Educación, el retorno de Moctezuma: la ruta de la reforma, definiciones

Jueves, 19 de Julio de 2018 00:11 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria      

* Moctezuma SEP: ¿competencia técnica y oficio político?  
* Un giro: evaluación a maestros, a través de los alumnos.
* Visión regional de la educación, un acierto sujeto a prueba
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
UN ASUNTO complejo del sexenio que arrancará el primero de diciembre es la reforma educativa, cuestión que genera polémica y requerirá una labor muy hábil en tema tan sensible para el futuro del país. André Manuel López Obrador, en los tres debates presidenciales, la caracterizó como reforma laboral, más que educativa. Se refería, básicamente, a que no cambió de fondo el modelo educativo para escuelas primarias y secundarias de México; sólo se enfocó a las condiciones de contratación, prestaciones y trabajo para los maestros. Los conocimientos y su transmisión quedaron fuera del paquete, aunque se cacareó el paso del modelo memorístico al modelo de competencias. Esto ya ocurría antes.
Para varios analistas (Macario Schettino, Denisse Dresser, Carlos Puig y muchos más), la reforma del gobierno de Peña Nieto, de la mano de su incondicional Aurelio Nuño, resultó una manera legal de presionar al sector magisterial, combativo a nivel social (como resultado de su entorno). También buscó reconducir la orfandad de un sector descabezado en 2013, con el encarcelamiento de la lideresa Elba Esther Gordillo. Había mucho control político en juego (o descontrol), así que se trató de una acción estratégica del gobierno peñista para llevar legitimidad y gobernanza a su molino. ¿Pensaron en el 2018 presidencial, desde la implementación de la reforma educativa? Posiblemente: las cuentas políticas del sistema siempre incluyeron a sindicatos magisteriales. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es el más numeroso de América Latina: más de un millón de afiliados.    
En este marco ubiquemos el retorno de Esteban Moctezuma Barragán a funciones gubernamentales, después de 20 años en el círculo de espera. Es el Secretario de Educación Pública propuesto por López Obrador. No necesita ratificación del Congreso.   
 
EL PENACHO EDUCATIVO 
 
SU VISIÓN del sector educativo la sintetizó Esteban Moctezuma en dos entrevistas largas (México Despierta y Milenio TV), en tres puntos estratégicos: 
1) No se puede imponer una reforma. Hay que dialogar con los maestros y otros actores educativos, llegar a acuerdos que se respeten o, en su defecto, se sancionen por incumplimiento. “La clave será una negociación franca de las condiciones pedagógicas y laborales que se requieren para una reforma que apunte a la asimilación de aprendizajes significativos”.  
2) La evaluación de los maestros tiene como punto de partida lo que aprenden los alumnos. “No tiene sentido establecer exámenes salvajes para los maestros, sin verificar qué pasa con los alumnos”. Un giro completo de la actual política SEP hacia el magisterio.
3) Las pruebas de evaluación a los alumnos serán regionales, no una sola a nivel nacional. La razón: “Tienen que tomarse en cuenta las circunstancias de cada región y estado. No es lo mismo Oaxaca que Nuevo León, ni Monterrey que Tuxtla Gutiérrez. Cada región que se defina implementará un tipo especial de contexto educativo, además del estándar internacional que debe cubrirse, eso sí, a nivel país”.
Diagnóstico válido y pertinente. Las definiciones de Moctezuma no acumulan elementos innecesarios. Selecciona puntos significativos que deben atacarse en el comienzo del sexenio AMLO. 
A la pregunta sobre la derogación de la reforma educativa peñista, Moctezuma habló de una revisión estructural acompañada por el magisterio. Es también pertinente, por delimitación técnica y oficio político. Desde luego, esto tiene que cabildearse de forma intensa con la rijosa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). López Obrador tiene el beneficio de la duda por parte del magisterio. Los centistas son, sin embargo, un aliado voluble y explosivo.
        
QUE HABLE EL CURRICULUM 
 
CON 60 AÑOS de edad, Esteban Moctezuma, egresado de la UNAM como economista, ha pasado de la trinchera de Fundación Azteca a las ligas mayores de la política. Ya estuvo en esos ambientes, durante el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000), cuando se le conocía como “El Joven Esteban”. Este joven se hizo viejo y tendrá que probar sus reflejos políticos en un tema delicado y estratégico.    
Secretario de Gobernación por año y medio en el sexenio zedillista (1 de diciembre de 1994 a 28 junio de 1995), fue senador (en el listado nacional, 30 de octubre de 1997 al 14 de enero de 1998) y reapareció en el gabinete como secretario de Desarrollo Social (13 de mayo de 1998 al 4 de agosto de 1999), para finalmente asumir el cargo estratégico de Secretario General del PRI, del uno de diciembre de 1999 al 17 de mayo de 2001, justo en la transición presidencial tersa que acompañó a la victoria del panista Vicente Fox en las urnas. No fue casualidad que Moctezuma despareciera para dedicarse a trabajar proyectos culturales privados: Zedillo emigró y no ha vuelto. En ese currículum, la conexión con AMLO aparece desde enero de 1995, para destrabar el tenso conflicto poselectoral en Tabasco, por la gubernatura. Eran los tiempos del encontronazo AMLO-Madrazo, y Moctezuma desde Gobernación logró una impensable mesa de diálogo PRI-PRD en Teapa. Ahora despachará en Puebla, como resultado de la desconcentración de oficinas.  No tiene una tarea fácil.
 
AL MARGEN
ENRIQUE González Pedrero confió a sus amigos que uno de sus anhelos fue ser secretario de Educación Pública. Sin duda hubiera hecho un buen papel donde hemos tenido destacados intelectuales…y aprendices. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )