abundancia”; la segunda ocasión, Carlos Salinas de Gortari (1993) apuntó: “El liberalismo social, sin triunfalismos, ha puesto las condiciones de bienestar para acabar con la pobreza en México”. 
Si por discursos fuera, el Producto Interno Bruto de México (PIB) sería estratosférico. 
Las definiciones económicas de México apuntan siempre hacia el norte. En otras entregas hemos hablado del olvido del sur, tanto territorial como culturalmente. Esto también lo viven cotidianamente nuestros lectores en esta franja de la República. En esas definiciones, la visión del país se fragmenta y poco importó que dos sexenios de extracción panista ocupasen Los Pinos: la mirada hacia el norte fue prioritaria y hasta cortesana. Puede nombrarse como ‘pescadores del norte’ a los políticos mexicanos que han ocupado posiciones de privilegio para direccionar la economía nacional. Pero esa pesca ha sido poco abundante: desde 1976, el crecimiento de México se ha estancado, pese a las recetas macroeconómicas que vienen del norte. No se vive mejor en sentido material. El FMI o el Banco Mundial proponen y Banxico ejecuta: la austeridad como horizonte, las altas reservas en dólares, el crédito a cuentagotas  y los salarios congelados. Las recetas, es cierto, se han aplicado a rajatabla. ¿Resultado? el enfermo empeoró. 
Es decir, el escenario micro ha empeorado: el de todos los días, el de nuestros bolsillos.  
Por otro lado, puede nombrarse a la clase trabajadora mexicana como ‘salmones que nadan hacia el sur’, pese al entreguismo sindical y las carencias de infraestructura. La sintonía cultural con el sur es un rasgo de identidad de México. La pregunta es si los salmones, nadando a contracorriente, pueden hacer que los pescadores del norte miren al sur. La ciudadanía mexicana tiene algo que decir en este 2015, con las elecciones federales intermedias. ¿Pescadores o salmones?
 
COMO EL CLIMA:  AIRES DEL 
NORTE PEGAN EN EL SUR
 
ALGUNOS números del declive económico: del millón 400 mil nuevos empleos que se necesitan al año, México genera 500 mil (Banco Interamericano de Desarrollo, reporte noviembre 2014); con la devaluación del peso en 10% y contando, las remesas de materia prima se encarecen en la misma proporción. Esto significa que por cada mil pesos invertidos, una empresa pierde 100 por el mero hecho de efectuar una compra de insumos (Wall Street Journal, diciembre 26); la economía especulativa no pierde en la bolsa de valores, donde las ganancias desde la crisis energética y la devaluación suman 5%, mientras que la economía productiva sigue restando recursos a sus posibilidades: el 10% de su liquidez (El Financiero, diciembre 28); entre 2013 y 2014, los salarios han perdido ya el 15% de su poder adquisitivo (o de compra) en lo que toca a la canasta básica (Reforma, diciembre 16); el campo mexicano necesitaba 20 mil millones de pesos de inversión no gubernamental en 2013 y 2014, y sólo llegaron 6 mil millones (Banco Interamericano de Desarrollo, reporte noviembre 2014); la calidad de vida en México, en 2013 y 2014, se ha deteriorado en un 22% si se atienden indicadores por familia (servicios básicos y canasta básica) y por trabajador con salario cotizable en el IMSS (Colegio de México, Informe sobre variables económicas micro, octubre 2014). Queda claro que el reto de estabilidad económica y bienestar pasa por varios frentes.
 
VIVIR DE LOS MILAGROS,
DEL MOMENTUM AL MISTERIUM
 
SE HABLÓ del “momento mexicano”, como antes del “milagro mexicano”. El gobierno de México vivía hace apenas 11 meses, en las portadas de revistas y diarios estadounidenses, su fiesta de éxito. ‘Saving Mexico’ (Salvando México) eran las palabras que ahora, en el inicio del 2015, se ha llevado el viento. No es un mero golpe escenográfico: se trata de un efecto boomerang de opinión pública que no lo es tanto si se observa la realidad, pródiga en salmones y desfacedora de autoritarismos que miran las gráficas antes que a las personas. Lo que sigue es vital: un proyecto de nación en juego, pero, ¿hacia dónde apuntará el consenso? Otro misterio a resolver en el 2015 electoral. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )