Gasolinazos, la realidad y la economía; ofrece AMLO reducción en tres años

Martes, 10 de Julio de 2018 00:02 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*No habrá aumentos reales, sólo nominales en la mitad del sexenio, explican  
*En el gobierno de Peña, las gasolinas subieron su precio casi al doble
*Bajar precios: requerirá el sector energético una transformación a fondo
 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LAS CAMPAÑAS electorales generan altas expectativas. Ocurre siempre. Es todavía mayor cuando gana los comicios alguien como Andrés Manuel López Obrador, con el extraordinario “bono democrático” de más de 30 millones de votos. Mucho antes de que asuma el poder de manera formal, sus críticos comenzaron a contabilizar lo que “no cumplirá”, en tanto que algunos sectores que lo apoyaron en el ala más radical presionan por definiciones más severas.
Son tiempos de moderación y complejas negociaciones. Me recuerda la actual situación lo que en su momento el boliviano Álvaro García Linera denominó como el “equilibrio catastrófico”, circunstancia en la cual un movimiento en falso de alguno de los actores puede ocasionar una crisis de imprevisibles consecuencias. Hay que ganar las elecciones, ganar el poder…y ejercerlo.
 
PRESIONES Y RAZONES
 
TODAVÍA como vencedor de los comicios pero en espera del proceso legal para ser oficialmente Presidente constitucional, López Obrador escuchó los reclamos sobre el presunto incumplimiento de una serie de ofertas de campaña: frenar los llamados “gasolinazos”, la venta del avión presidencial, la construcción del nuevo aeropuerto, etcétera. Algunas confusiones surgen de los dichos de quienes posiblemente ocupen cargos en el gabinete, otras propuestas electorales tendrán que ser ajustadas a las circunstancias reales del país.
Lo importante, me parece, es que tanto López Obrador como quienes llegarán al gobierno –aún no lo están- cumplan con un principio básico: estar al servicio del pueblo y no de una minoría. Para algunos es demagogia, para la mayoría es una cuestión ya de sobrevivencia. 
Lo dijo López Obrador en su discurso de la victoria la misma noche del primero de julio: “Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, el interés general”. El interés general; el servicio a la Nación.
¿Estaremos de acuerdo qué entendemos por interés nacional? 
 
PRIMERO FRENAR, LUEGO BAJAR
 
CUMPLIR las promesas de campaña, pero sobre todo atender las necesidades urgentes del país, exige a nivel nacional darle prioridad a la política de ingresos y egresos. En especial a nuestra principal generadora de divisas: la industria petrolera. Precisamente de lo que se logre en materia de hidrocarburos y manejo de las finanzas, el nuevo gobierno podrá frenar los “gasolinazos”. Y se propone aún más, según reiteró López Obrador al término de una reunión con industriales (Concamin): disminuir el precio de los combustibles después de tres años.
Los “gasolinazos”, recordemos, es el calificativo que recibieron los aumentos mensuales al combustible aplicados desde el gobierno de Felipe Calderón.
Las declaraciones de Carlos Urzúa, a quien AMLO ha propuestos como secretario de Hacienda, desataron una serie de especulaciones. Dijo el economista hace unos cinco días que las gasolinas podrían aumentar de precio conforme a la inflación: en términos reales no, en términos nominales sí. 
López Obrador reiteró ayer que “no habrá gasolinazos”, como tampoco incrementos reales en los precios del gas, del diésel y de la energía eléctrica. Ofreció que: “después de los tres años que ya tengamos producción de gasolinas en México, tras la rehabilitación de seis refinerías, bajarán los precios”.
Anunció que un equipo de trabajo ya trabaja en el plan energético para rescatar al sector de “una crisis severa”.
Como se sabe, nuestro país pasó de exportador neto de petróleo a importador de crudo para la refinación; pero además compra en el extranjero el 99% de la gasolina Premium (El Universal, 02/05/2018), y hasta el 75% de los requerimientos nacionales, cuando al inicio del sexenio el promedio era del 40%.
 
 
EN CAÍDA LIBRE
POR SI FUERA, la extracción de petróleo en México cayó a menos de dos millones de barriles por día, con un precio internacional que se colocó por debajo de los 30 dólares. Ya se recuperó a poco más de 68 dólares, pero lo sucedido nos muestra la volatilidad de esa variable.
En contraste, los vaivenes de la extracción nacional de crudo y de los precios internacionales no se han reflejado en los precios de las gasolinas que han tenido un incremento sostenido: al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto, un litro de gasolina era de 10.72 pesos en promedio; actualmente, en algunos lugares de la República ya rebasó los 20 pesos por litro.
Un efecto adicional del aumento en el precio de las gasolinas, además de su impacto en la inflación, se registra en la generación de energía eléctrica. La Comisión Federal de Electricidad ocupa el combustóleo principalmente, pero también gas natural que cuyos costos subieron más del 70% en el periodo 2015-2016 y el carbón importado aumentó en 72,8%.
La energía generada por las hidroeléctricas se supone que es la más barata. 
Como parte del reto del futuro gobierno estará la reducción de las tarifas de electricidad, o por lo menos la aplicación de una “tarifa justa”, que fue el motivo de la resistencia civil o no pago aplicada en Tabasco desde 1995.
 
AL MARGEN
El voto ciudadano aplica ya una reforma política: desaparecen partidos y bajará el presupuesto a los que quedan. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
 
Última actualización el Lunes, 09 de Julio de 2018 22:06