Anaya, en la carrera por el segundo sitio; de la ideología a la tecnología

Jueves, 19 de Abril de 2018 00:52 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*La arremetida de la PGR; su apuesta, la juventud
*Futuro como secuestro generacional; mixtura partidista
*Acomodo para la batalla por el voto útil entre PRI y PAN
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
INICIADA la cuenta regresiva para el primer debate por la Presidencia, hasta el momento tenemos como elementos para medir a los aspirantes lo hecho en las precampañas e intercampañas. Y antes. Me he referido a Andrés Manuel López Obrador y a José Antonio Meade Kuribreña en este breve repaso de cómo llegaron al arranque de la campaña formal. Hoy lo invito a asomarnos, desde una perspectiva muy particular, al caso de Ricardo Anaya Cortés.
Otrora invitado de honor en Los Pinos, el candidato de “Por México al Frente”, conjuga juventud, agresividad y tecnología para enganchar al electorado, sobre todo a jóvenes entre 18 y 30 años de edad, su target mercadológico (público meta) que abarca en el padrón alrededor de 30 millones de votantes potenciales. Es una apuesta fuerte y pensada para un escenario idóneo, puesto que la candidatura ganadora quizás se decidirá con 18 millones de votos. Nadie los ha obtenido en una contienda presidencial, pero tampoco habíamos tenido una lista nominal con 87 millones de ciudadanos.
Anaya ha sorteado, por ahora, la acusación de lavado de dinero que le insinuó (y no le concretó) la maltrecha y desprestigiada Procuraduría General de la República. Desde el lado oficial, se optó por dejar de filtrar información sobre las pesquisas en torno a Anaya y sus propiedades en Querétaro. No es seguro que este capítulo, que judicializaba la contienda electoral, haya terminado del todo.
Veamos las estrategias de Anaya y una alianza que entre otras cosas cojea desde la perspectiva ideológica, al mezclar sin matices a la izquierda perredista con el conservadurismo panista y la versión circunstancial del MC. Ideologías aparte, un 35% de perspectiva de voto es competitivo y una piedrita en el zapato de sus competidores: Anaya se ha empeñado en terciar, allá donde López Obrador y Meade quisieran un té para dos.    
 
LA AGRESIVIDAD DEL PACÍFICO
 
ANAYA considera “anticuada la visión de país de López Obrador”, mientras que “el PRI ya se fue”. Ante el desierto de propuestas, sólo él tiene agua, nos dice. Pero apenas en 2013 y 2014, Anaya era un aliado del PRI y de Peña Nieto en el Pacto por México, con una energía negociadora envidiable, siempre dentro del esquema PRI-PAN (o Prian, como le gusta decir a AMLO). Incluso uno de los spots de Meade en la intercampaña, sorpresivamente ubicó a Anaya con palabras elogiosas para su contrincante. Son los riesgos de hablar, ante los micrófonos. Lo dicho, hecho está.
Anaya ha sido tan agresivo que no considera el marco institucional vigente. Cuando mencionó que actuaría legalmente contra Peña Nieto, olvidó el pequeño detalle de que al Presidente sólo se le puede juzgar por traición a la patria. Antes de un cambio legal, cualquier otro señalamiento es demagógico o de carácter ético, no aplicativo. 
Anaya es agresivo porque considera que ese tipo de discurso impactará al votante joven. Su apuesta pasa por el relumbrón tecnológico, que hace las veces de máquina del tiempo para quemar etapas y conducir a México al Primer Mundo. Se trata de sueño tecnológico (o pesadilla) que la mayoría de los jóvenes urbanos comparten. 
No está claro, en los discursos y spots de Anaya, cómo la tecnología por sí sola -sin educación tecnológica-, se convertirá en palanca del desarrollo. Hay lagunas, por lo menos a la hora de mencionar la llamada Reforma Educativa promovida por Aurelio Nuño en la SEP (ahora Nuño es coordinador de campaña de Meade). No hay un desglose de lo que puede ajustarse, quizá lo veamos ya en campaña. El primer debate presidencial, previsto para el 22 de abril, puede arrojar luz sobre estos matices.
 
LA IDEOLOGÍA DEL FUTURO
 
¿ES POSIBLE un gobierno de coalición? La alianza que tiene registrado un documento/propuesta de ese tipo en el INE es precisamente “Por México al Frente”. Ahora bien, dada la mixtura ideológica, lo interesante es cómo pintaría el futuro del PAN y del PRD, como aparatos políticos, ante la arenga coalicionista. Desde luego, sería deseable un gobierno de coalición, a partir de una agenda que se pueda difundir y discutir en público. La ciudadanía espera un esfuerzo en ese sentido, pero sólo obtendrá 13 millones de spots que no darán esos detalles. Una limitación del modelo mexicano. Por eso, algo se espera de los tres debates pactados desde el INE.
La juventud no irá en masa por ningún partido.  Anaya tiene su apuesta de futuro, juventud y tecnología, como apantallante. ¿Cómo serán sus mítines en los poblados rurales? Observaremos la respuesta en breve.  Mientras tanto, en los spots de “Por México al Frente”, la juventud aparece en forma de música, y los políticos que hablan bien de Anaya incluyen al madurito Miguel Mancera y al septuagenario Diego Fernández de Cevallos. Como muestra juvenil, no están a la altura.
Anaya camina en campaña con la investigación en suspenso de la PGR. Un asunto ahora enterrado, pero que puede brincar en cualquier momento. No le conviene esa situación al país, aunque parece irreversible el choque con sus otrora aliados en el gobierno. Por ello, su apuesta discursiva se elevó y trata de posicionarse en la estela del cambio real, no cosmético. ¿Tendrá suficiente independencia para mantener esa agresividad? Por lo pronto, tiene el reto de buscar convertirse en el beneficiario del voto útil que disputa con Meade.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )