PAN y el efecto Vázquez Mota; riesgo creciente para Ricardo Anaya

Jueves, 01 de Marzo de 2018 00:58 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*La andanada del PRI y la sombra de la operación del 2012
*Margarita Zavala, factor clave en el arranque de campañas
*Irá Sabino por Huimanguillo; se esperan reacomodos en el PRD
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
ESTE periodo de intercampañas es decisivo para la orientación de las campañas electorales de los aspirantes a cargos públicos en los comicios de julio. En especial para los nominados a la Presidencia y las gubernaturas, quienes –unos más otros menos- ya tuvieron una primera campaña (llamada precampaña) entre diciembre y las primeras dos semanas de febrero.
De manera inusual, el PRI y el PAN se enfrascaron en un choque frontal con sus candidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya por denuncias de presuntos actos de corrupción, mientras que Andrés Manuel López Obrador sortea críticas por sus nuevos aliados políticos. El mayor desgaste, me parece, ocurre entre Anaya y Meade.
 
CUARTEL AZUL EN ALERTA
 
UNO de los principales asesores de Anaya, el ex candidato presidencial Diego Fernández, expresó públicamente sus temores de que la actual oleada de acusaciones contra el abanderado del Frente –apoyadas en la PGR-, pudieran tener los efectos que padeció Josefina Vázquez Mota en su fallida búsqueda de la gubernatura del Estado de México: “si Ricardo no puede superar esta andanada, está perdido”, dijo a Luis Cárdenas de MVS.
Sin embargo, no parece tal el mayor riesgo de Anaya –a menos que los delitos sean reales, pero siempre queda la posibilidad de una negociación “a la mexicana”-, sino un elemento interno del panismo. Como lo sucedido en 2012, cuando un sector del PAN operó a favor del PRI (lo confesó Vicente Fox) y mandó a Vázquez Mota al tercer sitio, 13 puntos debajo de Peña y unos 6 distante de López Obrador.
El “efecto Vázquez Mota” al que los panistas tendrían que temer no es tanto las denuncias contra Anaya sino lo que eso significa: una acción concertada desde Los Pinos para sacarlo del camino.
Cuarenta días antes de las elecciones del 2012, Salvador Camarena escribió en el diario El País (España): “Fuentes de la campaña de Vázquez Mota, que prefirieron no ser identificadas, explicaron a EL PAÍS que son tres los factores que han lastrado la marcha de la candidatura. El primero, la “dificultad para recaudar, porque hay una alineación de intereses que han podido posicionar el mensaje de que esto ya está resuelto a favor de Peña Nieto”; la división de los panistas: “el partido no le entregó nunca el poder a Josefina”, y el carácter de la candidata, más propenso a la conciliación que al enfrentamiento: “La frase que más le hemos oído es ‘no me quiero pelear’”. (22 de mayo 2012)
Un elemento decisivo fue que la candidatura de Vázquez Mota se impuso a la que deseaba Felipe Calderón quien impulsaba a Ernesto Cordero y  a la de Vicente Fox representada por Santiago Creel. Los panistas no lograron superar la división de la campaña interna y un sector operó en contra.    
Para el actual proceso, si bien Ricardo Anaya llegó como candidato único de los panistas, la ruptura con el grupo de Calderón se dio mucho antes y Margarita Zavala –esposa del ex presidente- renunció para buscar una candidatura independiente y también para crear una fuerza alterna al PAN. La apuesta del PRI es que Zavala le reste sufragios al blanquiazul.
Un análisis elaborado por la firma Oraculus de las diversas encuestas durante las precampañas otorgan a Margarita Zavala el mayor puntaje entre los aspirantes independientes, con 5 por ciento en promedio; en tanto que Jaime Rodríguez (El Bronco) aparece con una media de 3 por ciento. Armando Ríos Piter, está en tercer sitio en ese bloque.
Zavala Gómez del Campo jugará un papel importante en la estrategia del PRI y de Morena. Inclusive López Obrador colocó a la ex panista en el segundo lugar de las encuestas generales, como un guiño contra Anaya. Otra versión insistente en las redes virtuales y desmentida por la interesada es que “declinaría” a favor de Meade. Por supuesto, estamos ante una batalla propagandística previa a las posibles alianzas de facto. 
 
AMAGOS EN PUERTA 
 
EN TABASCO la situación de los bloques electorales tiene su propio curso. Están claramente definidas las fuerzas políticas en competencia: una encabezada por Morena, otra por el PRD y una más por el PRI. En todo caso, este último partido es el que podría tener un brusco reacomodo si se repite y mantiene la operación realizada por el Partido Verde en el 2015: abrir sus candidaturas a los inconformes del tricolor. 
Hace tres años, el PVEM con Federico Madrazo a la cabeza, logró colocarse como tercera fuerza electoral después del PRD y PRI, superando sorpresivamente al PAN y a Morena. Está visto que quienes emigran temporalmente del tricolor tienen más afinidades con el socio histórico de ese partido. En cambio, el PRD y Morena se disputan el mismo segmento electoral. 
Pero también, las opciones de refugio en otros partidos aumentan y los institutos políticos se desdibujan como proyectos institucionales para convertirse en proyectos personales.  
Una muestra de las dificultades de identidad en los partidos lo vemos en la definición de las candidaturas: no se confía en los métodos de selección y se amenaza con acudir a siglas distintas para estar en las boletas. No importa el partido, importa el cargo.
El PRD debe lidiar con los riesgos de una mala operación en las candidaturas municipales. Ayer la dirigencia solaztequista decidió apoyar a José Sabino Herrera Dagdug en su búsqueda de la reelección, quedando en el camino el ex alcalde Oscar Ferrer Ábalos y María Estela de la Fuente. Se anuncia una ruptura. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )