López Obrador, Miterrand, Allende; la histórica insistencia de la izquierda

Lunes, 02 de Julio de 2018 00:06 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*El antecedente: las tres tentativas de Cuauhtémoc Cárdenas
*La pertinaz construcción de un partido en movimiento
*En México, se confirmaron los pronósticos de las encuestas
 
 Víctor M. Sámano Labastida
 
LAS ELECCIONES presidenciales de ayer domingo marcan la consolidación de la alternancia en el poder en México. Fue un resultado histórico. Es la culminación de una larga lucha de un sector muy diverso que se reconoce como parte de la izquierda mexicana y del movimiento progresista. No hace mucho ninguneado; hace apenas unos años, perseguido. Hasta los años setentas, casi clandestino. En la victoria deberá mirar en su tradición de generosidad, entrega y su vocación de justicia. 
Ayer también pudimos ser testigos de una madurez democrática que esperamos vaya más allá del discurso. José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Jaime Rodríguez, reconocieron el virtual triunfo de Andrés Manuel López Obrador. 
Desde antes del arranque de la contienda entre López Obrador (Morena), Ricardo Anaya (PAN) y José Antonio Meade (PRI), el tabasqueño -finalmente ganador de la mayoría- se mantuvo a la cabeza de las preferencias. Habiendo registrado en noviembre del 2017 un promedio del 36 por ciento –ya muy alto-, López Obrador llegó hasta una media del 49.5 en junio, de acuerdo a la firma Oraculus que concentró los sondeos. En cambio Anaya pasó de un 24 por ciento a un 26. Un mínimo acumulado.
El caso más notorio fue el de Meade Kuribreña, quien arrancó en noviembre del año pasado con un promedio de 23 por ciento para cerrar en 20 puntos en las encuestas. Fue de más a menos en la percepción. Se pueden comparar estos números con las estimaciones de los conteos rpaídos.
Como usted sabe López Obrador encabezó la alianza de Morena-Partido del Trabajo-Encuentro Social; la hegemonía de este bloque fue el lopezobradorismo. Por su parte Anaya Cortés, postulado por el PAN, recibió el respaldo del PRD y Movimiento Ciudadano; en tanto que Meade Kuribreña, fue resultado de un “experimento” fallido del PRI, que decidió postular a un no militante, con el apoyo del Partido Verde y Nueva Alianza. Otra fallida experiencia fue la candidatura independiente: Jaime Rodríguez quedó en un lejano cuarto lugar y Margarita Zavala se retiró de la contienda y no parece haber logrado canalizar a sus simpatizantes hacia una opción concreta.
 
PERSEVERANCIA COMO SIGNO
 
LA HISTORIA de la oposición de izquierda para llegar al poder no ha sido fácil. Hay ejemplos que nos muestran que los líderes de este tipo de movimientos han necesitado mantener una larga lucha para llegar al poder. Casos como el de Francois Miterrand, en Francia; Salvador Allende, en Chile y Lula da Silva, en Brasil, son un buen ejemplo.
En México, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, se presentó tres veces como aspirante al Ejecutivo Federal, luego de haber sido gobernador de Michoacán. En 1987 encabezó la mayor ruptura que ha tenido el Partido Revolucionario Institucional (PRI), encabezando la Corriente Democrática. En torno a su liderazgo se constituyó el Frente Democrático Nacional (FDN), agrupación de diversos partidos de izquierda que lo postuló a la Presidencia y que posteriormente invitó a Andrés Manuel López Obrador a ser candidato a la gubernatura de Tabasco ese mismo año.
Cárdenas Solórzano se volvió a presentar como aspirante a la Presidencia en 1994 y en al año 2000, pero ya por el Partido de la Revolución Democrática fundado en 1991. Aunque buscó postularse nuevamente en 2006, el liderazgo de López Obrador era incuestionable. Así, no ocurrió una cuarta nominación del michoacano.
La clave del avance de la izquierda fue, en esa etapa, la unidad de los diversos grupos; pero también tuvo como resultado la creación de corrientes que se disputaron el poder interno.
En otros países también fue determinante la unidad de las izquierdas, y en algunos casos -como en Chile-, la incorporación de agrupaciones moderadas y de centro.
 
UNA Y OTRA VEZ
 
VEAMOS algunos de los casos más relevantes. Salvador Allende fue candidato presidencial cuatro veces para finalmente obtener la victoria. En 1952 logró sólo el 5.44% de los votos; en 1958 consiguió 28.98%  y en 1964 un 38.92%, muy alto pero no suficiente para ganar. Hasta su cuarta incursión en 1970 obtuvo el 36.% de los votos, menos que en su participación anterior pero dos puntos más que su más cercano competidor.
Otro ejemplo es el de Luis Inacio Lula da Silva en Brasil, quien también se presentó cuatro veces a la contienda presidencial. En 1989 pudo sumar el 16% de los votos en una primera vuelta y fue derrotado en la segunda aunque llegó a los 46.9 puntos. En 1994 obtuvo el 27% y en 1998 un31%. Finalmente en 2002, cuando a pesar de que en la primera vuelta obtuvo el 46% de los sufragios tuvo que presentarse a una segunda ronda en la que logró más del 61% de los apoyos ciudadanos. En 2006 se presentó a la reelección y nuevamente tuvo que ir a dos rondas. En la primera logró el 48.6% y en la segunda el 60.8%. 
En Europa, también hay un caso destacado de perseverancia en las urnas. Francois Miterrand acudió tres veces como candidato presidencial. En 1965, en 1974 y finalmente logró ganar en 1981. Como en aquel país se permite la reelección volvió a presentarse como candidato en 1988 y ganó. Dejó el poder en 1995. Clave para las izquierdas, como le decía, ha sido la unidad de los diversos grupos o, el impulso de un gran movimiento social.
AL MARGEN
EN TABASCO Adán Augusto López Hernández confirmará su mayoría en los conteos oficiales que comienza el miércoles. Una vez más se confirma el “Efecto AMLO”, que es a la vez un compromiso. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )