Morena, reflectores en Tabasco: un laboratorio en la propuesta de cambio nacional

Miércoles, 12 de Diciembre de 2018 00:39 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Guzmán Ríos: de 1970 al 2000, movimientos sociales y liderazgo
*Estudio del contexto en el que surge la política de López Obrador
*Lo que el petróleo dejó: ruptura del antiguo sistema y nuevo proyecto
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
TABASCO debe ser el laboratorio de la (cuarta) transformación, sostienen algunos líderes de Morena, el Movimiento de Regeneración Nacional que fundó Andrés Manuel López Obrador, y que ahora tiene la Presidencia de la República, la mayoría en el poder Legislativo federal, la mayoría en las diputaciones y alcaldías en la entidad, y la gubernatura estatal, así como en Chiapas, Veracruz y Ciudad de México. Quizá recuerden cuando -en 1934-, el general Lázaro Cárdenas denominó a esta entidad “el laboratorio de la Revolución”, como un reconocimiento a la política impuesta por Tomás Garrido Canabal.
Lo que sucedió después con Garrido Canabal nada tiene que ver con lo que se espera del actual proceso; en aquel tiempo, el radicalismo del fundador de los “Camisas Rojas” lo llevó a romper con Lázaro Cárdenas y al exilio. Vale señalar, sin embargo, que es posible que Tabasco no sea el laboratorio de la Cuarta Transformación, pero sí será una palanca fundamental. Sobre todo por los ambiciosos proyectos de extracción petrolera y de refinación.
El sólo hecho de que sea la entidad natal del actual Presidente hace que la atención mediática y política esté concentrada en lo que aquí suceda. “Tenemos una inmensa responsabilidad”, dijo César Francisco Burelo, encargado de la dirigencia de Morena en Tabasco. 
 
UN TERREMOTO SOCIAL
 
A INVITACIÓN de Burelo Burelo, ayer tuve oportunidad de participar en una segunda presentación de la interesante investigación de Juan Carlos Guzmán Ríos, que como resultado de su tesis de postgrado se publicó con el título de “Élites políticas y redes de poder: la construcción de un bloque opositor en Tabasco (1973-2003). En los comentarios también estuvieron el investigador Cirilo Antonio Guzmán y el abogado Roberto Cadena, al igual que el doctor Guillermo Ramírez Armas. Un invitado especial fue el profesor Rodolfo Lara Lagunas, ex secretario de Educación y reconocido por la influencia temprana que tuvo en el actual presidente de la República.
Pues bien, en ese evento  –por cierto con gran concurrencia- hubo oportunidad de reflexionar sobre los diversos aspectos que trata la obra mencionada y que nos ayudan a explicar el proceso que ha vivido Tabasco desde principios de los años setenta con la irrupción de la explotación masiva del petróleo y sus efectos en la economía, la sociedad y la política tabasqueña. Un contexto en el que germinaron y se desarrollaron una serie de movimientos sociales que encontraron en López Obrador a un dirigente que pudo transformar en acción política un reclamo contra las afectaciones, el desplazamiento y los cambios abruptos en las comunidades.
Me parece que una de las aportaciones de la obra es la posibilidad de tener una visión panorámica e integral de la transformación vivida de Tabasco en los recientes 30 o 40 años. Sobre todo a partir de la intensificación de la explotación petrolera.
Tabasco ha cambiado sustancialmente de los años setenta a la fecha. Así, por ejemplo, a mediados de 1970 todavía la economía tabasqueña era básicamente agropecuaria. Hasta entonces la irrupción del petróleo no había modificado las condiciones de producción, sustentabilidad y convivencia en el estado. 
 
EL CAMBIO DEMOGRÁFICO
 
PARA QUE tengamos una idea, de 1970 a 1990 la población tabasqueña pasó de 768 mil habitantes a un millón 500 mil; en sólo veinte años prácticamente se duplicó la población. Y no es que los tabasqueños se hubiesen vuelto más reproductivos, sino que Tabasco vivió el fenómeno de la alta inmigración, lo que rompió el viejo y frágil equilibrio para dar lugar a otra forma de organización y producción.
Si seguimos este argumento, porque me parece que el fenómeno migratorio es fundamental para explicar muchos cambios, observamos que para el año 2000 la población tabasqueña había llegado ya al millón 900 mil habitantes, casi dos millones de habitantes. 
Me detengo en este hecho porque, como bien nos explica Guzmán Ríos, la petrolización tabasqueña tuvo un impacto no sólo en la economía, sino en la sociedad y en la política. Imaginemos lo que significa que un estado básicamente agropecuario pase a tener apenas el 2 por ciento de la generación de la riqueza en el llamado sector primario, como sucede en la actualidad.
Esto quiere decir que la actividad petrolera desplazó al campo y a los campesinos, para acaparar más del 50 por ciento de la generación de riqueza…pero una riqueza que no se quedó en Tabasco. No es casual observar que con el petróleo hubo más riqueza generada en Tabasco, en cifras macroeconómicas, pero también más pobreza. Antes había menos riqueza pero menos pobreza. Hay estudios que han demostrado que los últimos 30 o 40 años aumentó la desigualdad, esto es la distancia entre el más pobre y el de mayores ingresos.
En ese contexto, surgió y se desarrolló una serie de movimientos; ocurrió la ruptura del antiguo partido hegemónico y el denominado “pacto de las élites”, pero también aparecieron liderazgos entre los que destacó sin duda el de Andrés Manuel López Obrador. Como bien lo señaló Cirilo Antonio, en Tabasco ocurrió la primera confrontación, exitosa para la oposición, de dos modelos: el de la clase política tradicional y el de nuevos actores sociales. Este último movimiento ha llegado a la Presidencia de la República; ahora tiene el reto de gobernar. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )