Propuestas o escándalos, dilema en los debates de candidatos

Miércoles, 25 de Abril de 2018 22:54 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

 
*Del “mocha manos” a los “depas”, la atención desviada 
*Mejora el formato de los debates oficiales, hay que avanzar
*Iniciativas que no se escucharon, por el ruido de acusaciones
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EXISTE sin duda relatividad en las evaluaciones, encuestas, opiniones, respecto a la reciente comparecencia-debate de los cinco aspirantes a la Presidencia en México. Desde los equipos de campaña de los competidores se plantearon objetivos diversos: para Andrés Manuel López Obrador lo importante fue no perder la ventaja y, en el peor de los casos, disminuir lo menos posible; en cambio Ricardo Anaya, a quien la mayoría de las encuestas lo colocaban como segundo, tenía como objetivo acercarse lo más posible al puntero.
Pudo observarse que los operadores de José Antonio Meade buscaron que desplazara al frentista Anaya Cortés del segundo puesto y lo ubicara en la pista para la competir con López Obrador. Al final parece privar la idea de que mientras para AMLO el objetivo es derrotar a “la mafia del poder”, para el resto de los contendientes de lo que se trata es de impedir el triunfo “del populista”, algo distinto del “populismo” que para casi todos es una parte sustancial de sus propuestas.
Me explico. Resulta lógico que todos los aspirantes a los votos enarbolen banderas que atraigan al pueblo. Tratándose de México, la mayoría de este pueblo está por debajo de la línea de la pobreza…más los que se sumen.
No ignoro que también estuvieron en el foro Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, pero están muy lejos de contar con su propia fuerza si consideramos que los otros aspirantes tendrán, por lo menos, representantes en el Senado y la Cámara de Diputados. 
 
GUSTO POR EL ESPECTÁCULO
 
DURANTE la semana, y hasta el próximo debate –a realizarse el 20 de mayo y con participación del público-, se continuará examinando lo ocurrido el 22 de abril, así como su impacto en las campañas electorales. Y cada equipo le buscará sacar jugo.
Mucho se ha dicho que “faltaron propuestas”, aunque contradictoriamente el público se engancha con los escándalos y las acusaciones. De lo contrario se diría que “no hubo debate”, “fue muy aburrido”. Etcétera. Por eso terminan siendo noticia propuestas tan irresponsables y criminales como la de Jaime Rodríguez (cortarle la mano a que quien robe), o cuestiones como si López Obrador tiene dos o tres departamentos.
Pero más allá de los distractores, hay valoraciones diversas. Por ejemplo escribió Jorge Alcocer (Reforma, 24/IV/2018) que el debate del domingo “me pareció, a lo largo de sus dos horas de duración, el más entretenido que haya visto desdfe que se inauguraron este tipo de encuentros en México en 1994”. 
Tras criticar el hecho de que a dos aspirantes “que ninguna posibilidad tienen de alcanzar el triunfo” les dieran el mismo tiempo que a los competitivos, Alcocer destacó que el nuevo formato “contribuyó a que el debate transcurriera con mayor fluidez”. Seguramente habrá de ir cambiando, pero no hay que ignorar que su uso por los partidos y candidatos también responde a una dinámica de sus campañas.
Algunos medios reportaron que en la cuita dominical de los candidatos a la Presidencia sólo hubo dos propuestas y 46 ataques. 
 
APRETADO RECUENTO
 
QUIZÁ no hubiese propuestas novedosas, porque los aspirantes en lo general repitieron iniciativas que ya han expuesto en sus precampañas y al comienzo de la campaña.
Me quedaría con el breve recuento que hizo el diario La Jornada (23/IV/2018) sobre lo que plantearon los comparecientes.
En el caso de López Obrador se destaca: 1.- la iniciativa de reforma constitucional para la revocación de mandato; 2.- Atender las causas de la violencia, en particular de la pobreza; 3.- Convocar a expertos para definir los términos del combate a la inseguridad y la amnistía; 4.- Acabar con la corrupción y gobernar con el ejemplo; 5.- Reducir los sueldos de los altos funcionarios para incrementar los de los de abajo.
Ricardo Anaya: 1.- Desmantelar a las organizaciones criminales y mantener a las fuerzas armadas en las calles; 2.- Legislar la revocación de mandato; 3.- Gobierno de coalición en la que el presidente rinda cuentas al Congreso; 4.- Reformar el artículo 108 constitucional para que el presidente sea juzgado por corrupción; 5.- Eliminar uso de efectivo en las transacciones del gobierno.
José Antonio Meade: 1.- Iniciativa antes de los primeros 100 días de gobierno para un código penal único en el país; 2.- Fortalecer a la policía, reconocer a las fuerzas armadas y darles certeza jurídica; 3.- Escuelas y guarderías de tiempo completo; 4.- Obligatoriedad de la declaración patrimonial para funcionarios, conocida como siete de siete; 5.- Incorporar al SAT y la Secretaría de Hacienda al Sistema Nacional Anticorrupción.
Margarita Zavala: 1.- Mantener la actual estrategia de seguridad; 2.-Consolidar el Sistema Nacional Anticorrupción; 3.-Crear un observatorio ciudadano que revise la actuación del presidente; 4.-Fiscalía autónoma e independiente, con nuevo diseño; 5.- Terminar con la impunidad en 10 de los casos más notables.
Jaime Rodríguez: 1.-Cortar la mano a funcionarios corruptos y delincuentes (en serio); 2.- Presencia de militares en las cercanías de las escuelas de educación media superior; 3.- Cambiar el sistema de seguridad y consultar a los expertos; 4.- Fiscal autónomo elegido por la sociedad; 5.-Policía cibernética que dependa directamente del presidente.
 
AL MARGEN
El asesinato de tres jóvenes estudiantes en Jalisco es una muestra más de la terrible realidad en nuestro país. Javier Salomón, Marco Francisco y Jesús Daniel se suman al grito desgarrador de la impunidad. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla ,.mx)