*ANJ: hay que reivindicar el valor de la buena política

*Gobernadores, Presidencia, los equilibrios del poder 

*Su obra, lo que mejor habla de González Pedrero

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

EL GOBERNADOR de Tabasco, Arturo Núñez, asumió la presidencia de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), el reciente 13 de diciembre. Lo hizo con un discurso políticamente correcto, aunque existen varios elementos para reclamar al titular del Ejecutivo Federal y al propio gobierno de la federación un trato disparejo a lo que de por sí no es parejo en el país. Estamos, diría, ante una conducta institucional. 

Dijo el gobernador tabasqueño al presidente Enrique Peña Nieto que: “La relación establecida entre el Poder Ejecutivo Federal y los Poderes Ejecutivos de las entidades de la República, es una muestra del espíritu democrático y federalista que se ha ido asentando en nuestro país en los últimos años, al que damos continuidad en uno de los esfuerzos más nobles y fructíferos de la historia política del México contemporáneo”. 

 

LA TENTACIÓN CENTRALISTA

DESDE otra perspectiva podría decirse que en estos tiempos hemos visto una insistente acción desde el poder federal para reforzar las tendencias centralistas más que federalistas. Hay quienes opinan que se trata de una reacción ante la especie de “feudalización” (en un neologismo se diría “feuderalización”) en la que los estados en lugar de reforzar sus mecanismos de autonomía y fortalecimiento institucional dieron paso a groseros saqueos en la hacienda pública y retroceso en el Estado de Derecho. 

Sin embargo, como dijo el propio Núñez: “En el cometido de salir adelante, tenemos que reivindicar el valor y la eficacia de la política. La buena política —porque tampoco podemos desentendernos de quienes la desprestigian desde los gobiernos o desde las oposiciones— es el mejor antídoto contra la fatalidad. Es, también, el mejor instrumento para evitar que los intereses de la antipolítica se impongan en el devenir de los tiempos”. La buena política en contraste con la antipolítica. 

Pero también usó el mandatario tabasqueño otro concepto sobre el que volveré en una colaboración posterior: la autocontención. Apuntó: “Todos tenemos que auto contenernos para reforzar la unidad nacional en tiempos que así lo exigen ante los retos que vienen de dentro y de fuera de nuestras fronteras nacionales. Por encima de intereses legítimos, regionales, sociales, ideológicos, partidistas o electorales, sé que sabremos estar en la trinchera de lucha por recuperar, en la casa común, la grandeza mexicana”.

Eso lo expresó en el acto en el que Miguel Mancera le entregó la presidencia de la Conago, ante la presencia de Peña Nieto y los mandatarios estatales, el miércoles en la capital del país.

 

DEFENSA DE LA REPÚBLICA

 

PODRÍA decirse que la Conago es resultado de la alternancia en los estados del país y de la propia pérdida del poder del PRI en la Presidencia de la República. Primero surgió la Anago (Asociación Nacional de Gobernadores) en 1999, por iniciativa del entonces gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, del PRD. A la par se habían creado las asociaciones de alcaldes según la filiación partidista. Una del PRI, otra del PAN y otra más del PRD. 

En principio, los mandatarios surgidos del PRI ignoraron la invitación de la Anago por su origen perredista, sin embargo cuando el tricolor perdió la Presidencia en el año 2000 y llegó al poder Vicente Fox del PAN las posiciones se acercaron. La participación de Tabasco fue importante para integrar a los gobernadores del sur con los del centro-norte. 

Inicialmente, el tlaxcalteca Sánchez Anaya logró convocar en 1999 a los entonces gobernantes de Zacatecas, Ricardo Monreal Ávila; de Baja California Sur, Leonel Cota; de Nayarit, Antonio Echevarría y del Distrito Federal, Rosario Robles Berlanga. De alguna manera había sido un mecanismo de defensa frente al avasallamiento desde el gobierno federal.

Así, cuando el PRI perdió el poder de Los Pinos, los gobernadores del tricolor se sumaron a los perredistas para acudir a la primera reunión en Mazatlán, Sinaloa, en agosto del 2001, ya con 20 mandatarios del tricolor, del PRD y los panistas de Nuevo León y Guanajuato. Finalmente la Conago se constituye en julio del 2002 en Cancún, Quintana Roo, y un año después se incorporan también los gobernadores surgidos del PAN.

Esta sociedad de gobernadores surgió básicamente a propósito de cuestiones hacendarias y presupuestales. Poco a poco incorporaron temas como el federalismo y otros de carácter político. Esto no ha impedido acciones como la reforma fiscal del 2007-2008 que afectó seriamente las participaciones para Tabasco. En los estados sigue estando, o debería residir, la defensa de la República.

 

POLÍTICA Y POLÍTICOS

A PROPÓSITO de la buena política y la antipolítica resulta relevante en encuentro ayer de un gobernador en funciones, Arturo Núñez, y un ex gobernador todavía en activo como académico e investigador, Enrique González Pedrero.

En ocasión de la entrega de una presea al fundador de los Centros Integradores en Tabasco, hubo oportunidad de valorar lo que podría llamarse la “buena política”, aquella que parte del ejercicio de los valores contra quienes insisten en confundir la oportunidad con el oportunismo. 

Destacó el gobernador Núñez que González Pedrero es de los pocos mexicanos que puede recibir el título de intelectual político, porque logra la conjugación de la capacidad de preocuparse y ocuparse. A lo largo de su trayectoria lo distingue, señaló, su doble faceta de ser hombre de ideas, pero también hombre de acción.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )